🕯️ Prólogo🕯️

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En una noche fué cuando todo comenzó a cambiar. El aire era más denso que de costumbre y hacía tanto frío que sus huesos estaban congelándose. La noche era oscura y solamente su vela era su compañía, pero no estaba solo.

La noche que le entregó su alma al demonio de la lujuria, solo por más poder y ser reconocido, ser querido y amado. No sabía en lo que se había metido.

Yoongi caminó con temor en el largo pasillo del sótano de la casa abandonada, con una vela en su mano. Arrepintiendo se de haberle creído a su mejor amigo  y su crush de leyendas y mitos baratos que fueron contados por su abuela.

- ¡Mierda!- se quejó cuando una gota de vela le cayó en el dorso de la muñeca. Cambio la vela a su otra mano y la sostuvo con cuidado para no volver a quemar se.

Yoongi siguió cambiando cautelosamente y con las manos temblorosas sacó un detector de fantasmas cuando escuchó pasos detrás de él. Lo encendió y se volteó para verificar que no hubiese un fantasma alrededor.

Aunque era imposible que no lo hubiera, ya que ese sitio parecía sacado de una película de terror.

El aparato comenzó a sonar y Yoongi retrocedió con miedo. Su corazón latía desbocado y tragó grueso; dispuesto a correr, Yoongi en un traspiés cayó al suelo y la vela se apagó, haciendo que este entrara en un total pánico. Sacó un encendedor y trató de encender la vela, pero pudo ver cómo este fué apagado de un soplido detrás de su oreja.

Yoongi quedó petrificado en su sitio y cerró sus ojos con fuerza, sintiendo a alguien detrás de él, que no sabía quién era - y tampoco quería saber-, pero no se iba a voltear a verlo.

- tu puedes Yoongi- se animó así mismo-. Has visto a espíritus Miles de veces, no pasa nada.

Escuchó como soltaron una macabra risa detrás de él, que le hizo erizar los pelos de su cuerpo. Yoongi tomó un poco de valor, así que abrió sus ojos y prendió la vela rápidamente, y así levantarse del suelo. Abrió sus ojos horrorizado al ver manchas de sangre en las paredes y una letras marcadas en ellas.

"Búsca"

- e-eso hago - respondió como si fuese a ser escuchado.

Miró a sus alrededores y comenzó a caminar nuevamente; siguiendo las manchas de sangre con un mal presentimiento, pero de todas maneras el se lo había buscado y regresar no era la mejor opción. Quedó en medio en un pasillo que iba a su izquierda; su derecha y al frente de él.

- ¿Cuál tomo? - preguntó para así mismo, antes de ver como antorchas pegadas a las agrietadas paredes se encendían una a una-. Supongo que por ahí...

Yoongi camino por el lado izquierdo del largo y tétrico pasillo, con desconfianza, mientras el detector comenzaba a sonar de manera descontrolada, hasta ver cómo había Sido arrojado al suelo y romperse en pedazos. El chico de cabellos castaño quedó desconcertado, mirando el aparato inservible en el suelo y no pudo evitar estar aún más asustado.

Miró la pared que tenían marcas de manos, hasta ver otra palabra.

"Encuentra"

Yoongi tragó grueso y tocó con sus dedos aquella escritura recién hecha con sangre, debido a que la sangre estaba fresca y bien húmeda sobre la pared.

- déjame encontrarte- dijo, comenzando a caminar hasta nuevamente.

A unos metros de el, había una sala con cuatro antorchas encendidas alrededor de una pila de piedra y con algo en el centro- no sabía qué -. Caminó hasta entrar a la habitación y observó la pared que tenía frente a y una línea roja Aldo de ella.

El demonio de la lujuria. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora