El Gigante Azul

560 88 45
                                    

Holaaa, hice este OS para "Odisea | El concurso de los dioses", mismo en el que estoy participando •⁠ᴗ⁠•

El dios que me tocó es Poseidón.

•Fandom: BNHA
•Palabras: 4400

¡Espero les guste!

.
.
.
*·★·*
.
.
.

Katsuki apretó sus puños con rabia, conteniendo en ellos su frustración por las desiciones apresuradas que tomó en la última media hora.

Pero él fue codicioso.

Codicioso como nunca antes fue.

Tan codicioso que su juicio se cegó. Y, sin pensar mucho más allá, llevó a cabo un apresurado plan.

Uno que se sintió casi aprendido.

Inconsciente.

Como si previamente alguien se lo hubiese enseñado...

Y, de hecho, el plan funcionó.

Él logró saquear los tesoros de sus camaradas, robó uno de los pequeños botes de emergencia que tenían y emprendió marcha hacia algún lugar en la oscuridad del mar con las joyas y oro ajenos.

Sin embargo, a pesar de su victoriosa huida, una sensación de malestar se instaló en su estómago.

Qué demonios, ¿Por qué hice eso?

Katsuki tembló. El frío recorriendo su cuerpo a través de la delgada ropa que traía encima.

No tiene comida ni agua. Está mal abrigado y no posee un mapa que seguir.

Su brújula más leal quedó, seguramente, olvidada en su camarote cuando salió a tomar aire antes de decidir comenzar con el plan.

Y es que... Todo sucedió tan rápido.

La desición fue tomada de manera tan súbita...

Sin embargo, Katsuki no piensa en ello por mucho tiempo más. Pues pronto se da cuenta de que, a pesar de no ver nada, rema. A pesar de sentirse mal, sigue. A pesar de los escalofríos recorren de manera violenta su cuerpo, sus movimientos son firmes.

Entonces llega un suave susurro a sus oídos.

Es lejano, pero reconfortante.

La voz que suelta aquellas palabras de aliento es cálida y aterciopelada. Dulce de escuchar.

Y Katsuki tiene la sensación de haber escuchado antes aquella encantadora voz.

Pero no logra recordar en dónde.

Y la voz sigue insistiendo en que continúe con la acción de remar en dirección a la oscuridad.

Sin mirar atrás.

Él obedece sin rechistar.

Ocupándose solo de remar y remar. Concentrado en nada más que el suave balanceo del mar y la voz que cada vez más cerca parece susurrar "justo así. Vas de maravilla".

Y no es hasta cuando los primeros rayos de sol se abren paso en el cielo, que Katsuki se vuelve realmente consciente de que lleva HORAS remando sin descanso.

Sus brazos gritan de dolor. Abrumados por lo repetitivo de la acción.

Pero el rubio todavía no se detiene.

Y no porque no pueda, sino que porque cada vez que hace el amago de intentar, al menos, bajar la velocidad del remo, la dulce voz que canta alabanzas se transforma en un desagradable chillido furioso que exige que el cenizo continúe remando.

El Gigante Azul     [Bakugō  &   KirishimaFem!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora