La chica perfecta.

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Los angeles debían cuidar a los humanos, debían aconsejarlos y ayudarlos en cualquier cosa, siempre y cuando estos oraran y respetaran a Dios.

Pero las cosas nunca fueron asi.

Cuando nació la vida inteligente en la tierra, llegaron a esta seres humanoides con seis alas en la espalda. Venian a solucionar el caos, o mejor dicho, empeorar el mismo.

Despues de miles de años, en medio de la destrucción del hombre, un dominio se enamoró de una humana.
Al tiempo de estar juntos, fue asesinada por una potestad. En desesperación, el dominio investigó en los antiguos libros de la tierra.

La unica forma de revivirla era sacrificando a otro ser humano...

El angel no dudó en asesinar a una persona.

La mujer envejeció e iba a morir de nuevo. Entre tantos libros sobre angeología, el dominio acabó por encontrar la forma de convertir a un humano en un angel.

El sacrificio necesario era la vida de un serafín; los angeles con el rango más alto. Siendo un dominio, manipuló a cinco querubines para que asesinen a un serafín.

Su enamorada, ya convertida en un angel, vivió con el dominio en paz por mucho tiempo, hasta que fueron finalmente descubiertos. Se los podía condenar al sufrimiento eterno en el infierno, pero cometieron demasiados incumplimientos divinos,
demasiados pecados.

La femina intentó detener sus condenas, pero acabaron cortando sus brazos desde los hombros, y sus pechos fueron mutilados a modo de humillación.

El angel femenino fue decapitado, y el dominio acabó descuartizado.

La cabeza del dominio, ya decapitada, dijo sus ultimas palabras antes de que su cuerpo, volviéndose carne luminosa, comience a desvanecerse en rayos de luz.

"Acabare con ustedes, con los angeles, con todos... con Dios."

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El cielo era gris, el clima frio y la ciudad estaba tranquila. Por una de las muchas calles del lugar, caminaba una chica, una femina sin nombre, que volvía a su pequeño departamento despues de hacer las compras en un pequeño mercado de la cuadra de al lado. Estaba molesta porque la habían despedido de su trabajo el día anterior.

A unos metros de ella, un exterminador peleaba con un grupo de angeles, estos seguramente habían sido descubiertos en plena calle. Sin previo aviso, la pelea continuó justo frente a ella. Se quedó allí, parada, viendo desinteresadamente como peleaban los patéticos angeles. Rodea la pelea y, cuando iba a continuar por su camino, un repentino e insoportable dolor la hace frenar.

Una bala atravesó su abdomen.

Las bolsas de las compras cayeron al suelo, junto a sus rodillas cubiertas por el jean ancho que vestía. Su mirada asombrada y dolorida se fijó en la mancha de sangre que se extendía por su sudadera gris. Sus manos fueron a tantear bruscamente la zona herida, manchando parte de sus manos y dedos con el liquido rojo.

Lo ultimo que escuchó antes de caer al suelo inconsciente fueron los gritos de un chico, maldiciendo efervescentemente a quien sabe que.

Despues de un largo y aleatorio sueño, despierta en la cama de una habitación que parece ser la de un hospital. A su izquierda estaba ese mismo exterminador que vió antes de desmayarse.