Mi Presa, Mi Conejito, MI Denki

Capitulo ³³

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Primer paso
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A la mañana siguiente despertó aturdido, con cabello desordenado y los ojos ligeramente hinchados. Se levantó un poco tambaleante y se dirigió al baño, al lavar su cara con agua fría se aclaró todo, al recordar se giró instintivamente viendo su alrededor. No estaba en la habitación de Kirishima, estaba en su propia habitación y no veía al susodicho por ningún lado, por lo que pudo concluir que lo había dejado y se había ido.

La culpa por su reacción lo empezó a invadir.

No debí haberlos ignorado así. Pensó, las gotas de agua que escurrían por su cara habían mojado parte de su blusa, así que notandolo se fue a cambiar, de igual forma tenía que hacerlo, no podía faltar a clases. Sólo esperaba poder enmendar su error.

Cuando terminó, salió de habitación, miró a los lados sin ver a nadie en los pasillos, así que se dirigió a la cocina.

–Buenos días, Kaminari-kun– saludó cordialmente Iida, en cuanto el susodicho arribó.

–Buenos días, Iida, Ochako y, Asui.

–Buenos días, Kaminari-kun– devolvió la castaña con una sonrisa.

–Buenos días, Kaminari-kun. Qué raro verte despierto tan temprano, casi siempre eres de los últimos en despertar, o el último– ante tal honestidad, el mencionado no pudo más que sonrojarse de la vergüenza.

–Asui-san– llamó la atención el de lentes.

–Tienes razón, siempre soy el que se despierta de última– habló avergonzado rascándose la nuca.

–No te lo tomes a mal, sólo es sorpresa.

–No, claro que no– negó rápidamente con nerviosismo.

No estaba molesto, pues sabía que su compañera solía hablar sin pelos en la lengua.

–¿Quieres un pan tostado, Kaminari-kun?– ofreció Uraraka, quien estaba tostando un par de panes en la tostadora.

–Sí, gracias– accedió feliz.

Como nunca se levantaba temprano, en las mañanas prácticamente sólo convivía con Bakugou y Kirishima, porque eran los únicos que lo esperaban o se acordaban que se probablemente se había quedado dormido. Así que, le era extraño esta nueva convivencia con miembros del Dekusquad, aunque le parecía agradable, además, por primera vez en mucho tiempo podría comer tranquilo sin necesidad de casi ahogarse con la comida por ir corriendo. O eso creía, porque a la mitad de su emparedado recordó porque se había levantado tan temprano, con eso en mente comenzó a comer rápido, sorprendiendo a los ahí presentes.

–Kaminari ¿estás bien?– preguntó el peli azul mirándolo con sorpresa –¿Te sucede algo? Si comes tan aprisa te vas a ahogar– advirtió esta vez ya más preocupado.

El cuestionado sólo negó, pasando con dificultad el último bocado. Agradeciendo por el almuerzo y despidiéndose de todos se levantó y se fue casi corriendo, aunque al salir se percató que le faltaba la mochila, sí que tenía mala suerte. Entró a buscarla así como salió, mientras el trío de la cocina sólo lo miraba pasar.

–Que raro está actuando– comentó Asui de pronto.

–¿A qué se deberá?– agregó Iida.

Y Uraraka sólo se alzó de hombros sin tener la respuesta a la pregunta, dejando los platos en vajilla para lavarlos. Incluso, de tan mala suerte que tubo Denki, los demás terminaron por salir antes que él, aunque, al menos no era demasiado tarde, estaba como en un punto intermedio entre temprano y tarde.