Capítulo 37: Más preocupaciones.

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Los siete caminamos hacia el médico a una velocidad impresionante.

—¿Sois sus amigos? —Pregunta.

—Sí. —Responde Will.

—Ya que el chico es mayor de edad, no necesito hablar con sus padres.

—De todas maneras, están en camino. —Le comunica Gemma.

—¿Como está, doctor? —Pregunta Pauline, se quedará sin uñas si sigue así.

—El corte es profundo y me temo que tendrá que someterse a una operación pues la herida ha llegado hasta el estómago.

—¡Dios mío! —Dicen Gemma y Pauline a la vez llorando.

Me quedo helada, como los cubitos de hielo de mi congelador. ¿Operación? ¿Estómago? Ahora es cuando me arrepiento de haberme quedado en casa esta noche.

—¿Liam lo sabe? ¿Le ha dado su aprobación? —Pregunto.

—Sí lo sabe y está dispuesto a someterse a la intervención. Ahora, si me diculpáis, tengo que atender a otros pacientes, si hay noticias os avisaré.

—¡Espere! —Dice Joe intentando retenerlo antes de que se vaya. ¿Dónde está el enfermero? Se ha esfumado.— ¿Cuándo sería la operación?

—Mañana por la mañana si es posible. —Dice y entra a otra consulta.

—¿No podemos ver a Liam? —Pregunta Pauline.

—¡Ah sí, se me olvidaba! —Dice el médico regresando al sitio donde estamos mientras se toca la frente.— Podréis pasar todos después de la operación, ahora sólo tres.

—Pero... —Empieza Joe.

—Quedáos ahí, mandaré a una enfermera para que os acompañe. —Dice y se va escaleras arriba.

Después de varios desacuerdos y acuerdos, decidimos que entrarán Pauline, Will y Gemma. Joe se ha ofrecido a quedarse fuera, ya que dice que quiere salir a fumar. Lucy, Ruth y yo nos quedamos al margen, por supuesto, no vamos a ocupar la plaza de alguien que quiere ver a Liam de verdad. Además, ellos necesitan entrar ya que son sus mejores amigos. La enfermera llega y se lleva a Will, Gemma y Pauline. Joe, Ruth, Lucy y yo nos quedamos sentados en unos asientos azules. Veo a una mujer mayor esperando de pie, y le cedo mi asiento entre Joe y Ruth.

—Voy a salir a fumar, como ya dije. —Dice Joe levantándose.

—Te acompaño. —Dice Ruth.

—Nosotras nos quedamos aquí. —Digo.

Me hubiera gustado ir a fumar ya que necesito relajarme, pero no voy a dejar a Lucy sola.

—Mañana no podemos ir a ensayar. —Dice.

—No iremos. —Miro mi reloj.— Son las tres de la madrugada, llamaré a Tina a primera hora de la mañana, para que se lo comunique al grupo.

Cinco minutos más tarde Lucy se queda dormida en mi hombro. Yo también tengo mucho sueño, pero prefiero mantenerme despierta; para conseguirlo, enciendo mi móvil y me pongo a jugar a un juego absurdo pero que me entretiene bastante. Aparto la vista de la pantalla por un momento y miro hacia el pasillo. Gemma, Will, y Pauline caminan por el pasillo.

—Lucy... eh... —Le susurro y le doy unos golpes en la cabeza.— Lucy... por ahí vienen, a ver qué nos dicen sobre Liam. —Ella se despierta.

—¿Cómo está Liam? —Les pregunto.

—Muy pálido. —Dice Gemma.

—Pero muy feliz de vernos. —Añade Will.— Se encuentra un poco dolorido, pero dice que todo va bien.

El Susurro de AnneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora