Levi's diary

📖CIENTO VEINTICUATRO📖

P. O. V. KAI:

Luego del pequeño interrogatorio-advertencia de la versión miniatura de la RG, o la pandilla de Asher (como le llamaré de ahora en adelante), se acordó que nos dejarían quedarnos en casa de Levi -irónico que necesitará permiso para quedarme en casa de MI PADRE-, por lo que nos dejaron tranquilos después de asegurarse de que decíamos la verdad (o al menos ellos creyeron que la dijimos).

-Esto está terriblemente mal. - se lamento Niggel una vez que estuvimos libres de toda vigilancia.

-“Terriblemente mal” se queda corto.-reflexionó Kikyō.

Yo me mantuve callado, no porque realmente no quisiera decir nada, sino porque me parecía tan normal que no creía que fuera necesario reacción, ¿acaso leer el diario de mi padre me había preparado para estas situaciones? Espero que si.

-Esta bien, no fue para tanto. - comento Carla, que parecía tan indiferente como yo.

-¡¿Qué no fue para tanto?! - se alteró Niggel.

-Pues no, digo... Asher y sus compañeros parecían de nuestra edad puede que solo un poco más grandes - señaló Carla. - Y técnicamente, no nos hicieron nada, ni siquiera hicieron el intento por amenazarnos realmente.

-Coincido con ella. - acepte pensativo. - Además de Dymytrie, no había nadie más que pareciera querer hacernos daño. Ni siquiera su líder...

-Ese es un buen punto, pero se les olvida que trabaja para la RG, cuando ellos sepan que estamos aquí, no se quedarán tan tranquilos, ¿no lo creen? - hablo a su vez Kikyō.

-Eso, eso...-la apoyo Niggel.

-Bueno, ya pensaremos en eso después. - dije. Estaba seguro de que esto me quitaría el sueño hoy, lo cual era bueno, de lo contrario terminaría creando escenarios imposibles, sin llegar a nada.

Kikyō no parecía convencida de querer dejar el tema como estaba, sin embargo no le quedó de otra pues el único que le hacía segunda era el preocupon de Niggel.

Ya era tarde, así que decidimos que lo mejor era acomodar las compras y ponernos al día con lo descubierto, aunque esto último se termino posponiendo para el día siguiente y terminamos yendo a dormir relativamente temprano. Y digo que “relativamente”, porque como había predicho, las palabras finales de Asher se habían quedo grabadas en mi memoria y se reproducían como fondo de un sin fin de imágenes alusivas a mi destrozada familia.

No volver con ellos nunca, ¿realmente sería tan malo?

Horas antes...

P. O. V. AMI:

-Estoy embarazada. - solté sin más, no había razón para seguir ocultandolo y ciertamente, no podría hacerlo por más tiempo.

-¡¿Qué?!  - grito al punto del desmayo por la sorpresa. - ¿Estas bromeando, cierto? Dime que no es un embarazo y solo mueres de cáncer o algo parecido.

-¿Cáncer? ¿Por qué demonios el Cáncer es mejor que un embarazo? - pregunté olvidándome por completo de qué seguía tirada en el baño con unas náuseas terribles.

-No lo es. - respondió encogiendose de hombros- Pero si eres consciente de todo lo que ha pasado en los últimos días, sabrás que un hijo con tu matrimonio hecho un caos no es lo mejor que pudo pasarte.

-A veces, de verdad que me pongo a pensar si realmente eres humana, Zoë - me queje intentando incorporarme.

-Bueno, bueno, perdón. Se que no era la reacción que querías, pero me haz atrapado desprevenida. - se disculpo ayudándome. - ¿Desde cuando lo sabes?

Guarde silencio. ¿Sería prudente decirle que me enteré el día que discutí con Levi? Quizá eso justificaría el porque me dolió tanto sus palabras y las lleve a los extremos, pero estaba segura de que eso la llevaría a decir una cosa:«Debiste decírselo en ese momento» , aunque no era el momento.

-No lo sé, quizá ahora mismo. Los síntomas de un embarazo son los que me han atacado por días, así que debe de ser eso. - mentí.

-De acuerdo, eso solo me hace insistir en que vayamos al médico. Mañana te llevare a rastras si es necesario.

Decidí callar, ahora que lo sabía no dejaría de insistir en que lo mejor era corroborar con el médico y esperar que me dijera que todo estaba bien. Sin embargo, ya sabía que no todo esta bien: mi edad ya no era la adecuada para un embarazo, las emociones fuertes y las situaciones que me alterarán, todo podría afectar al bebé, lo sabía y eso mismo me daba miedo.

Como sea, el resto del día Hange estuvo más atenta, que los últimos días, conmigo, lo cual agradecí pues realmente los últimos días había necesitado esa atención, aunque preferiría que fuera de otra persona. Pero, cuando por fin cayó la noche, volví a sentir ese vacío y necesidad, añadiendose esta vez, el amargo presentimiento de que algo andaba mal, era como ese instinto materno que te avisa que tu hijo esta por caerse o llorar; era muy raro, me costó ignorarlo, aunque al final lo conseguí.

Al día siguiente, por el agotamiento metal de un día antes, no logré despertar hasta medio día.

-¡Buenos días! Si que estabas cansada. - saludo Hange cuando entre en su cocina.

Ella estaba sentada en la mesa con un periódico en sus manos, donde se rezaba:

“La Reina Historia Reiss anuncia que ha puesto en marcha un plan para erradicar a los autores de los recientes atentados por todo el país; se identifican como culpables al reconocido grupo criminal: Rejisutansu Gundan ”

-Solo un poco, me levantaba constantemente al baño. - confesé tras un bostezo.

Entre completamente a la cocina y me dispuse a prepararme algo para comer.

-No, no. Deja ahí, yo lo haré... - dijo Hange levantándose de su - Tu ve a cambiarte para ir al medico.

Suspire resignada, esperaba que se le hubiera olvidado, pero ya que no fue así, no me quedo de otra que hacer lo que pedía. Así pues, me di media vuelta y regrese a la habitación a prepararme para salir.

Cuando estaba por terminar, el teléfono de la casa sono. Apresurada salí para contestar, pero Hange, que lógicamente estaba más cerca, me gano la acción y respondió:

-¿Hola? Habla Hange, ¿Quién...? - hablo con formalidad.

Estaba relajada, o lo estuvo hasta que se vio obligada a dejar su pregunta a medias. Entonces, su expresión se frunció con confusión.

- ¿Cómo dice? ¿Desde el jueves? - siguió hablando, alternándose un poco a cada palabra pronunciada.

Le respondieron del otro lado y guardo silencio unos instantes.

Si Hange ya era blanca, su tono de piel alcanzó el transparente en un segundo. Estando en shock, sin colgar el teléfono y girando lentamente a mi dirección, susurro mi peor miedo:

-Kai desapareció...