KiSaku Week ( 8/11 to 14/11)

Hikaru y Takuto Kidou.

Jirou tarareaba para sí mientras hacía el desayuno moviendose al ritmo de una música que el mismo hacía sonar, sin necesidad de ningún acompañamiento, cuando sintió unos fuertes brazos rodear su cintura haciendolo detenerse y sonreír.

-No te detengas, por favor, sabes que adoro oírte cantar. Tienes una voz preciosa.-

-Eres un adulador, Kidou Yuuto.-río el ex jugador de la selección italiana girandose en los brazos de su esposo encontrándose con esos ojos rojos rubies que tanto amaba, y obsequiando a su esposo un besito rápido en los labios, escuchando pasos acercarse.-Buenos días.-

-Buenos días.-

-¡Buenos días,papás!-

Ambos adultos se sonrieron antes de separarse y en lo que Sakuma empezó a servir el desayuno, Kidou mandó a sus dos hijos a sentarse a la mesa.

-Tiene todo muy buena pinta, papa.-aseguró Takuto, el mayor de ambos adolescentes, a lo que Jirou le sonrió con cariño.

-Gracias, -

-Como siempre.-acotó Hikaru con una de esas lindas y adorables sonrisas que hacían imposible que Yuuto pudiera negarle algo.

Sí, lo mimaba un poco de más.

-Gracias, ahora a desyunar, mis niños. Que hoy es un día ajetreado.-

-Y que lo digas.-aseguro Takuto en lo que los cuatro empezaban a desayunar.-El entrenador Endou quiere que hoy ns quedemos hasta tarde entrenando para el partido contra el Brain de la semana que viene, y solo es un amistoso.-

-Bueno, ya sabes como es el kantoku.-rió HIkaru a lo que Shindou asintió, ninguno notando la mirada que los adultos compartieron en ese momento en lo que seguían desyunando.

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-Habla con Endou, por favor, recuerdale que los niños ya empiezan con los examenes y que Takuto tiene el recital de piano dentro de poco.-pidió preocupado Jirou a su esposo a lo que Yuuto asintió y esta vez fue él quien dejo un beso sobre los labios de Sakuma.

-No te preocupes, yo me encargo.-

-Gracias.-

-¡Papá, vamonos, que llegamos tarde!-

Ambos adultos rieron en bajo ante las palabras de su hijo menor antes de darse otro beso de despedida.

-Anda, ve con tus hijos antes de que vengan a buscarte.-

-A su orden, mi comandante.-se burló con cariño Yuuto.-Buena suerte con los chicos de la Teikoku.-

-Me adoran, no necesito suerte.-bromeo de vuelta el del parche y ambos se sonrieron.

-¡Papá!-

-¡Ya voy, ya voy!-

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La noche llegó más rápido de lo esperado y cuando un Jirou agotado entro en su cama no tardó en olor de la cena indicando que Yuuto ya había llegado con los chicos y estaba haciendo la cena. Además de eso escuchó el sonido del piano como llevando elegancia con cada nota por toda la casa indicando exactamente donde estaba Takuto.

-Buenas noches.-saludó llegando a la cocina- comedor- salón, sin paredes que los separada aunque eran habitaciones diferentes y distanciadas, notando que justo allí era donde estaba Hikaru haciendo los deberes en la mesita del comedor, el cual le sonrió riendo leve, feliz, cuando Jirou le revolvió el cabello dejándole un beso en su frente.

-Buenas noches, papa.-

-¿Qué haces?¿Los deberes?-

-Síp.-asintió el menor de la familia.

-¿Necesitas ayuda?-

-No, no te preocupes.-aseguro confiado el pequeño delantero antes de mirar hacía la cocina con cierta preocupación.-Pero tal vez papá si necesite ayuda para hacer la cena.-

Sakuma río, era él quien solía cocinar en la familia pero Kidou había querido hacerlo también para que Jirou pudiera descansar al volver a casa de su segundo trabajo pero bueno....había una razón por la él había sido él único en cocinar durante tantos años.

-Da una oportunidad a tu padre, lo está intentando y mejora cada vez.-

-Sí y no lo niego pero....¿pedimos pizza por si acaso?-cuestionó con ojitos de cachorro HIkaru a lo que riendo Sakuma asintió para alivio de su hijo antes de ir rumbo a la cocina dejando al menor seguir con los deberes.

Esta vez fue Sakuma quien rodeo la cintura de Kidou con sus brazos haciendo suspirar aliviado a su esposo quien giró a mirarlo.

-Buenas noches.-

-He quemado la cena.-fue el saludo del mayor haciendo reír a su esposo.-Sí, ja, ja, ja. Perdona.-suspira Yuuto algo culpable solo para ver a Jirou sonreír y sentir un beso dejado en sus labios que le hizo sonreír a él.

-No pasa nada, es cuestión de práctica.-le aseguro con cariño el menor de ambos.-Además podemos pedir pizza.-

Ante ello, Yuuto sonrió abrazando a su esposo.

-Bendita comida a domicilio.-

-Uhum.-

-¡Papá, la cena, se quemó!-

Y ambos rieron mirándose.

Hora de pedir la pizza.