XXVII

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El arquero no tocó siquiera la puerta de la alcoba de su majestad, pues el temor a perder de nuevo a Jisung era más grande y necesario que tocar una simple puerta para entrar.

-¡Jisung!-

Abrió ambas puertas de golpe entrando agitado y permaneciendo parado ahí.

Viendo a una persona que no se inmutó por su presencia...

Sabia, conocía a Jisung y él mejor que nadie sabía que el menor estaba de cierta manera herido y resentido con él, y estaba en todo el derecho de estarlo.

-¿Puedo pasar..?- preguntó cerrando ambas puertas, el príncipe lo vio incrédulo.

-Ya estas dentro.- murmuró.

Minho jugó nervioso con sus dedos, estar siempre a solas con el menor lo ponía de cierta manera nervioso, sabia el por qué más jamás lo diría.

No frente a alguien y más frente a Jisung.

-¿Puedo explicarte lo de aye...

-No, gracias.- se dio la vuelta en su enorme cama tapándose con la elegante sabana.

El mayor asintió sintiendose mal, era muy idiota por creer que su explicación sería escuchada cuando rompió el corazón de la persona que más ama en el mundo.

Y si, Minho sabia y tenia muy en claro que amaba a Jisung, más sin embargo el único que no estaba seguro de lo que sentía era el príncipe.

El arquero tomó en brazos a la felina que estaba durmiendo tranquilamente en la cama de su majestad.

Aunque no quiso molestarla sabia que ella seria de mucha ayuda para que Jisung escuchara sus explicaciones.

Tomó asiento al borde de la enorme ventana, acariciando en sus piernas a Dorie.

-¿Cómo te sientes corazón?- preguntó pero la pregunta no iba para el animal, iba indirectamente al menor.- ¿Puedo acariciar tu suaves mejillas?- acarició las mejillas de la felina pero su vista estaban en otra persona.

Tenia a Jisung frente, pues la ventana estaba en posición a él.

-¿Puedo contarte algo Dorie?- acariciaba la barbilla del animal mientras este soltaba ronroneos- cuando estabas en peligro no pude protegerte cuando yo prometí hacerlo- Jisung cerró sus ojos dejándose llevar, él anhelaba aquella explicación más sin embargo no lo diría.

En el fondo solo quería saber si al menos no estaría solo. Si al menos Minho podría estar para él.

-Volví porque necesitaba aclarar mis dudas.. cuando por fin las aclare me di cuenta que seria tan fácil como lo imagine, y es que es muy complicado entrar a tu corazón cuando lo estas protegiendo a toda costa- su vista se poso en Jisung, dejó ir a la felina y caminó hasta la cama del menor colocándose de cuclillas hasta la altura de donde estaba.

Es como si Jisung hubiese sentido el aura relajada de Minho que inmediatamente él se  sintió desvanecer.

Minho con mucho miedo de propasarse en contacto físico con el menor sabiendo que últimamente este se siente inseguro, acarició con la yema de sus dedos sus mejillas.

El príncipe se dejó llevar por las caricias.

-Estas protegiendo lo que yo podría proteger por ti...- Jisung abrió sus ojos y ambos se vieron a los ojos, sus ojos brillaban y sus pupilas se dilataban. El mayor se sentia mareado por tantas emociones que podrían provocar unas miradas tiernas del menor. - No se quien logró entrar tan profundo en ti que piensas que no estas logrando nada...- se acercó depositando un suave beso en su frente - pero lo estas haciendo bien, estas soportando todo solo.

𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆 𝒔𝒊𝒏 𝒗𝒐𝒛 [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora