7. Ley del hielo

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Extrañaba mi vida discreta. Desde lo que pasó hace un par de semanas las personas no dejaban de murmurar a mis espaldas. No fue Seoham quien recibió la cachetada la víctima mayor sino yo, la persona "normal" que había quedado en medio de la pelea entre dos figuras populares. 

Algunos decían que yo había intrigado para que la chica Yuna no tuviera oportunidad con Seoham porque secretamente estaba enamorado de ella. Otros decían que utilizaba mis influencias como delegado para tener a Seoham como mi perrito faldero. De un modo u otro era yo el que quedaba peor. 

-No sigas pensando demasiado en eso. Las personas pronto encontrarán otra cosa de qué hablar y te dejarán en paz. -Tsuki que siempre había sido una persona muy relajada trataba de darme ánimos a mí, la persona más neurótica del salón.

-Literalmente no hice nada, sólo traté de separarlos y terminé así. -Le di una gran mordida a mi sándwich con un poco de coraje. -Y lo peor es que mientras estoy aquí escuchando que las personas hablan mal de mí casi en mi cara, él me ha aplicado la ley del hielo. ¿Ahora realmente me culpa de eso? 

Di un golpe a la mesa que hizo a Tsuki saltar y verme expectante pero yo solo continué comiendo. No es como si fuera a querer confrontarlo. No estoy ciego, me derribaría fácilmente. Pero lo que no podía decirle a mi amiga era lo que realmente me tenía enojado y frustrado.

-No creo que sea así. -Se quedó pensativa, viendo a la nada. -Tal vez sólo busca protegerte. ¡Sí eso debe ser! 

-¿Protegerme? 

-Sí. Por lo que me contaste, él se enojó mucho cuando la chica empezó a hablar mal de ti, ¿no es así? 

-No fue precisamente así. 

-Jaechan, piénsalo. ¿Un cambio así repentinamente? Seguramente se siente culpable de haberte ocasionado problemas...

-Tsuki, -la interrumpí- estás basando todo en la teoría de que a él le importo de una manera diferente pero, estás olvidando la parte en la que lo hemos visto salir de el salón con la misma chica estos últimos días. 

Aunque me dolieron las palabras que acababa de pronunciar, tenía que se realista. El que fuera un mujeriego era algo que todos sabían, pero durante el periodo de "nuestra amistad" jamás lo había visto con una chica de una manera sospechosa. Hasta empezaba a dudar de que los rumores fueran ciertos. Sin embargo, dos días después del escándalo, una hermosa chica de cabello castaño largo lo esperaba al finalizar las clases afuera del salón. 

La primera vez que los vi sentí como un hueco en el estómago. Los demás decían cosas por lo bajo acerca de lo bonita que era ella y lo bien que se veían juntos. Es por eso que los chismes se enfocaron más en mí que en él porque, ¿cómo podía ser cierto que alguien que tenía a su alcance a las mejores chicas se fijara en otro hombre? 

Bueno, era de esperarse con ese tipo de personas. Me despedí de mi amiga y por primera vez en mucho tiempo me fui a mi lugar favorito. Ya no con la misma intención. La realidad es que le había agarrado demasiado cariño al sitio porque era muy cómodo. Además, quería estar solo. 

Pensé que no era día de práctica pero para mi sorpresa tenían un entrenamiento especial porque se acercaban las competencias entre escuelas. Bien, mejor aún. Le demostraré que no me importa y que mi rutina puede volver a ser lo que era antes de él. 

Seguro para él dentro de su basto ejército de adoradores no soy más que una mosca. Pues bueno, para alguien con años de experiencia con un amor no correspondido esto es pan comido.

Me di ánimos a mí mismo mientras seguía escribiendo mi ensayo sobre esa banca desolada. El viento se ponía más frío conforme avanzaban los minutos. Como desconocía el cambio de temperatura no estaba preparado y los bellos en mi brazo se erizaban cuando el viento se hacía más fuerte.

No soy masoquista pero me gustó la sensación porque me hacía olvidar mis problemas amorosos. Sin embargo eso no impedía que de vez en cuando temblara un poco.

El campo de juegos se puso ruidoso cuando alguien estuvo a punto de anotar un gol. Inconscientemente miré en esa dirección y mis ojos se encontraron con los de Jonghyeon quien acababa de notar mi presencia. Aún no me acostumbraba a que él supiera de mí por lo que cuando me saludó con la mano no pude evitar voltear como un tonto hacia atrás de mí pensando que tal vez saludaba a alguien más.

Respondí el saludo con una sonrisa cordial. Quizás podría realmente llegar a ser su amigo. Sentí tranquilidad después de varios días de angustia.

Los gritos masculinos me hicieron salir de mis pensamientos. Incluso Hyeong a lo lejos había regresado su atenció al campo. Alguien estaba atravezando el lugar corriendo en dirección a los vestidores. Los demás parecían enojados de tener que pausar la práctica.

La figura volvió a emerger a la vista de todos pero en vez de volver a jugar se aproximaba a la zona donde yo me encontraba.

Observé todo el movimiento tratando de comprender qué ocurría. Entonces el chico alto estaba cada vez más cerca. Parecía molesto ya que no tenía la típica expresión burlona.

Me tensé en mi asiento. Por un momento ya que venía a gran velocidad, pensé que me derribaría. Pero en su lugar se detuvo frente a mí con su rostro escurriendo algunas gotas de sudor.

No decía nada. Pero me di cuenta que traía algo en las manos. Como una prenda de ropa. Se me quedó viendo de arriba abajo y yo seguía sentado sin saber qué hacer.

Además de los jugadores, otras personas nos estaban viendo curiosos. Entonces él hizo algo inesperado. Se puso a mis espaldas y de pronto algo cálido impidió por fin que el frío viento siguiera chocando contra la piel de mis brazos.

Él había colocado una sudadera gris sobre mis hombros y por la diferencia de tallas era como me hubiera puesto una cobija. Después me sobresalté al sentir repentinamente su cálido aliento cerca de mi oído.

-Si tanto quieres ver a tu amado Jonghyeong al menos no mueras de hipotermia en el proceso.- murmuró aún estando a mis espaldas y apoyando ambas manos en mis hombros. 

Me quedé congelado y cuando por fin pude ver su rostro ya que de nuevo se dirigía al campo caminando peligrosamente de espaldas, sentí que temblaba pero ya no de frío. 

-... -me quedé mudo, sintiendo las miradas incrédulas y murmullos. 

-¡Puedes regresarla otro día! -gritó poniendo ambas manos a lado de su boca para amplificar el sonido. Sonrió con esa sonrisa del típico chico rompe corazones y continuó su camino corriendo ya de la manera correcta. 

Realmente no entendía qué estaba pasando. Después de claramente estarme ignorando por días y ahora hacía esto. ¿Es normal tener esas atenciones entre hombres? Quizá lo sabría si la mayoría de mis amistades no fueran mujeres. 

Me quedé sentado viendo el resto del partido de reojo y fingiendo hacer mis deberes. No me marché de inmediato porque no quería demostrar lo mucho que eso me había afectado. Desconocía si eran alucinaciones mías pero, de todas las veces que miré rumbo al campo, sentía que Seoham me veía sonriente mientras jugaba. 

Antes de que la práctica terminara, tomé mis cosas y me retiré silenciosamente. No intenté despedirme de nadie y tampoco me quité la sudadera. Una vez que dejé el campo abierto pude notar que la prenda despedía un aroma que identifiqué de inmediato. No sabría decir si era un perfume o crema pero sin duda era algo que mi cuerpo reconocía como Seoham. Inconscientemente respiré profundamente y me embriagué con el aroma. Terminé sonrojándome mientras caminaba por los corredores de la escuela ya que me sorprendí a mí mismo imaginando ser abrazado fuertemente por él mientras respiraba el aroma de su cuerpo. 


No es una historia de amor [Fanfic BL Park Seoham y Park Jaechan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora