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Ángel no puede recordar exactamente cuando comenzó.

Bueno, lo hacía pero era vergonzoso admitir que llevaba casi cuatro años enamorado de la misma persona y aún no podía superarlo.

En un comienzo, él estaba enamorado de esta chica nueva, Kobeni, en el departamento, a primera vista supo que ella era lo que siempre había deseado, intentó acercarse y después de varias semanas charlando ella se confesó.

Pensó que era el hombre mas feliz del mundo y durante dos días flotó en la más hermosa felicidad que otorgaba el saberse querido.

Entonces, ella comenzó a ignorar deliberadamente sus mensajes y a huir de él cada que la veía en la oficina. Pronto descubrió que aquella chica que creyó el amor de su vida aún estaba enamorada de su ex pareja.

Y eso dolió. Dolió como una perra y durante semanas se hundió en pensamientos sobre lo que podría haber sido si ella correspondiera sus sentimientos debidamente.

Entonces sucedió una noche. Tuvo un sueño donde Aki Hayakawa sostenía su mejilla tiernamente entre su mano mientras acariciaba su labio inferior con su dedo pulgar. Ambos recostados sobre sábanas naranja opaco y bañandos con la luz del atardecer.

Había una sonrisa suave en sus labios, y sus ojos azules brillaban con cariño mientras, en el sueño, él reía mientras colocaba un casto beso en los labios del contrario.

Entonces se despertó.

—¿Qué carajos? —Murmuró a la nada en la oscuridad de su habitación. Anudó su cabello en un rodete desordenado y se levantó.

Ese sueño se había sentido demasiado real, su mejilla aún cosquilleaba dónde el Aki de su imaginación había tocado. Su corazón latía desbocado y él simplemente no podía entender porqué soñó con Hayakawa entre todas las personas.

Le tomó unos minutos recobrar el sentido y aceptar que fue una broma mala de su subconsciente antes de volver a dormir. Era un simple sueño, no significaba nada.

Excepto que su mente parecía pensar lo contrario.

Parecía una continuación del momento de la caricia en la mejilla, ahora, ambos se encontraban abrazados y Aki jugaba con su cabello.

—¿Cuándo se los diremos? —Murmura en su oído, su voz ronca haciendo erizar los vellos en su piel.

—Cuando tú quieras. —Y, decidiendo sumergirse en la fantasía, dejó un beso en los labios de Aki.

Cuando se despertó, la luz de la mañana calaba en sus ojos y sus labios hormiguean mientras piensa en lo agradable que sería despertar resguardado en los brazos de alguien.

Pero eso estaba mal, él no debería estar soñando con Aki Hayakawa, él debería soñar con Kobeni. Suspiró profundamente mientras se levantaba para ponerse el traje de Seguridad Pública.

Al llegar a la oficina, se aseguró de terminar su papeleo rápido y evitar en medida de lo posible a todo el mundo.

Debía dejar atrás esos sueños, era jodidamente extraño, y entre más pronto lo olvidara mejor.

Washing Machine Heart «AkiAngel»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora