𝕾𝖊𝖒𝖕𝖎𝖙𝖊𝖗𝖓𝖔|Percy Jackson Fanfic

v.-Nos asignan una misión suicida

A la mañana siguiente, Quirón a Percy trasladó a la cabaña 3.

No lo decía, pero sabía que estaba deprimido.

Nadie mencionaba al perro del infierno, pero todos lo comentaban a sus espaldas. El ataque había asustado a todo el mundo. Enviaba dos mensajes: uno, que era hijo del dios del mar; y dos, los monstruos no iban a detenerse ante nada para matarlo. Incluso podían invadir el campamento que siempre se había considerado seguro.

Los demás campistas se apartaban de él todo lo posible. Después de lo que les había hecho a los de Ares en el bosque, la cabaña 11 se ponía nerviosa con él, todos excepto yo.

Había pasado por eso cuando fui reclamada, y le hubiese rogado de rodillas a Hades para que no me reclamara. Porque si me hubiesen dicho que me iban a tratar como si fuera una mierda, un virus mortal, una jodida loca de centro, ni siquiera hubiera pisado el campamento en primer lugar. Dios, a veces me pregunto ¿cómo pudieron hacerle eso a una niña pequeña, como pueden seguir haciéndome esto a mí, como pueden tratar a Percy así, y como probablemente tratarán a otros niños de los Tres Grandes así? Porque a mí pueden hacerme de todo, pero no voy a permitir que otros niños inocentes tengan que ser como yo.

Y con "como yo" me refiero a que cuando era niña nadie quería jugar conmigo porque me tenían miedo, de hecho me siguen teniendo miedo, así que tuve que aprender a ser calculadora como un maldito asesino en serie, para poder usar mis "encantos", porque puedo hacer que me amen y parezca fácil. Nunca sentí la necesidad de confesarlo.... Lo juro, soy critica, maquiavélica y todo lo que quieran, pero lo soy porque me importa.

Wow, creo que los aburrí, mejor volvamos a lectura. Bueno volviendo al tema, Luke comenzó a darle clases particulares a Percy.

Annabeth y yo seguíamos enseñándole griego por las mañanas, pero ella parecía distraída. Cada vez que Percy decía algo, lo reñía, como si acabara de darle una bofetada. Después de las lecciones se marchaba murmurando para sí: «Misión... ¿Poseidón...? Menuda desgracia... Tengo que planear algo...».

El sabado en la noche llegó unos de los sueños más raros que había tenido hasta ese momento.

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Mire a mi alrededor, un hermoso jardín se desplegaba ante mí. Columnas griegas de blanco puro, las enredaderas envolviéndose alrededor de estas, la fuente con una estatua de Helios y su carruaje. A los lados miles de flores de distintas especies, y aún más allá puede divisar un estanque.

Avance de manera cautelosa, cuando estuve lo suficientemente cerca, logre distinguir dos siluetas, un chico y una chica.

La chica tenía unos increíbles ojos verdes, tan verdes como si fueran Esmeraldas, el cabello lacio y negro como si fuera tinta y la piel tostada. Vestida con un atuendo griego, al propio estilo de las pinturas. Ella era hermosa, pero lo que me asustaba no era su belleza, era que se parecía a mí.

Y eso era aterrador.

El chico tenía un Iris azul eléctrico impresionante que me dejó sin aliento. Cabello negro y tez mediterránea. Lo más frustrante era que me parecía conocido, pero no podía recordar porque.

Ellos estaban a la orilla del estanque, tomados de la mano mientras conversaban, se veían muy... Enamorados.

Un escalofrío me recorrió la columna vertebral cuando ellos voltearon hacia mi dirección, y las sonrisas antes enamoradas y sinceras se deformaron en muecas sadicas, de un momento a otro el sueño comenzó a temblar y desvanecerse.