Ese señor ese es el que quiero, decía la pequeña Claudet al mirar desde el aparador.
Pero pequeña - Respondio la dependienta- ese está averiado, ni siquiera es bello, además cuesta menos de lo que me has dado, por ese precio podría darte algo mejor.
Yo.. - pensó detenidamente Claudet- No, espero que lo entienda pero quiero ese.
La madre asustada por la extraña determinación de la pequeña, además de contrariada por sus desiciones le permitió el extraño y muy raro capricho.
-La dependienta la miró a los ojos brillaban sin parpadear al peluche- no tan colorido como otros o famoso, ni siquiera traía algún accesorio, al contrario era solo un oso común. Estas segura de eso pequeña - miró a la madre-
-Claudet la miró con mucha compasion- Mami quiero ese.
-La madre asiente y está con él doble de su valor recibe su oso.- pero cariño son tus ahorros, segura que quieres darlo todo.
Cada centavo mami, mi osito no merece menos.
Claudet sabía lo que quería, aunque El no era tan alto como las obsiones que le habían enseñado, menos aún popular que sus compañeros, incluso para algunos podría verse gordo y torpe. Pero... Claudet lo amaba, desde el primer momento que lo vio
Bailaba muy mal, cudo lo tomó de la mano tembló más de la cuenta, pero para ella era tan hermoso, aunque escuchara el regueton horroroso, tenía una voz melodiosa, era su oso, le dolía tanto que los demás no le apreciarán así.
Aunque sabía que él futuro estaba predestinado, que era blanco y se mancharia, que diría cosas que le rompieran el corazón, que nadie lo apresaria y algún día hasta tendría que dejarlo ir.
Amaba ese peluche y Claudet decidio vivir el aquí y ahora con su peluche de amor.
Y ahora que lo pienso la claudet soy yo y el noi que me ha flechado, sin su nombre conocer es el chico más hermoso, el que me hace reír, llorar y desear por un instante en mi vida volver amar.
Ojala encuentres el amor de verdad, noi fantabuloso, yo prometo dejarte amar.