Capítulo 4: Despertar

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Aquellos párpados se abrieron de golpe en la oscura habitación, revelando los ojos ___ (c/o) de una joven que despertaba gracias a la alarma del reloj que se encontraba a su lado. Molesta por tener que levantarse, murmuró algunos insultos y apretó el botón de su despertador, dejando el cuarto en completo silencio.

—Invento de mierda... Y maldito sea su creador de paso.— Susurró la joven mientras masajeaba sus párpados y bostezaba.

Volvió a fijar la vista en el techo blanco y viejo de su cuarto... La pintura ya estaba descascarándose, revelando el concreto del edificio. Cuando era pequeña le encantaba saltar en su cama y tirar de los pedazos que colgaban. Ahora se arrepentía un poco, sabiendo que no podría pintar su habitación hasta tener dinero suficiente... Y eso era algo que definitivamente escaseaba en su vida.

—(Arriba de una vez...)— Suspiró de mala gana y se levantó de su cama, haciéndola rechinar con fuerza. —(Colchón de mierda...)— Se quejó mientras estiraba su cuerpo. Definitivamente debería cambiarlo en algún momento.

La joven caminó hacia la salida de su cuarto con su ropa de escuela en mano, abriendo la puerta y encontrándose con el oscurecido pasillo del departamento. Podía oír algo de ruido viniendo de la cocina, pero no le interesó en lo más mínimo. Sin perder más tiempo, se dirigió al baño y se metió a la tina; pudo sentir su cuerpo contraerse ligeramente ante el contacto del agua fría, pero estaba acostumbrada a ella.

—(Otro más...)— Pensó al ver un nuevo moretón en su brazo. —(Si ellos me vieran, seguramente perderían la cabeza...)— Rió ligeramente.

Finalmente salió de la tina, comenzando a secar su cuerpo con la toalla. De reojo se vio al espejo, encontrando su espalda llena de moretones de distintos colores y tamaños, pero éstos no le dolían en lo más mínimo. Todo su cuerpo estaba cubierto en hematomas, a excepción de sus manos, cuello y rostro. No pudo evitar sonreír mientras se colocaba la camisa y la falda.

—(Después bajo las mangas y me pongo los calcetines largos.)— Pensó, saliendo del baño.

Al entrar en la cocina, se encontró con su hermano dándole la espalda. Él estaba ocupado, preparando el almuerzo que se llevarían a la escuela... No era mucha comida ni de finos ingredientes, pero sin duda era nutritivo y les permitiría a ambos avanzar con el día sin preocuparse por el hambre.

—Tostadas solas...— Suspiró ___ mientras miraba su plato. —¿Cuándo demonios podremos untar algo en el pan?

—Buenos días para ti también, niña.— Sonrió Hogo, dándose la vuelta para observar a su hermana. —Ya falta poco para el fin de mes... Y no exageres. Sólo fue por esta vez.

—Sí, sí... Todo porque tu preciada moto necesitó reparaciones de último minuto...— Susurró mientras comía su tostada.

—Bueno, no es mi culpa que a "Myüto" se le ocurriera manejar en plena tormenta contra el tránsito.— Ante la declaración de su hermano, ___ resopló de mala gana. —¿Dormiste bien?

Esta vez el silencio fue su respuesta. Durante unos segundos se quedó esperando que su hermana dijese algo, pero no fue así. Al darse la vuelta, observó que ___ se hallaba cabizbaja y que una pequeña gota rodaba por su mejilla; rápidamente caminó hacia ella y se agachó hasta quedar a su altura mientras acariciaba su espalda con cuidado... Podía ver que ella apretaba su falda con fuerza y temblaba ligeramente.

—¿De nuevo tuviste una pesadilla?— Preguntó.

—No lo sé... Pero fuera lo que fuera mi sueño... No fue bueno...— Susurró. —Y trataba sobre ti y Kiroi...

—Hey, tranquila...— Dijo Hogo mientras secaba su lágrima. —Todo está bien. Estoy aquí y no me ha pasado nada...— Sonrió con cariño, observando que sus ojos ___ (c/o) le devolvían la mirada.

El líder de la Mascarilla (Draken x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora