Rubius no quería aquello, no quería ver la tristeza en aquellos ojos amatistas, pero todo estaba hecho y ya no había vuelta atrás. Movió los hilos y engañó a Sapo Peta para que le hiciera un "favor" que dio por concluida la relación entre el azabache y el pelirrojo, el druida aceptó tomar fotografías del hibrido de oso en una cena con Vegetta. Y aunque se le hacía un poco extraño el comportamiento del castaño, llevó a cabo su trabajo. Lolito había recibido unas fotografías, que realmente no lo afectaron, pero aquellas imágenes venían con una amenaza adjuntada detrás de una última fotografía de él mismo en la tesorería del pueblo nocturno, sustrayendo lo que no era suyo, un "Si Vegetta lo supiera" estaba escrito junto con un escape, que se alejara del azabache; Lolo cumplió con su parte del trato, dejando el anillo y la corona que el Vegetta le había obsequiado, en un cofre en la puerta de su inmenso castillo con una nota, cuatro simples palabras que lo entristecieron "Lo siento mi rey" sin ninguna explicación.
El azabache llevaba una semana encerrado en su castillo sin querer salir de el, asegurando que estaba muy ocupado con sus cosas, sus hechizos, sus animales y su pueblo.
Poco a poco durante aquella semana todo volvía a lo normal, Lolito seguía bobeando con los demás, pero Vegetta estaba encerrado en su hogar, en sí mismo. La ultima charla que había tenido con el hibrido de oso lo hicieron alejarse más de lo que nunca hubiese deseado.-No lo entiendo, Doblas- suspiró.
-Ya, nadie lo entiende, pero sabes que Lolo es así, creo que está mal de la cabeza- dijo con una leve sonrisa que intentaba animarlo.
-No hablo de Lolito- respondió con su ceño fruncido- hablo de ti- dijo con seriedad- ¿Me crees tan idiota como para no saber que todo esto esta tramado por ti?- preguntó- no me tomes por idiota, tú eres el único interesado en que no me case con Lolo- afirmó- y la pregunta es ¿Por qué?-.
Rubius estaba estático en su lugar, sin duda Vegetta era bastante perceptivo para algunas cosas- ¿quizás... celos?- respondió algo cohibido.
-¡¡No digas estupideces!!- exclamó hecho una furia- ¡¡No me tomes por imbécil!!- ordenó- intenté acercarme a ti y tú huías de mí, siempre- sus ojos se llenaron de lágrimas- ¿Qué diablos te hice para que quieras evitar a toda costa que yo sea feliz?- preguntó.
Aquella expresión de profunda tristeza en el mayor lo había asustado ¿Qué demonios había hecho y por qué? Él sabía porque, lo tenía claro pero costaba aceptarlo- Vege, escucha- dio dos pasos hacía él, pero el azabache se alejó.
-No, por una vez en tu vida Rubén, hazme un favor y aléjate de mí- pidió dolido- ya no quiero verte ni oírte... estoy cansado de ti- agregó dando media vuelta para volver a encerrarse en la soledad y penumbra de su castillo.
Dio media vuelta para ir hasta el ascensor y bajar a las escaleras que lo alejaban del castillo, no sin antes dar un último vistazo atrás. No pudo evitar el reprenderse a sí mismo ¿Por qué no podía dejar de cagarla con él? Continuamente rompía su corazón y parte de él también moría ¿Por qué era tan cabezota y no podía aceptar aquello? Él no quería nada serio con Vegetta ni con nadie, sin embargo, enterarse de su casamiento con Lolo le jodió sobremanera. Sin duda, aquello era algo que él no quería, pero tampoco aclaraba sus propios pensamientos y sentimientos, no quería hacerlo.
Rubén por su parte, se ganó una reprimenda notoria por parte de Sapo Peta, a quien había engañado con sus mentiras para que tomara aquellas fotografías y cuando el druida se enteró su enojo parecía ser pero que el monstruo del volcán, el sabio se sentía traicionado y por una de sus personas más preciadas, no le pareció para nada bien que el osito jugara de aquella forma con el azabache a quien también apreciaba.
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Una Ayuda Inesperada
FanfictionEl boicoteo a esa boda de nada le sirve más que para recibir el rechazo del azabache. Pero sus sentimientos aún no están claros en lo absoluto, quizás por miedo o por simple estupidez. Pero quién mejor que él mismo para despejar aquella duda... Buen...