Hola,
Soy Madison Priston, ahora tengo 18 años y vivo en un barrio cerca de la ciudad con mis padres y mi hermana.
Seguro que os habéis preguntado por que digo ahora, ¿no? Pues es porque os voy a contar toda mi historia, desde que era pequeña y tenía once años:
Mi padre es Noha Priston y mi madre es Olivia Ruíz. Son los encargados de una empresa muy famosa en el país, así que si, son ricos. Mi hermana es Emma Priston, tiene siete años.
Voy a un colegio poco conocido y estoy en sexto de primaria. En mi colegio algunos llevan uniformes y otros no. Yo estoy en el grupo de los que nunca llevarían esa puta mierda de uniforme.
Ahora estamos dando matemáticas, es un aburrimiento de clase, pero solo me quedan diez minutos de clase para que empiece el patio y la comida.
La clase se me hizo súper larga porque nos mandaron como cien ejercicios para hacer, lo bueno es que mates ya ha pasado y ahora estoy en el patio, buscando a mi hermana. Ya había acabado de comer y me quedaba poco tiempo de patio.
Vi a mi hermana con un chico que parecía cuatro años más mayor que ella, así que fui a ver quien era. Era un chico que había visto pocas veces en el pasillo, se llama Max, rubio, con ojos azules y precioso.
—Hola Madi.— Me dijo sonriendo. Estaba roja como un tomate, seguro que había estado corriendo detrás de Max, parecía cansado.
—Hola ¿Qué hacéis?
—Estábamos jugando a un pilla pilla y acabamos de parar a descansar.— Dijo Max mirándome.
<<Dios, hasta su voz suena bien>>
—Ahh que...— Y fui interrumpida por el timbre del final del patio.
Suspiré y fuimos a subir las escaleras para ir a clase. En lo que subíamos las escaleras no pude parar de mirar a Max, era guapísimo.
—¿Madi? ¿Así te llamas, no?—Preguntó el.
—Si.— Dije asintiendo varias veces.
—Vale Priston— Dijo guiñándome el ojo y me quedé pensando, sonriendo como una boba por el guiño pero pensando en cómo se sabía mi apellido. Ah claro, será por el nombre de la empresa de mis padres "Priston services". Todo el mundo me conocía por esa empresa.
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Al salir del colegio me subí en el autobús y me dirigí hacia la casa de Haley Hyde. Una de mis mejores amigas. Es de las únicas personas en la que siempre he podido confiar.
Creo que en su casa estarán las demás, estamos intentando hacer un plan para este finde de semana con sus amigos que todavía no conozco. Cuando hagamos el plan llamaré a mi padre y le preguntaré si me deja quedar con Haley y con sus amigos por su barrio.
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—¿Diga?— Se escuchó al otro lado del móvil.
—Hola papiii, ¿Sabes que te amo y que eres el mejor padre del mundo, no?— Dije haciéndole la pelota.
—¿Qué quieres, a ver pelotilla?— Dijo riéndose.
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