Capítulo 1

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Cuando te conocí, estaba molesta esa tarde. De hecho estaba enfadada pero no contigo princesa, lo contrario tu y tu carita fueron las que me hicieron el día. Yo estaba molesta con la vida, por quitármelo todo, por dejarme sola y hacerme las cosas tan difíciles. Perdón si ese día de fui muy grosera, aunque creo que la grosera terminaste siendo tu.

Para ser una come libro, sabias como reaccionar ante mi.

Ese día lo recuerdo como si fuese ayer:

Me encontraba recostada a la pared mientras absorbía un porro que para completar era el ultimo que me quedaba, estaba en la parte trasera del instituto pues ahí nadie me interrumpiría o regañaría. Justo cuando me iba a ir choque contigo haciéndote caer al suelo. Yo simplemente te iba a dejar allí en el suelo, iba a dejar que te levantaras tu sola, pero algo me hizo hacer lo contrario. No se que fue pero pare, extendí mi mano y espere a que la aceptaras. Parecías sorprendida, yo pensé que era porque tenias a Camila Cabello justo frente a ti y extendiéndote una mano, pero me equivoque pues estabas sorprendida por otra cosa.

-¿Qué? ¿sorprendida por mi persona? -habías fruncido el ceño haciéndote ver aun más malditamente hermosa.

-¿Por qué me sorprendería tu persona? -preguntaste.

Sabes, había pensado que era una broma pero tu gesto era demasiado sincero para ser una broma. Ya habías aceptado mi mano y yo te había levantado. Tu mano era tan cálida, tan suave y cuando te levante no pesabas nada, creo que si ponía un poco de fuerza al levantarte habrías salido expulsada de tu lugar.

-¿Por que no estarlo? -había contestado algo fría.

Tu gesto cambio a tímido pero nada a lo que yo estaba esperando, miedo.

-¿Por qué estarlo? -respondiste a cambio.

Justo ahí hice algo que a ti te hizo cabrear y a mi solo carcajear.

Te había mirado de arriba abajo y me había mordido el labio inferior lentamente. Tú entrecerraste los ojos y me miraste confundida, había notado que fruncías el ceño mucho y eso me encantaba. Me acerque peligrosamente con una sonrisa que al parecer a ti te ruborizaba, me acerque al punto en el que te atrape hasta una pared y me sentí cómoda.

-¿Ahora que sientes? -susurro.

-Siento que te dejaron caer cuando eras una bebe o naciste idiota. Deja deja fumar porros. -esto ultimo lo gritaste al alejarte.

Me reí por que jamas me habían dicho algo y menos si con las palabras "idiota" y "deja". Creo que pensaste que darme la espalda era lo mejor pero creo que fue lo peor que pudiste hacer en toda tu vida, por que por ello al día siguiente intente hablarte.

Mis intenciones eran claras y tenia todo calculado. Te había seguido hasta la biblioteca y había entrado, hasta la bibliotecario se sorprendió al verme entrar. Te seguí por todo los pasillos de la biblioteca hasta que al fin te habías sentado en una mesa. Yo me senté justo frente a ti con una sonrisa arrogante, tu solo me miraste y volviste la mirada al libro.

 -¿Que haces aquí? -preguntaste molesta.

-¿No es obvio? Cogí un libro. Vengo a leer contigo -te echaste a reír.

-¿Tu?, ¿Camila Cabello?, ¿leer? y ¿conmigo? - parecías molesta.

-¿Que? -te pregunte. Tu te acercaste un poco para decírmelo.

-Se lo que estas buscando y no te lo voy a dar. -susurraste. -Ahora, puedes buscar a otra chica que te dé lo que quieres.

Reí arrogante mente.

-Creo que si te dejas llevar lo podríamos disfrutar. -me atreví a decirte.

-Puedes irte al cara...-te interrumpí.

-Era broma, era una broma, solo una broma. Enserio vengo a leer contigo. -dije entre una risa.

-No va a funcionar, no me gustas, no me caes bien. Eres igual que todos los de este putrefacto instituto, solo buscas jugar con mis sentimientos. -te paraste y te fuiste.

Sorprendida te seguí hasta el pasillo y cogí tu brazo para pararte.

-¿Por que tan grosera conmigo? -pregunte molesta pues me enfado que me compararas. -Yo soy Yo, no todos los de este putrefacto instituto. -te advertí acercándome.

-¿Que buscas entonces? -preguntaste, te veías sumamente ridícula para intimidar.Me rió. -A la mierda. -te giraste a unto de irte pero te detuve nuevamente.

-Espera.

-Déjame. -me empujaste hacia atrás poniendo tus manos en mi pecho.

Mientras te ibas una sonrisa juguetona se asomaba en mi.

Tus manos se sentían en mi pecho y sentía un ardor de tus mano. Estabas haciendo que el juego se hiciera mas intenso, si querías mantenerme lejos estabas haciendo lo contrario para alejarme por que para mi el juego se me estaba poniendo aun mas interesante.

Estabas justo donde pensaba que ibas a estar. Sentada debajo de aquel árbol que ahora empezaba a tomarle atención. Estabas concentrada leyendo un libro y comiendo lo que parecían vegetales. Sabes, ese día me di cuenta de que estabas en mi clase de historia, cuando me entere simplemente mi sonrisa juguetona salió a la luz. Te sentabas atrás donde nadie podría notarte, contestaba con facilidad cualquier pregunta que el profesor te diera.

Al entrar a la clase de historia me senté en mi silla. Cuando entro el profesor puso sus cosas en el escritorio y nos miro como si fuéramos delincuentes.

-Muy bien mocosos, hoy vamos a realizar un trabajo de la Guerra Hispano-cubano-noramericana.

-Genial. -ruedo los ojos.

-Este trabajo lo harán en parejas, empezaran hoy aquí y luego en sus casas. El trabajo deberá entregarse el miércoles de la semana que viene.

Era como si la vida estuviera de mi lado en aquel instante.

Escojan sus parejas. -termino de decir el profesor.

Sin poder evitarlo miro hacia ti con una sonrisa, tu al verme creo que sabias mis intenciones en aquel instante. Pues rápido te sentaste al lado de uno de los chicos del club de ajedrez, mi sonrisa se había borrado. No me sorprende por tu acción ya que siempre tratas de evadirme. Es imposible.

Cuando camine hacia ti, el chico te miraba extrañado pues tu siempre ibas sola. Me pare frente a ustedes y le hice señas al chico para que saliera.

-Sal. -mi voz había salido firme y directa. El chico me miraba con horror, luego te miro y tu le negaste para que no se fuera. No tuve opción, lo amenace.

-Dije sal, no me hagas sacarte. - dije fría. El chico había salido y tu cara valía mil, tu cara estaba decepcionada.

-¿Como se te ocurre?, no puedes hacer eso.

-Lauren. -alzaste las cejas. -A mi se me ocurren muchas cosas pequeña. Algunas no son buenas. 

Lo ultimo lo susurre.

Parecías sorprendida, pues nadie decía tu nombre pero yo lo dije. Tu nombre me pareció estupendo, Lauren. Lauren es un nombre digno para una nerd como tu, pero no una nerd cualquiera.

-¿Sabes mi nombre? -preguntaste un poco confundida.

-¿Por que no saberlo?

-¿Por que saberlo?

Volvimos a responder con preguntas, solo que siempre tu llevabas la ultima.


Esta historia no es mía, es adaptada y pues todos los créditos a su autora original @_Weirdo_1521.  

The Story Of Camila - Camren (Adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora