Capítulo 4

32 5 0
                                    


Fuera del parque industrial, Leo caminaba esperando encontrar algún transporte que lo regresara a la residencia cuando un auto color negro se estacionó a un lado de él, el conductor bajo su vidrio revelando que era Mateo.

-La señorita Madeleyn me pidió que te llevara, por favor sube al auto.

-Gracias -agradeció Leo subiéndose en el asiento del copiloto.

-¿A dónde quieres que te lleve?

-Llévame a la universidad, vivo en la residencia para chicos.

-De acuerdo -asintió Mateo poniendo en marcha el auto -¿Qué es lo que tramas con la señorita Madeleyn? -preguntó Mateo.

-Creo que lo deje claro en la mañana -respondió Leo con la mirada fija en la ventana del automóvil.

-No quiero especular nada, solo quiero escucharlo claramente de ti -dijo Mateo.

Mateo quería asegurarse por sí mismo las intenciones que tenía con Madeleyn.

-Me interesa Madeleyn.

-Te interesaba antes de venir a la empresa.

-Por supuesto.

-Y después de conocer su historia que te interesa, Madeleyn o el dinero.

-Tú no te vas con rodeos, ¿verdad? -volteo Leonardo a ver a Mateo a la cara -tengo que confesar que cuando la vi algo me intrigó y hace rato quería comprobar algo si era como las demás no valía la pena que intentara algo con ella, pero me sorprendió -dijo recordando cómo lo separo de el para que no la besara -no es como las chicas que conozco así que quiero darme una oportunidad de conocerla.

-Hablas como si tú le estuvieras haciendo un favor pretendiéndola, cuando en realidad es al revés.

-¿Disculpa? -contestó irónicamente.

-Ella es diferente debido a las circunstancias en las que se encuentra.

-¿Qué quieres decir?

-Acaso crees que una joven dejaría de hacer cosas de jóvenes nada más para venir a trabajar, en cierto modo tienes razón, es diferente por eso fue adoptada para ocupar un puesto en esta empresa, solo por eso es diferente para ti si no hubiera sido adoptada por los Park sería igual que las demás chicas de su edad iría a la universidad, saldría con sus amigos, solo se tendría que preocupar por sus calificaciones, tal vez tendría un empleo de medio tiempo haría cosas que cualquier chica a su edad. Aun así, estarías interesado en ella.

-No lo sé, tal vez no -si no la hubieran adoptado, lo más seguro es que ella estuviera con Eliot en Mérida. Tal vez ninguno de los dos lo admitiría, pero hace siete años a Eliot le gustaba, de hecho siempre pensé que estarían juntos, pensaba que era cuestión de tiempo para que Margaret se diera cuenta de sus sentimientos, así él-, pero la adoptaron y el destino me trajo aquí, no sé cuáles son los planes del destino caprichoso, no sé qué nos depara el futuro, pero por ahora solo sé que debo de estar a su lado -afirmo muy serio Leo a Mateo, así para cuando regrese y vea a Eliot al fin le pueda dar tranquilidad pensó.

-¿Cómo?

-Hombre ¡en serio! ¿Qué, quieres saber todo?, no quiero saber el interrogatorio por el cual has hecho pasar a todos sus pretendientes.

-Nunca ha sido necesario, de hecho, tú eres al primero que le hago este interrogatorio -dijo mientras detenía el automóvil debido a una luz roja que marcó el semáforo en una avenida.

-¡En serio! Los rumores sean han hecho tan grandes de que va a ser heredera de un cartel de mafiosos y por eso no se le acercan.

-No, eso solo es en la universidad, hay muchos hombres que están tras ella, pero nunca ha necesitado mi ayuda, ella puede defenderse sola.

-¿En serio? No deja de sorprenderme, creo que me está empezando a interesar más -dijo mientras pensaba en lo que le había escuchado de Eliot -por supuesto que se puede defender sola si Eliot le tenía miedo cuando se enojaba con él, según él ella causaba más miedo que su madre de él y cuando éramos adolescentes nos podíamos enfrentar con muchos hombres a golpes sin tener miedo, pero con un solo regaño de nuestras madres bastaba para temblar de miedo.

-O tal vez debería dejar de interesarte.

- ¿Por qué?

-Ella tiene un temperamento fuerte por lo que puede ser un poco difícil de lidiar en la oficina, es muy difícil lidiar con ella y ha tenido varios conflictos con sus primos.

-¿Y eso?

-Son chicos jóvenes y todos con diferentes temperamentos, de hecho, analizándolo los cinco tiene temperamentos fuertes y si creen tener la razón no es fácil que cedan. Hemos llegado -dijo estacionando el auto enfrente de la residencia para chicos.

-Sabes cada persona es diferente, aun tengamos los mismos hábitos, nuestra forma de pensar puede ser diferente, aunque estudiemos lo mismo, nos pueden interesar otras cosas, aunque hagamos la misma acción, varias personas cada una la realiza de manera diferente, lo único que tenemos en común es que todos estamos bajo la misma luna desde el momento que nacimos.

-Leonardo creo que lo mejor...

-Si vas a seguir persuadiéndome para que no siga a lado de Madeleyn no quiero escucharte -lo interrumpió -por ahora solo voy a seguir estando a su lado, gracias por traerme -agradeció el aventón y se bajó del automóvil -creo que he hecho una buena actuación para que no sospechen que la conozco desde antes y dejar en claro el motivo por el cual necesito estar al lado de ella, creo que es mejor que crean que es por amor así no sospecharan que este a su lado a que fuera por amistad sería más difícil de explicar por qué quiera estar a su lado -pensó caminando rumbo a la residencia.

-¡Viejo! ¿Dónde te metiste? -preguntó Rayan acercándose a él junto con Carol, fuera de la residencia.

-Estuve con Madeleyn.

-¿En serio? Después de todo lo que te advertí -se preocupó su amigo.

Rayan se encontraba boquiabierto, no podía creer lo que Leo estaba diciendo. Al estar con Madeleyn le daba entender que no tenía respeto por su vida.

-Y no eran necesarias tus advertencias.

-¡No eran necesarias! Los primeros meses que llegaste de intercambio no quisiste saber nada de chicas y ahora te empiezas a interesar por la chica más peligrosa de toda la universidad -exclamó exasperado.

-Ella no es como la describes -le respondió a Rayan algo irritado por lo que decía.

-Ah, no. Entonces, ¿cómo es?

-Si a ella le importara lo que dices, haría que te arrepintieras de lo que digas, tanto física como mentalmente.

-Eso no ayuda ni un poco para que la estime.

-¡Vamos Rayan! Leo puede salir con quien él quiera, tiene juicio propio. A demás si yo fuera Leo no me dejaría guiar solo por rumores -intentó Carol calmar la situación.

-Si la conocieras, aunque sea un poco, tendrías el deseo de poder ayudarla en todo momento, estar a su lado para cuando lo necesite y nunca permitirías que alguien le hiciera daño -la defendió Leo. Estaba a poco de perder la paciencia con Rayan.

-¡Es en serio!, te ha lavado el cerebro y al parecer no podré hacer nada para convencerte de que ella es peligrosa para ti.

-¡Oh, que lindo! Parece sacado de una novela juvenil, es como si ustedes dos fueran los protagonistas, tú serías el chico popular y ella la chica incomprendida y pura -los comparo Carol con los protagonistas de las novelas que lee.

-Si supieras todo lo que yo sé... -dijo Leo a su amigo sin tomarle importancia a lo que Carol decía.

-¿Qué es lo necesito saber para entenderla? -interrumpió interrogándolo.

Comprendió Leo porque Madeleyn dejo a la gente hablar, era bastante estresante sacar a las personas de sus errores cuando estaban convencidos de tener razón y se negaban a que hubiera otra verdad.

-No lo entenderías si te lo contara, es mejor que no sepas nada -finalizó Leo dirigiéndose a su habitación dejando a sus amigos en el corredor.

CONTRATOS [Terminada] SAGA CONTRATOS ADOPTIVOS LIBRO lDonde viven las historias. Descúbrelo ahora