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Narrador Andy

Gracias al examen me he dado cuenta de que soy un humano normal, mis calificaciones de los exámenes estuvieron dentro de las 15 primeras, y siento que estoy agotado, así mismo como escribí en el examen que soy un fracasado, así mismo me siento en este momento subido en la terraza de un octavo piso acostado, viendo las nubes.

Ese solo es el inicio, últimamente todo esto lo sentí como una cortada, o un raspón fuerte, como querer parar la secadora imaginando que lo puedes hacer todo así de la nada.

No fue una semana entera a los entrenamientos y ya mañana empieza el campeonato inter escolar, me debí jugar mi puesto de titular la última semana, pero lo que hice fue faltar.

Debía ir hoy a la elección de titulares, pero en el mejor de los casos me ponen de suplente, el profe debe estar muy enojado conmigo, tiene la excusa perfecta para dejarme en banca todo el campeonato escolar y no lo culpo, en este colegio hay excelentes jugadores, excelente entrenamiento se mejora muy rápido y muy bien, pero yo cometí mi error, mi error fue siempre verle la espalda a don perfecto.

Mi padre al fin tuvo la razón de todo, este colegio me supera, aunque yo ciegamente pensaba que era un prodigio, debo darme un descanso mejor para pasarlo bien.

Dije eso y solo cerré mis ojos, y cuando me levanté.

—¿Quién eres? —dije al medio abrir mis ojos para ver a una chica con una sombrilla.

—Lucia, te dije que te iba a visitar, ¿recuerdas? —comentó lucía sonriendo al final.

—Así, ratoncito, ja, ja, ja, mentiras, Lucia, ¿Cómo estás?, ¿Cómo así tienes esa sombrilla? —comente ya sentándome y poniéndome al lado de ella.

—Vine y te vi acostado bien lindo con tremendo sol que está haciendo y me asuste —comentó Lucia haciendo un gesto de sorpresa —. Así que saqué mi sombrilla y te protegí del sol.

—Qué descuido de mi parte, antes de dormirme estaba viendo que una gran nube me protegía y se sentía muy fresco, sin embargo, era de suponerse, que en algún momento esa nube se iba a ir —comentó mirando al cielo —. Por cierto, ¿estuviste en silencio todo el tiempo solo protegiéndome?

—Sí, como ya terminamos los exámenes, tengo más tiempo libre y mientras estabas en el mundo de Morfeo, tal vez te conté dos o tres secretitos demás —dijo ella con un tono burlón.

—Naaa, no te preocupes, al quinto sueño no llegaron tus secretos —lo dije mientras me puse cómodo acostándome un rato—. Ahora me disculpo por decirte ratoncito, solo es una palabra que uso para las personas que tengo admiración —comente mientras lucía se puso un poco roja.

—Gracias, supongo, igual no me gusta que me digas así, aunque te lo permito —dijo ella en un tono bajo.

—No, no te preocupes, no te diré así, yo te respeto y para mí eres muy especial, lo último que quiero es ofenderte —comente mientras gire mirándola y sonriendo al final.

—Oye, por cierto, ¿hoy no tienes entrenamiento? —preguntó ella.

—Sí, pero igual, tenemos un grupo en el teléfono donde nos informan los detalles de los eventos —respondí sacando mi teléfono y revisándolo, y por supuesto no había novedades, así que lo guarde de inmediato —tome este día de descanso por la paliza que recibí toda esta semana y no solo lo digo por los exámenes sino por otras cositas más.

—Por cierto, también te quiero hablar de eso —comenta Lucía con voz firme.

—¿De qué? —pregunto sin más

Colegio de ricos, seguramente no te lo puedes permitirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora