ᨒᨒ ¿Qué pasaría si de pronto, en un mundo en donde lo normal es tener un alma gemela, 𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝘀 𝘁𝗲𝗻𝗶𝗲𝗻𝗱𝗼 𝗱𝗼𝘀? ՚՚ ‧₊˚* 𔘓 ੭
Este es el caso de Shoto Todoroki, Izuku Midoriya y Katsuki Bakugo, tres adolescentes que podrían considerar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Esa mañana Shoto despertó con la respiración agitada, su cuerpo se encuentra especialmente caliente y puede sentir cómo su interior quema como una llama ardiente rogando la atención de sus destinados. Ya que aún habiendo cumplido 22 años de edad y siendo un adulto completamente independiente, no contaba con algo básico: supresores.
Los laboratorios constantemente fallaban en la elaboración de estos. Por lo que los ipsilons como él seguían sin tener un apoyo para atravesar sus ciclos de celo.
Con frustración y una leve capa de sudor cubriendo su cuerpo se sienta en la cama tamaño king que comparte junto a sus destinados. Está solo, seguramente Katsuki e Izuku se encuentran rondando el departamento, ellos tenían trabajo ese día. Él en cambio, por obvias razones, se vería obligado a quedarse allí, acostado y padeciendo los dolores y calores propios del celo.
—Maldita sea. —Murmura en medio de pesadas respiraciones.
Sus sentidos fueron prontamente opacados por los dulces y fuertes aromas que se hallan impregnados en las sábanas negras, su mente lentamente se empieza a nublar, las ganas de tener a Katsuki o Midoriya a su lado iban en aumento junto con aquella sensación de insatisfacción que lo arrastra a actuar irracionalmente.
Toma la sábana, aspirando profundamente el aroma de esta, llenando sus pulmones de las exquisitas feromonas de sus hombres, hunde su rostro en la tela, dirigiendo su mano hacía su entrepierna, se había excitado con la simple presencia de los aromas ajenos. Así de necesitado se siente, casi de forma ridícula y desesperada. Sin embargo, no tenía tiempo para pensar en ello, tampoco quería hacerlo.
Solo tiene en claro un objetivo pero este no podría ser cumplido a menos de que tuviese a alguno de los otros dos para ayudarlo.
Con lentitud pasa su mano por debajo de la tela del bóxer, su falo se encontraba duro y podía sentir la humedad y viscosidad de su trasero, ese era otro punto que detestaba de estar en esas fechas y atravesarlas en soledad, el atender una única parte de él no le satisfaría por completo. Y el no poder siquiera conseguir sentir verdadero placer en una, le era peor.
Suaves y tímidos jadeos escapan de sus labios mientras empieza a subir y bajar con lentitud su mano alrededor de la extensión del tronco, ahogando algunos de sus gemidos contra el colchón de la cama. Progresivamente su mano fue tomando velocidad, al igual que los sonidos obscenos que escapaban de su garganta tomaron volumen.
El aroma de Bakugo en sus fosas nasales se intensifica, el delicioso aroma a cítricos que este desprende se vuelve intenso, casi hipnotizante, tan fuerte y placentero como el mismo alfa al que le pertenecía el olor. Eso solamente lo prendía más, como si acabaran de tirarle leña al fuego.
—Ah... Katsuki. —gimotea y aprieta las sábanas con fuerza, su mano libre viaja hacía su húmeda entrada y empuja sus dedos hacía su interior.
El simple hecho de imaginarse a Katsuki satisfaciéndolo como anteriormente ya lo había hecho, lo llevaba más allá del éxtasis.
