Capitulo 20

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Pasé al lado de Emmett y me dió una palmada en la espalda.
Ambas subimos hasta su habitación que parecía una estética de las más caras en Paris.

—Venus...no te odio, lo entiendes, ¿no?

Negué con la cabeza.

—En el fondo me agradas, pero...cuando llegaste a casa siendo humana, en realidad te envidiaba.

Rosalie era como una Barbie humana, y cien veces más hermosa que yo.

—No tiene sentido

—Lo tiene —susurró— Tu podías elegir y yo no. Ninguno de nosotros, pero tú si y te equivocaste. Sé que tu vida humana era perfecta... teniendo la fama que tenías, ¿Por qué te quedaste con Edward?

—Bueno, mi vida no era perfecta, creo que ninguna podría serlo.

—La mia lo era. Absolutamente perfecta —susurró— Quería hacer muchas cosas... casarme, tener una linda casa y un esposo que me besara todos los días. Mi propia familia... Royce King era el soltero más codiciado del pueblo, apenas lo conocía, pero yo era jóven. Estaba enamorada de la idea del amor.

Asentí. Entendía bien esa idea.

—La última noche de mi vida, salí tarde de la casa de una amiga. No estaba lejos de casa. Encontré a Royce y sus amigos, estaban ebrios. Ellos me tomaron por la fuerza... —su voz perdió fuerza y unos segundos después se recuperó— Me dejaron en la calle pensando que estaba muerta. Yo hubiera preferido eso. Carlisle me encontró, olió toda la sangre. Creyó que me ayudaría.

—Lo lamento.

Ella sonrió.

—Me vengué de todos ellos, uno por uno. Dejé a Royce para él final, para que supiera que vendría... Era un poco teatral en ese entonces. —hubo un momento de silencio y continuó— Todo mejoró cuando encontré a Emmett. Pero siempre estaremos así... estancados. Nunca avanzaremos. Eso es lo que más extraño, las posibilidades.

Asentí despacio.

—Estar sentada en el patio de alguna casa, Emmett encanecido a mi lado rodeado por nuestros nietos. Oir sus risas.

—Entiendo, Rose. Pero yo no quería esto, es decir, a mi me bastaba con tener mi corta y feliz vida al lado de Edward. Nunca le hubiera pedido esto...supongo que los accidentes pasan.

Ella hizo un ruido como si estuviera llorando.

—Lo lamento tanto

—¿De qué hablas?

—Es nuestra culpa que estés así. Sé lo mucho que debes estar sufriendo, jamás crecerás y mucho menos podrás tener hijos...o una vida normal siquiera.

—Rosalie...yo...no

Suspiré.

—Se que vas a decir que no quieres tener hijos pero algún día lo vas a desear...y es por eso que hubiera deseado que no tuvieras que estar en esta situación.

—No, Rose. Me refiero a que yo no podría tener hijos de igual forma.

—¿A qué te refieres?

—¿Edward no les contó nada?

—No

—Era parte de estar en la academia...te quitaban esa posibilidad desde un principio. Así que aunque fuera humana aún...no podría.

—Yo...no tenía idea —susurró— Cuánto lo siento.

—Descuida

—¿Podrías disculparme por portarme tan mal contigo?

—Claro, Rose. Eres mi hermana ahora —dije y le dí unos golpecitos en la espalda.

Algo andaba divagando en mi mente. Sabía que estaba pasando una fecha por alto.

—Rose, ¿Qué día es hoy?

—Lunes trece de julio —respondió— ¿Qué sucede?

—El miércoles sería mi cumpleaños, y Charlotte...

—Una cosa más por la que disculparme.

Saturno, Marte, Venus y Edward (Edward Cullen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora