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Me sentía optimista por primera vez en muchos días. Quizás porque sabía que estaba rodeada de personas que quería y porque estaba a pocos minutos de ver al amor de mi vida después de una semana y media sin el.

Los desérticos paisajes en esta zona de California eran nuevos para mi, así que de vez en cuando capturaba una fotografía de ellos con mi celular. Las chicas habían puesto música así que eso me animaba más, creo que Luke tenía razón cuando dijo que necesitaba pasar tiempo fuera de casa.

En la lujosa camioneta Tesla de los Clifford íbamos Crys al volante, Kay de copiloto y yo atrás con Petunia, South y Moose. Era un caos honestamente en ciertos momentos, pero se estaban comportando bien y mantenía sus correas al rededor de mis manos, pues por lo general asomaban sus peludas cabezas por la ventana emocionadas de ver un nuevo escenario.

Uno de los motivos por los que íbamos todas a reencontrarnos con nuestros chicos era por el cumpleaños numero 25 de Calum. Se organizaría una reunión para festejarlo al día siguiente y aprovecharíamos la visita para pasar tiempo de calidad con nuestras parejas.

Después del drama en Halloween del año pasado, tenía entendido que Maia ya no formaba parte de su vida, así que me hacía sentir un poco incómoda que él siendo el festejado nos tenga que ver a nosotras siendo las novias de sus casi hermanos. No lo sé, quizás era porque quería ver a alguien que realmente valiera la pena para mi amigo.

Interminables caminos de terracería, dunas, rocas y flora desértica parecían no tener fin hasta llegar al frente de una reja pequeña de madera que nos daría paso al sitio donde estaban los chicos. Con una rápida llamada, Crystal avisó a Michael que estábamos ahí afuera y no tardó mucho en salir de la pequeña casa de madera para abrirnos paso y por fin descender.

Casi caigo de la camioneta al ser jalada por Petunia que es la más grande en su emoción por salir a conocer el nuevo lugar donde nos encontrábamos, por lo que solté su correa y esta corrió despavorida hacia mi chico que apenas estaba atravesando la puerta para salir. Sonreí encantada mirando la escena.

"Hey Lex, gracias por cuidar a mis bebés" Michael me saludo con un abrazo y tomando entre sus brazos a South que no paraba de saltar a sus piernas. Le entregué la correa de Moose y me encamine hacia mi chico.

Quizás era el tiempo que estuvimos lejos, o quizás sólo era que estaba terriblemente enamorada de ese sujeto, que mis ojos no podían creer lo que veían. Estaba convencida de que era el ser más guapo del planeta y lo único que quería era verlo todo el día hacer absolutamente nada. O quizás solo eran mis hormonas gritando por atención.

"¿Cuando será mi turno?" Me detuve a un par de metros de él aún acariciando a Petunia y alzó la vista sonriente. La dejó de lado para pasar los brazos por mi cintura y cargarme en un abrazo. "Mierda, te extrañe demasiado"

"Mmm yo a ti" Tomé su rostro besando sus labios de inmediato. Realmente estaba necesitada de él.

"No me dejes tanto tiempo, recuerda que soy Campanita y puedo morir si no me pones atención" Volví a besarlo una y otra vez, esta vez llevando mis pies al suelo después de estar unos agradables segundos encima de él.

"Lo se, pero sabes que es importante esto" Reí asintiendo.

"Si yo se, solo bromeo" Saqué la lengua y pasé mis brazos alrededor de su torso. "Enséñame el lugar, se ve bastante lindo aquí a pesar de no haber prácticamente nada más que tierra y rocas por todos lados"

"Si pero primero..." Tiro de mi rostro para besarme de nuevo, esta vez mucho más profundo. Me aferré a su suéter poniéndome de puntas y disfrutando la manera en que mi cabeza daba vueltas al sentir sus labios. Sonreí como idiota al terminar y me abrazó de nuevo, esta vez cerré los ojos recostada en su pecho. "Ven, vamos a dejar tu maleta en mi habitación y después te muestro la casa y el garage donde estamos la mayoría del tiempo"

𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 | 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora