CIUDAD CENTRAL: RELIQUIAS DE FAMILIA

SEGUNDO CAPÍTULO: Guerra

El olor de la tierra húmeda a su alrededor lo ahogaba, el pitido de las balas pasando sobre su cabeza, lo desconcentraban, los cuerpos de sus compañeros alrededor lo apretaban, algunas balas golpeaban la tierra, haciendo que rebotaran en ella misma y lanzara pequeños pedazos en los ojos de Sasha. El ruido era mucho mayor, solo podía ver la boca del teniente moverse a lo lejos, en la mañana había llovido. El uniforme estaba lleno de barro y la posibilidad de resbalarse era muy grande, los hombres más cerca del teniente se preparaban para moverse sin ponerse de pie por completo en la trinchera.

–¿Qué sucede? ¿Qué dijo el teniente, Marsh?– preguntó Sasha a su compañero, jalándolo de su hombro, el hombre era un poco más bajo que Sasha, su cabello castaño y mucho más ancho que él.

– Ni idea, pero recoge tu mochila y tu fusil, nos vamos a...– la explosión fue tan cerca que interrumpió a Marsh, todos se tiraron al suelo, los oídos de ambos soldados pitaban por tremendo estruendo. Sasha al estar más cerca de la explosión, quedó aturdido y confundido de la situación, veía dos veces a Marsh quien lo agitaba y golpeaba suavemente su cuerpo "¿me hirieron?", se preguntó, mientras en el fondo escuchaba la voz de Marsh.

–No fue nada, solo fue el impacto, muévete, el teniente ya ha desaparecido de mi vista. Hazle rápido– su voz se distinguía un poco más, Sasha volvió en sí y cogió su mochila rápido, mientras colgaba su fusil al hombro.

Los hombres corrieron, los impactos se sentían más cercanos, la trinchera era bastante resbaladiza, pero eso no los detuvo. Al fondo vieron varios soldados, ya casi saliendo del agujero. El lugar era boscoso donde terminaba la trinchera, los hombres rodeaban al teniente que estaba observando un mapa de tipo papel con otro hombre, Marsh y Sasha llegaron cerca para poder oír las órdenes.

–No tenemos idea que hay dentro del bosque, si seguimos en línea recta por él llegaremos a un pueblo, aún no tenemos contacto con central para saber sobre ese lugar –observaba el teniente el mapa mientras dirigía esas palabras a los hombres al frente de él.

El sargento se acercó más al mapa para buscar otras partes donde ir, pero los gestos de su cara hacían saber que no quedaban más salidas –si nos movemos lentamente, de pronto podamos contactar con central en el bosque, teniente...– levanto su cabeza para mirar a los otros hombres seriamente, buscando saber si querían seguir su plan, más de uno asintieron con sus cabezas, otros solo se quedaban quietos observando sin ninguna expresión en su rostro – sin tener que quedarnos aquí atrapados.

Todos guardaron silencio, esperando las órdenes del teniente. "Lo más seguro es movernos dentro del bosque" Acertó Sasha dentro de él, mientras Marsh se quitaba los guantes y friccionaba sus manos entre sí, el clima era bastante frío, al parecer el cuerpo de Sasha ya estaba adaptado a este tipo de climas, así que se sentía bien con ello.

–Tenemos que movernos ya, muchachos levanten su equipamiento, no escucho más ruido de munición, deben de estar acercándose– el teniente agarró su rifle y troto hasta la zona boscosa, mientras los demás lo seguían, eran diecisiete soldados entrando en el bosque.

Los soldados llevaban bastante tiempo en el bosque, el sargento andaba cerca de un chico muy joven para estar en la guerra, sostenía el radio, una caja gigante que llevaba en la espalda que conectaba un cable donde lo último de la máquina era una bocina que sostenía el sargento –nada teniente, no hay señal, no se escucha más que ruido distorsionado– seguían caminando, pero a un paso lento, que se hacía más pesado. Más de uno levantaba su pie para moverlo en el aire, estirarlo de lo entumecido que lo tenían.

Sasha estaba cansado, haciendo los mismos ejercicios que todos los soldados mientras caminaban hacia el pueblo, algo le parecía muy extraño, el bosque tenía algo raro, Sasha no aguanto y utilizo su habilidad generada de su mano, salió un pequeño viento y lo empujo hacia lo más profundo del bosque, el empujón de aire no se devolvía o eso pensó, una parte de ella reboto y volvió, revoloteando el barbuquejo que estaba suelto de su casco.