|| Mestiza ||→jjk

Miedo

La joven Alfa estaba entrenando con su general de batalla sus tácticas con la espada.

Ellos dos se entendían perfectamente siendo completamente opuestos y con algunos años de diferencia entre los dos.

HoSeok tenía 28 años, y ella solo 19 años, pero aún así eran como almas gemelas. Eran las personas en quién más confiaban.

A NamJoon lo conocieron años después. El chico es más de libros y temas que no tengan nada que ver con el esfuerzo físico.

Realmente creía que todo se puede resolver con las palabras y la mente. Mientras que ellos tenían la fuerza que necesitaba la manada por si alguien se creía más listo que Nam.

Él era ágil, rápido, y certero con sus golpes, cómo si estuviera bailando. Ella era un poco más calmada y confiada.

Era simplemente hipnótico verlos entrenar. Todos los miraban con pura admiración y envidia de sus movimientos.

Desde que ella ocupó el puesto de Alfa de la manada de zorros del sur él nunca la dejó sola. Al contrario, la apoyó y cuidó como nadie.

Años después cuando la chica vió su destreza con las espadas lo convirtió en su general de guerra. Esa era una manada pacífica, pero debían estar preparados.

Y no se equivocó al pensar de esa manera. En cuánto los del Consejo se enteraron que una niña Alfa ocupó el puesto se molestaron e intentaron matar a todos en la manada.

Ellos se defendieron y ganaron. A los del Consejo no les quedó más opción que aceptarla como Alfa de la manada de zorros del sur.

Y desde entonces pocas han sido las veces que los han desafiado, pero siempre han ganado.

— ¡Hey! Eso es trampa.

— No, no es trampa. Te distrajiste.

— Si, lo siento. Pero es que...

A sus fosas nasales llegó el apetitoso aroma a fresas, muy fuertemente.

Gracias a sus padres tenía sus sentidos más desarrollados que los de cualquier Alfa, y eso lo usaba a su favor.

— Tenemos un problema.

— Dirás tú.

— NamJoon está en el sureste y SeokJin acaba de entrar en celo.

— ¡Mierda! Voy a por Nam.

— Yo cuidaré a SeokJin.

Los amigos se dividieron y cada cual fue por su camino. Ella corrió hasta llegar a la cabaña de su amigo y al entrar un embriagador aroma la invadió.

Se llevó una mano a la nariz para calmar a su Alfa y encontrar a su amigo.

Al llegar a la alcoba principal lo vió. Completamente desnudo sobre la cama gimiendo por el roce del colchón sobre su piel.

— Alfa, quiero a mi Alfa.

— Y lo tendrás. Pero por ahora, te quedarás aquí.

Cerró la puerta antes de que el Omega se le avalanzara encima y le puso seguro.

Fue a la cocina y se tomó un supresor para que el Omega no se hiciera daño intentando salir de la habitación para ir a por quién estuviera en su cabaña con tan delicioso aroma.

Los Omegas en celo se vuelven muy sensibles a los aromas de los Alfa. Pero el aroma de ella volvía loco a cualquiera que estuviera, o no estuviera en celo, ya sea Alfa, Beta u Omega.

Pasaron unos minutos en los que se sentó en el sofá de la sala a pensar mientras esperaba que el Alfa de su amigo llegara.

Estoy segura de que sí le dije a Xiao Ling de mis sueños con ese chico.