Cielo Azul

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Cinco años atrás...

Diciembre, 7:00 am

Era una hermosa y fría mañana de invierno, las clases estaban por finalizar para darle la bienvenida a la navidad y año nuevo.

-Felix, ¿hoy te ves como un ángel o solo es mi imaginación?

-deja de molestar Hyunjin

-no te hagas el difícil Lixie y solo acepta que te gusta Hyunjin, un día no podrás decirle lo mucho que lo amas y te arrepentirás.

-Innie tiene razón, aunque eso sonó muy profundo.

-Jinnie... te diré lo que causas en mi

-adelante pecas

-me causas vomito

La sonrisa de Hyunjin se borró al instante-gracias por lastimar mis sentimientos.-

-de nada.

-eso explica todo, ambos se gustan pero Felix no quiere aceptarlo, está bien, tómate tu tiempo pero prometan que se amaran para siempre y que serán mis amigos para toda la vida.

-ok... lo prometemos-dijo Felix un tanto dudoso de la extraña actitud de su amigo.

-prometanlo bien

-como decirle que no a esos hermosos ojos- dijo Hyunjin haciendo un puchero.

-siempre caes en sus juegos... imbécil

Los tres rieron y juntaron sus pulgares cómo siempre lo hacían cada que se prometían algo muy importante, sin saber que esa sería la última vez.

-lo prometemos, hasta que el cielo deje de ser azul- dijeron al unisono, sellando así un pacto de amor y amistad solo para Jeongin.

-hasta pronto hyungs- dijo mientras los abrazaba fuertemente, alejándose poco a poco.

-nos veremos en la salida- grito Hyunjin -creo que Jeongin lo olvido-

-no lo sé, actúa muy raro desde hace dos semanas, creo que aún no procesa el hecho de que salió del closet frente a toda la cafetería-

-siento que es difícil, aunque sus padres lo apoyan, no todos piensan igual, solo fingen para no quedar mal ante la sociedad. O talvez alguien se le declaró y no nos quiere decir-

-¿cómo le haces para ser tonto y listo al mismo tiempo?

-si sigues insultandome te voy a besar enfrente de toda la cafetería hasta que te desmayes-

Aunque Félix no lo admitiera realmente se había imaginado a Hyunjin besándolo y eso solo lo hacía sentir ¿raro?, la verdad es que no entendía muy bien lo que sentía por aquel chico de cabello rojo, no podía controlar sus sentimientos.

13:00 pm

Jeongin iba con las manos en los bolsillos disimulando el temblor de las mismas. Caminaba lentamente por los pasillos intentando atrasar lo inevitable.

Desde hace dos semanas había recibido mensajes de amenaza dónde le decían que lo mataría por ser un mentiroso, diciéndole que lo odiaba y que lamentaría no haber correspondido sus sentimientos.

Al principio no le tomo importancia, pero cuando descubrió quien era la persona que le dejaba esos mensajes en su casillero, logro entender todo.

Hace un año un chico le había pedido ser su novio pero tenía que ser secreto para no arruinar su reputación como jugador estrella de basquetbol, Jeongin se sintió usado así que le mintió diciéndole que no era gay. En ese momento había cometido un error pero no sabía que sería un problema en el futuro.

Jeongin se preocupo y aunque le dijo a sus maestros, estos lo ignoraron y prefiero no decir nada, tampoco es que no tuviera confianza con sus amigos o familia pero todo cambio cuando unos días antes había recibido una carta donde amenazaban de muerte a sus amigos y familia, pero lo más aterrador no fue eso, si no que la carta estaba en su cama, nadie de su familia había ido a dejarla, simplemente su acosador entro por la ventana y la dejo ahí, no como advertencia si no como un aviso de lo que haría con él.

13:35 pm hora del incidente.

-no creí que el entrenamiento duraría media hora más, todo por culpa de Damián.

-ese imbécil cree que por ser el jugador estrella tiene derecho de no venir a los entrenamientos-dijo su compañero de equipo

-lo se Tae, pero ese hijo de...- el insulto de Hyunjin fue interrumpido por el sonido de una llamada

-Hey Ángel, ya voy para la casa de Jeongin, no me presiones... ¿Felix?

-Hyun.. Hyunjin yo...

-¿Estás bien?-dijo preocupado por el tono de voz del pecoso

-Hyunjin... Jeongin murió

-¿Qué?- Hyunjin paro en seco, no creía haber escuchado bien.

-ya no está Hyunjin, Jeongin murió, se fue, se fue- dijo Felix al otro lado de la línea llorando y sintiéndose destrozado.