CIUDAD CENTRAL: RELIQUIAS DE FAMILIA

PRIMER CAPÍTULO: Hijo menor

No podía respirar bien, su vista era nebulosa, al observar un poco sus manos notaba ceniza en toda parte de ellas. Lukian miro al cielo, estaba en el centro de la ciudad, a su cara caía pequeños pedazos de ceniza que recubrían todo el cielo, haciendo que el sol apenas brillara, Lukian no sabía qué hacía ahí, cuando intentó caminar sentía que su pierna dolía, al mirar su pierna estaba quemada y había un fuego en su pantalón con un color diferente al normal, era un color rosado.

El ardor era muy intenso, se mordía los labios hasta destrozarlos, Lukian miro al frente suyo, había un hombre alto, pero no podía distinguirlo, cuando el hombre levanto el brazo un ser gigante envuelto en llamas rosadas apareció detrás de él, el monstruo detrás de la figura se lanzó contra Lukian.

–¡Lukian, despierta! ¡Tío! Ya levántate– Lukian se despertó con una pequeña figura encima de él, un niño con un lobo de peluche entre sus manos y una gran sonrisa. Lukian, intento lo mejor para no asustar a Dima por culpa de su "sueño", cogió el peluche de Dima y se sentó en la cama para que no pudiera agarrarlo.

Dima hizo lo posible para coger su peluche, pero Lukian lo empujaba con una de sus manos y la otra sostenía el peluche, al mismo tiempo bostezaba –"¿qué fue eso que soñé? No tiene sentido lo que acaba de pasar... se sentía muy real y mi pierna..."– cuando observo su pierna, Dima se la estaba aplastando con su rodilla –"ah, ya tiene sentido todo" – movió un poco la pierna y volvió a sentirla, pero con un hormigueo bastante fuerte, volvió a jugar con Dima puso sus dedos en la nuca de él y congelo la punta de esos mismos, Dima sintió su cuello congelado, un escalofrió recorrió su cuerpo, se levantó y salió de la cama saltando.

–¡Eso fue injusto! Yo aún no puedo hacer eso y si no, te movería la cama con un pequeño temblor– amenazo Dima a Lukian mientras estaba al pie de la cama, sobándose el cuello, quitándose un poco de hielo que le había dejado. Lukian solo sonrió, de su cabeza no salida la imagen de esa bestia incendiada, se levantó y agito el cabello de Dima, que solo le respondió con una sonrisa, le entrego su peluche y Dima se quedó en la cama jugando, mientras Lukian iba al baño, el cuarto estaba un poco desorganizado, pero por las cortinas solo entraba un pequeño rayo de luz de un color grisáceo.

Lukian se quitó el cabello de la cara y se dio cuenta de que el día estaba un poco gris, se dirigió hacia las ventanas torpemente para abrir la cortina, al hacerlo las nubes estaban tapando todo el cielo –"está haciendo bastante frio, debe estar bastante temprano" – pensó mientras se dirigía al baño que quedaba en su cuarto, pasando por un pasillo donde se encontraba los closets de por medio. Cuando llego al baño se observó en el espejo, vio el reflejo de un hombre un poco delgado, pero bien formado, su tiempo trabajando en la empresa familiar habían dado frutos, su cabello bastante oscuro reflejaba la luz de un color plateado, su padre siempre lo había molestado por tener el cabello tan largo y sin organizarlo, su cabello ya llegaba a tocar parte de su espalda. Cogió agua con sus manos, tuvo una pequeña reacción porque estaba fría, pero aún siguió con un aspecto dormido, casi muerto, echo el agua en su cara, esto lo despertó instantáneamente y escupió un poco de agua que le había entrado a la boca, Lukian se acercó más al espejo para abrir sus parpados y ver sus ojos color plateado, para ver si tenía algún daño, pero todo seguía en perfecto orden.

Se devolvió un poco más animado al cuarto donde Dima ya no se encontraba, ni su pequeño lobo, se le hizo extraño que el niño se fuera tan rápido, además de que su padre había ido a hacer negocios a un restaurante, ese pensamiento removía todo lo que hacía Lukian y pensar que no había acompañado a su hermano a recoger la firma.

–Hijo, hoy necesito de tu ayuda y ya sabes, hablar sobre el tratado– le dijo Luka su padre, sacando a Lukian de sus pensamientos, mientras intentaba salirse de su cuarto, pero sin poder organizar sus ideas.