prologo

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se podía sentir en la acera, frente en la puerta e incluso en las flores que colgaban de una ventana, fuera de la casa, los policías eran conscientes de que tipo de olor era ese, el oficial al mando, el capitán quien tenía mucho año de experiencia solo necesito olerlo un poco parta saberlo, sangre, sangre no muy fresca pero definitivamente no tenía mucho. En cuanto se acercaron a la casa sabía que había algo que no cuadraba pues la puerta principal estaba abierta en su totalidad y parecía que alguien quiso forzarla, más cuando se acercó noto detalles muy raros, sin embargo, su compañero, un joven en planicie de sus veintitantos, moreno de ojos cafés esperanzadores y con el cabello cortado como si fuera un soldado, no prestaba mucha atención a estos detalles, aún tenía mucho que aprender pensó el capitán. Así que hizo el procedimiento de rutina llamo a algún habitante de la casa, más nadie respondió y aunque esto no le gustaba, ya se lo esperaba, su joven compañero entro sin más rodeos, cometiendo un error que parecía cometer a seguido pues el capitán lo regaño por enésima vez

- Ya te dije que no entres a las escenas de crimen como un maldito perro por su casa, puedes dañar la evidencia...

Más cuando miro a su compañero lo vio apuntar su arma hacia la nada y mirando al piso, el miro y vio lo que su joven compañero miro, un rastro de sangre corría de la puerta principal hasta una de las habitaciones, dos puertas después de la entrada, rodeando por lo que parecía una cocina, pues tenía una estructuran de arco y había utensilios colgando de un ganchito. Institivamente el tomo su arma y con una señal de ojos le dijo a su compañero que avanzaran. Siguiendo la sangre que ya casi había secado, que conducía hacia un cuarto, el rastro entraba hasta allí, pues aparecer algo, o alguien fue arrastrado hasta allí. La casa era más grande de lo que parecía, pero aun contaba con coas básicas de una vivienda para una sola persona. El capitán y su joven compañero entraron al cuarto y hallaron lo que ya presentían. Un cadáver ya hacía en el piso, de uno de sus costados salía una gran mancha que era sangre seca y bajo él había un charco seco de la misma sustancia, más había otra cosa, una sustancia acusa y de apariencia viscosa que parecía no secarse aún. Eso fue suficiente para que el joven policía saliera de la habitación un momento excusándose. Aunque el capitán supo lo que iría hacer cuando lo escucho devolver su estómago a la lejanía. Él estaba por salir cuando sin querer piso algo.

- ¡mierda! -Pensó él.

quizás era evidencia, más cuando lo vio con detenimiento noto que era un pequeño libro, que, aunque manchado supo era un diario, lo recogió y tras mirar el cadáver lo abrió...

buenas noches, dias o tarde, hoy quisiera enseñarles este pequeño proyecto que quizas y espero os guste, tratare de que sea de su agrado y pues es un experimento personal sobre mi forma de escribir y quiera que me acompañasen para que puedan ayudarme a mejorar, y les deseo lo mejor, gracias

Miedo, Soledad y Sangre...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora