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Taehyung
Eran casi las diez de la noche, el sueño estaba empezando a vencerme.
Ese puto había desaprobado por tercera vez el último diseño. Estoy empezando a perder la paciencia, es imposible concentrarse cuando lo tengo respirándome en el cuello todo el tiempo.
—Listo, ya está
Jungkook detalla el diseño—Hay algo que no termina de convencerme Cámbiale las mangas.
—Pero fue lo que te gustó del Anterior diseño.
—Ya no me gustan. Cámbialas ¿No me digas que sabes más de esto, que conoces mejor yo, mis prendas?
—Si las conocieras no me tendría desde la siete de la noche con el mismo diseño. Estoy cansado, mañana podemos terminar de hacerlo.
—¿Estás oyendo el tono en el que me hablas, pedazo de mediocre?—Se le acerca rodeándolo, lo detalla de pies a cabeza
—Quizás el cansancio no deja que tomemos una buena decisión.
Me sentí intimidado, clavó sus ojos en mí como un par de puñal. De repente me empujó por el hombro llevándome contra la pared, acercó su rostro al mío.
No sé que le pasa, ha estado actuando raro. Olía mi cuello, rozaba la nariz suevamente. El perfume de su aliento es cautivador, sentir su respiración por segunda vez en el día, pone a mi amigo inquieto.
Jungkook es excitante, nunca imaginé tener un encuentro cercano por segunda vez, el mismo día. Estuvo así por un tiempo. Estaba nervioso, no sabía que hacer, sentí que quería besarme
Una vez más soy salvado por la campana. La puerta Se abrió abruptamente, era su novia. Esta noche quiere desatarse la tercera guerra mundial.
—¿Qué pasa con ustedes?
Pensé que Jeon se pondría nervioso, pero paso lo contrario.
Giro la cabeza con una sonrisa en sus labios, igual que en la mañana, cuando la bruja lo sorprendió tocándome el pito.
Levanta la ceja—Nada, el señor Jung no quiere obedecer misórdenes, quiere ir a casa sin terminar sus obligaciones. —Mira a Taehyung de manera lujuriosa, desliza la lengua con sutileza por los labios —Puedes largarte —Le habla al oído —Te salvaste está vez, pero la próxima, no voy a perdonarte.
Taehyung
Empece a recoger mis cosas rápidamente, había un silencio incómodo en el lugar.
Salí disparado de esa oficina, pero me devolví. Por simple curiosidad quería saber que iba a decirle a la bruja, pegue la oreja en la puerta con cuidado
