Narra Xiao Ling.
Hoy es el día en que voy a dejar que el mundo conozca la verdad.
La verdad de lo que se avecina. Durante años las mujeres Alfa han estado desapareciendo, y mi manada también.
Alguien se está encargando de que este mundo sea dirigido por una comunidad machista y alfista. Eliminando a todo aquel que se pueda meter en su camino.
Mi manada es una manada de profetas, ancianos y niños que pueden ver el futuro y el pasado, e incluso pueden cambiar el presente con su magia.
Pero desde hace mucho tiempo llevo viendo la misma visión una y otra vez. Es un Alfa, pero no quién es, no se le ve la cara, solo sé que él es el culpable de que estén desapareciendo las mujeres Alfas. Después aparece una pareja, una zorro Omega y un lobo Alfa, ella está en cinta. Cuando nace la niña el Alfa muere, y la Omega se empareja a otro Alfa para no morir.
De ahí en más, no sé qué pasa con la niña, hay una presencia que no me deja ver el futuro de esa niña, pero sé que su papel en esta visión, es cambiar todo lo que ese Alfa está haciendo ahora, pero no sé, si para mejor, o para peor.
Estaba en medio de los pocos que quedábamos, todos los profetas a mi alrededor tratando de meterse a mi cabeza para saber con exactitud lo que va a pasar con el futuro de la cachorra.
Pero nada, ninguno de los más poderosos profetas pudo, simplemente me hicieron prometer que lo que sea que pase, no me puedo involucrar.
No sabía que más adelante me podría arrepentir de mi voto de silencio, si no lo hubiera echo, todos seguirían vivos, porque mientras dormía, una visión llegó a mi.
Donde yo era la última de las profetas, una Omega anciana que cargaba conmigo la profesía de la mestiza, o así era como había decidido llamarla, puesto que la niña no era una zorro, ni era una lobo, pero tampoco una híbrida, simplemente era una mestiza.
Cuando me desperté todo estaba envuelto en llamas, y ahí fue cuando me dí cuenta que la profesia ya había comenzado, ya todo estaba por empeorar para luego mejorar.
La magia oscura me atacó, sabía que estaban tratando de matarme para que la profesia no se cumpliera, pues yo era una pieza principal del rompecabezas, entonces un brujo que habitaba entre nosotros los profetas me maldijo.
La maldición decía que no podía morir hasta que así lo quisiera la mestiza, desde entonces vagué por el mundo en busca de tan dichosa Omega, madre de la niña que sería mi salvación, y mi muerte.
Después de 70 años buscando decidí quedarme en Busan, en la manada de zorros del sur, ellos me acogieron, y desde la primera noche que pase ahí, una nueva visión llegó a mí, era la madre de la mestiza, ella era una zorro, y entonces vi la manada, ella pertenecía a esta manada.
Años después nació la madre de la niña de mi visión, era una hermosa Omega con cabellos castaños, ojos celestes, blanca como la nieve, con unos labios tan rojos como el carmín, y con el corazón más bondadoso que había visto.
Después de su nacimiento le conté a sus padres de la profesía, ellos accedieron a dejarme enseñarle todo lo que debía saber para poder defender a su futura y única cachorra.
El tiempo pasó, ella se presentó como una Omega, aunque eso yo ya lo sabía, y llegó el día, en que mandé a llamar a los Alfas de todas las manadas del bosque de Busan para hablarles de la profesía.
Todos estaban reunidos en un mismo lugar, me acerqué a un joven lobo y lo posicioné al lado de Nara, que era como se llamaba esa preciosa Omega que sería la madre de la mestiza.
Desde que se vieron sus animales guía se reconocieron entre ellos, se aceptaron, y durante toda la velada no se separaron, cuando les hablé de la profesía muchos la aceptaron, otros dijeron que estaba loca, y los que no dijeron nada solo se fueron molestos.
Pero al menos estaban al corriente de lo qué pasaría ahora que los predestinados se conocían, y que no faltaba tanto para que naciera la mestiza.
Una vez la Omega dejó a cargo a su mejor amigo de la manada que se suponía sería de ella al morir sus padres por ser hija única se marchó con su Alfa a su manada de lobos de la montaña del norte.
Cada noche soñaba con ellos, sabía que ninguno lo estaba pasando bien, que me necesitaban, pero no podía hacer nada, pues ese estúpido voto de silencio me lo impedía.
Lo único que pude hacer fue recoger mis cosas y marcharme, no podía hacer más que esperar a que naciera la niña que dentro de poco estaría en el vientre de su madre.
Ya estaba a las afueras de Busan, en la frontera que tenían con la manada de Seúl, miré hacia atrás y le pedí perdón a la Santa madre Luna por no ayudarlos.
— Perdónenme, se los voy a recompensar asegurándome de que su hija no pase por tanto.
Pero a quién engañaba, la niña pasaría por cosas todavía peores, tendría que hacer cosas de las que nunca estaría orgullosa, pero al final obtendría eso que siempre estará buscando; amor.
Frozrn
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|| Mestiza ||→jjk
WerewolfTodo el mundo sabe que las mujeres alfa ya no existen, y que lobos y zorros siempre han estado en guerra, pero.... ¿por qué no llegan a un acuerdo de paz? Ese es un secreto que murió junto con los alfas de las manadas que crearon tal enemistad. Lian...