22 | Hajime Kokonoi (+15)

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TW: desnudo y contendio sexual implícito.

Até mi cabello en una cola alta, a estas alturas ya no me importaba si quedaba peinada o no, al terminar, tomé mi botella de agua y me dirigí de nuevo a la pista de baile donde mis amigas bailaban al ritmo de la música con hombres que les pedían una pieza a cambio de algún trago, me acerqué a Hina, quien bailaba sola y me dispuse a bailar con mi amiga cuando un chico alto de cabello marrón se acercó a mi por detrás.

-¿Puedo bailar con esta bella dama?- posó su mano en mi hombro y susurró a mi oido, a pesar de estar relativamente lejos de mi nariz podía oler el alcohol en su aliento.

-No gracias, estoy con mi amiga- esbocé la sonrisa más falsa y antipática que pude y aparté su mano de mi cuerpo para seguir bailando con mi amiga.

Mis ojos se pasearon por el club hasta el segundo piso, concretamente, a la zona VIP del local, en donde estaba aquel pelinegro con delineado rojo, quien se hacía llamar mi novio, vigilándome apoyado en la barandilla de metal mientras fumaba un cigarrillo. Su expresión se mantenía neutra y no despegaba sus ojos de mi ni un segundo, le di una pequeña sonrisa y levanté mi mano a modo de saludo, él solo cerró sus ojos e inclinó su cabeza un poco, aciéndome saber que me había visto. Seguí bailando con mis amigas unas cuantas canciones más cuando sentí una presencia cerca a mí, creí que se trataba de Koko, mi novio, cuando pasó una mano por mi cadera, muy cerca de mi trasero, incluso me meneé un poco para él.

-Veo que ahora ya quieres bailar- quise alejarme de él apenas reconocí al dueño de aquella voz como el molestoso de hace rato, pero apretó su agarre en mi cadera -esta vez no irás a ningún lado conejita, ni tus amigas podrán librarte de mi- esta vez olía mucho más a alcohol y estaba hecho un completo desastre, nuevamente quise alejarme de él cuando se escuchó a otra persona.

-Ellas no, pero yo si- el extraño no pudo ni reaccionar antes que Kokonoi dejara caer su puño sobre el rostro de aquel hombre, haciéndolo caer de cara al suelo -y cuando una chica te dice que no quiere bailar contigo, solo aléjate de ellas y búscate una vida- Koko se acercó a su cara, tomándolo por el cuello de la camisa, antes de dejarlo caer nuevamente y tomarme del brazo -tú y yo nos vamos- posó su abrigo sobre mis hombros desnudos antes de salir del club y dirigirnos a su moto.

El camino a casa fue bastante tranquilo, atravesamos las calles de Tokyo a toda velocidad, yo iba abrazada a él y sentía el aire chocar contra mi rostro, al llegar a su departamento, dejó sus llaves sobre la mesa y ambos subimos a su habitación.

-Quítate el vestido- demandó al sentarse sobre su cama.

-Vaya, directo al grano- ni siquiera me molestó, pues era algo que habíamos hecho miles de veces antes, por lo que tomé el borde de mi vestido y tiré de él hacia arriba para dejarlo caer al suelo.

-Acércate- obedecí, Koko empezó a revisar mi cuerpo, sobre todo mis caderas y lugares que el desconocido me había toqueteado, en busca de alguna marca -¿te sientes bien?-

Asentí a su pregunta y me senté en su regazo para darle un beso. Él mordió mi labio, abiréndose paso en mi boca y avivando el inocente beso que había iniciado, pasando sus manos por mi cuerpo, para luego desabrochar mi brasier y comenzar a masajear mis pechos.

-Recuéstate en la cama, ahora- demandó ua vez más y como siempre, obdecí.

Desperté en la madrugada, desnuda, con las piernas adoloridas y Koko descansando placíficamente a mi lado, desnudo al igual que yo. Me incorporé en la cama y llevé mis piernas a mi pecho, repasando cada detalle del tonificado cuerpo de mi novio, quien yacía boca abajo, con los bazos sobre su cabeza, la boca ligeramente abierta, por la que salían algunos ronquidos bajos y las sábanas cubrían su cuerpo de sus caderas para abajo, facilitándome el trabajo de admirar su espalda. Después de unos minutos, revisé la hora, siendo las 5:50, me puse de pie, dispuesta a admirar el amanecer desde el lujoso balcón de mi novio. Me puse de pie para asaltar su guardaropa, como era costumbre en mi. Tomé un polerón, bóxers y pantalones para dirigirme al balcón. Exactamente a las 5:53 ya estaba sentada fuera con los ojos fijos en el cielo, el cual lentamente se teñía de amarillo, naranja y rosado.

Tokyo Revengers OneShots | Headcanons Donde viven las historias. Descúbrelo ahora