📖CIENTO VEINTICINCO📖

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P. O. V. LEVI:

-No estoy ebrio y tampoco estuvieron los niños aquí el fin de semana... - dije seguro de cada palabra que salía de mi boca. - Si hubieran estado aquí, la casa no sería un desastre y no me vería como me veo.

Mikasa pareció pensarlo, tenía un buen punto, pero tan pronto sopeso mis palabras abrió demasiado los ojos sorprendida.

-¿Los niños no estuvieron el fin de semana aquí? - pregunto.

-No.

-¿No fuiste por ellos el viernes?

-Por supuesto que no.

-¿Y ellos no llegaron aquí, o pasaron un rato?

-Mi paciencia se acaba, así que de una vez por todas te digo que no veo a ninguno de nuestros hijos desde hace una semana. - le respondí desesperado por sus preguntas. - ¿Por qué insistes tanto en que deben estar aquí, en todo caso?

-Se supone que los niños pasarían el fin de semana aquí en tu casa. - respondió Mikasa dejando su asiento de un salto. - Usaré tu teléfono. - anunció mientras se  abalanzaba a la cocina en busca del aparato.

-Está en la biblioteca. - le aclare señalando el lugar que había estado evitando los últimos días. ¿Por qué? Es una historia para después. - ¿Para que necesitas el teléfono?

-Para llamar a Armin, los niños debieron quedarse con el, entonces.- explicó a medias, encaminandose a donde me señale.

Me puse de pie de mala gana, suspire y la seguí a la biblioteca, solo para quedarme en el marco de la puerta y observar como ella entraba apresuradamente para hacer la llamada. Busco por todos lados hasta que dio con el objeto.

-Sigo sin entender. - solté intentando que mi alcoholizada cabeza atara los cabos sueltos, sin mucho éxito.

-Los niños se quedarían en mi casa este fin de semana, pero el viernes Kai anunció que de hecho tu irías por ellos a la escuela y por eso pasarían el fin aquí. - explicó Mikasa rápidamente mientras presionaba los botones necesarios del aparato. - Pero si dices que no están aquí y tampoco estuvieron en mi casa, la única posibilidad es que estén con Armin.

Negué con la cabeza, en un intento de aclarar mis ideas. Me cruce de brazos y añadi:

-¿Qué hay de Hange y Ami? ¿No pudieron estar con ellas?

-No, vi a Hange en casa de Gaby el viernes mismo por la tarde, se emociono de que pasarías tiempo con Kai y prometió hacer entrar en razón a Ami. Así que no, los niños definitivamente no están con ella. - hablaba demasiado rápido. Era la primera vez que la veía así de alterada, lo cual es mucho decir si la he visto comportarse con Eren a su lado. - ¡Vamos Armin responde!... ¡AH, GENIAL! Armin, ¿de casualidad los niños estuvieron en tu casa el fin de semana? ...

Espere pacientemente mientras escuchaba solo su parte de la conversación. Comenzaba a ver el problema, pero seguía sin parecerme demasiado grave, pues tenía la idea de que quizá Mikasa me estaba jugando una broma para que volviera en mis sentidos.

-... ¿Estas seguro?... Si, eso se suponía, pero hubo un cambio de planes y debían estar en casa de Levi, pero no estuvieron aquí... Eso mismo me pregunto...

No podía creer que incluso Armin se uniera a este teatro de Mikasa. Esperaba que en cualquier momento saliera Ami, se burlara en mi cara y me dijera que había sido una pequeña venganza por la pelea.

-... Si, eso pensaba hacer... Y avisame si descubres algo, por favor...

Mikasa colgó el teléfono y me volteo a ver, con algo que era pánico y también reclamo.

-Levi, escucha de una buena vez, los niños no están. - soltó sin más.

-Aja, claro. - acepte y me di media vuelta para marcharme.

Deje la biblioteca, primero porque su teatrito me estaba dando dolor de cabeza y, en segundo, porque no pensaba seguir más tiempo en aquel lugar.

«-¿Para que quieres una biblioteca? - pregunté de mala gana.

Llevaba la última caja de la mudanza, mientras Ami caminaba delante mio con una libreta donde llevaba anotadas sus ideas de remodelaciones.

-¿Cómo que porqué? - Ami se detuvo para girarse y cruzarse de brazos - En un futuro nuestros hijos necesitarán una biblioteca donde estudiar...

-¿hijos? - dije dejando la caja en el suelo.

-Si, dos o tres, niños todos.-respondió emocionada. - Pero, el caso es que necesitarán una biblioteca, además ¿dónde les contariamos cuentos?

Me acerque a ella y la obligue a color sus brazos sobre mis hombros.

-Así que dos o tres hijos varones... - ella asintió en respuesta. - ¿y quieres la biblioteca para contarles cuentos? - volvió a asentir - Sería más fácil leerles luego de arroparlos para dormir, pero...  »

Pero... Me agrada la idea.

Me detuve a la mitad de mi camino a la sala, justo frente a las escaleras, meditando sobre aquel recuerdo y el porque parecía que justo en ese mismo lugar se estaba derrumbando todo. Mire a la puerta desorientado y luego regrese en mis pasos.

-¿Dijiste que Kai le dijo a Eren que yo pasaría por ellos al salir de la escuela? - le pregunté a Mikasa.

La pelinegra ya tenía de nuevo el teléfono en el oído, a juzgar por su expresión no había buenas noticias.

-Los niños no están en la escuela, sus profesores no los ven desde el jueves. - comentó dejando de lado el aparato.

Asentí lentamente. ¿En qué momento tuve la grandiosa idea de embriagarme tanto?

-Respondiendo a tu pregunta: si, eso dije y eso pasó. - añadió.

Chasquee la lengua y salí corriendo de la biblioteca, cruce la cocina haciendo de lado todo lo que me estorbaba para poder llegar a la puerta.

-¡¿A donde vas?! - me grito cuando ya estaba poniendo un pie fuera de la casa.

-A buscar a nuestros hijos, ¿no es obvio? - le respondí fastidiado porque había tardado demasiado en reaccionar.

Fue entonces cuando ella misma cayó en la cuenta de la gravedad del asunto, supongo que luego de tantos años de una gloriosa paz sin peligros, no había hecho confiarnos a que ya nada podía salir mal nunca. Pero, más allá de eso, eran nuestros hijos, no estábamos preparados para enfrentar una situación así con ellos de por medio, justo esto quería evitar.

Kai. Si la mentira fue tuya, si nunca planeaste venir a casa, si todo fue tu plan, ¿dónde estas ahora? ¿Qué haz hecho? Sabrás lo que esto significa. No estás a salvo.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora