Lillian y Byakuya llegaron casi inmediatamente después de que Kohaku dijera que apenas llegaran, Elioth se iría con Shinku. Y así mismo fue, la pequeña apareció en el lugar corriendo emocionada hacia su amigo, quien lanzó los naipes al aire, desperdigándolos por todo el lugar y el hombre llamado Gen empezó a recogerlos lloriqueando mientras su hijo abrazaba a la pequeña.
Suika también notó la presencia de un chico rubio de cabello casi platinado peinado hacia atrás, con actitud bastante seria, que miró con desagrado al pequeño pelinegro con ojos de mapache, actitud que recibió la misma respuesta de parte de este. Parecía ser que los pequeño amigos de Shinku eran bastante celosos con la niña, lo que le causó mucha ternura en ese momento.
"¿Será que mi Nanika es una niña?" —se preguntó a sí misma mirando el pequeño bulto que crecía en ella.
Dejaron de lado la escena graciosa y Lillian se fue hacia donde estaban Kohaku, Elise y Suika, para luego ir al lugar donde se haría la cata.
Al sentarse en la mesa para probar la comida, había diferentes platillos que fueron servidos por una chica que se veía apenas mayor que ellas. Era una rubia muy hermosa y pequeña y que tenía unos rizos increíbles y utilizaba una cinta de Francia en su ropa, Kohaku se la presentó a Suika como Francois. En la mesa terminaron estando sentadas con Lillian, que estaba bastante emocionada por catar la comita y la hermana de Kohaku, que llevaba una pequeña niña de cabellos castaños que parecía desesperada por bajarse de la mesa.
—No, Rin. Tienes que mantenerte tranquila. Vamos a probar la comida y cuando esté la cuidadora podrás irte con los demás niños —regañó Ruri a la pequeña.
Suika había visto poco a la hermana de Kohaku, ya que ella tenía una importante marca de ropas y trabajaba junto con una amiga de Senku llamada Yuzuriha, pero siempre que veía a Ruri la consideraba un modelo a seguir de ternura y belleza. Incluso con su traviesa hija Rin, Ruri nunca dejaba de sonreír y era como un sol que todo lo iluminaba. Y esto era totalmente opuesto a como solía sentirse Suika cuando pensaba en que las personas no solían valorar su esfuerzo y dedicación en ser cada vez mejor y muchas veces terminaban tratándola como una niña.
Después de probar los dos primeros platillos, Lillian se levantó corriendo de la mesa al baño a vomitar, lo que hizo que todas en la mesa tuvieran un sentimiento de total comprensión. Suika tenía algo de miedo de probar la comida, pero finalmente también decidió intentar con una "primera opción", que era un platillo conformado por salmón, arroz y unos vegetales salteados, pero que le hizo sentir una ligera náusea sólo olfateándolo.
—No, gracias. Suika no quiere hacerle compañía a Lillian en este momento —confesó volviendo a colocar la comida en el plato—. ¿Hay otras opciones? —Esto lo cuestionó dirigiéndose directamente hacia la mujer que había servido, quien simplemente asintió y volvió a la cocina a continuar con la preparación.
Vio a la chica con cara de mapache que había conocido momentos antes y esta sólo parecía estar pellizcando algunas cosas, pero no terminaba de comer algo en concreto. Kohaku, a diferencia de las demás, estaba devorando todo con su "hambre de leona", como diría Senku, lo que le causó mucha gracia a Suika.
Algo de comida salió volando y cayó en el centro de la mesa y Suika volteó a esa dirección, encontrándose a Rin haciendo un desastre con la comida y una extremadamente tranquila Ruri que seguía intentando que su hija comiera y no jugara con la comida, mientras ella también probaba las opciones de platillos.
—¿Son así siempre las fiestas de este tipo? —preguntó Suika, poniéndose nerviosa, ya que era la primera vez que lidiaba con algo de esa índole.
—Bueno, yo no he ido a muchas, pero... normalmente siempre hay niños y eso las hace muy interesantes, igual que las fiestas infantiles —señaló emocionada Ruri.
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Embarazada... ¿yo?
FanfictionAU. Advertencia: No leer si todavía ven a Suika como una niña. Suika toda su vida se había enfocado en su futuro y había luchado por salir adelante a pesar de que era una chica huérfana y sin amigos. Pero definitivamente esto no era posible, ni siqu...