La sorpresa...

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Dedicado a  minikuick
Corrí lo más rápido que pude hacia la planta superior, luego de obviamente, encontrarme vestida de civil de nuevo.

Al voltear antes de subir con gran temor, divisé que dicho hombre extraño había desaparecido; pero no por eso estaría convencida de que no estuviese merodeando por allí.

Debía ver a Kylie, en cuanto más pronto, mejor: Sin dudarlo y con la palidez en cada facción de mi rostro, fui hacia los grados menores.

Al verme, Kylie corrió desde un pequeño escalón de madera, donde se encontraba sentada comiendo un pastelillo, hacia a mí para abrazarme. Era tan bueno sentir su presencia cerca mí, sus pequeños bracitos rodeándome y su voz suave y delicada... Como Nora ya sabía de sobre mi cercanía con la pequeña, hizo un gesto dándome permiso para darle un respiro de ese inusual ambiente; digo inusual” ya que notaba algo que se suponía, no debía ser así... La alegría no era presente.

Luego de tomar una malteada de fresa esta vez en la cafetería de West, y ella tener rastros de esta en su nariz, me miró  y finalmente dijo:

—¿Sabes algo Chris?
—¿Qué cosa? —Respondí devolviéndole la sonrisa.
—Aunque ya lo sepas posiblemente, eres mi única amiga...
—¿Por qué lo dices? —No entendía, por lo cual hice gesto de extrañeza.
—Sí... Es decir, eres mi única amiga, la única que no me ha tomado por loca, o como sea... ¿Me vas a prometer algo?
—Por supuesto...
—¿Nunca te alejarás de mí?
—Jamás en la vida.
—¿Nunca?
—Nunca.
Rió más dichosa y dócil, abrazándome con más euforia que antes.

Caminamos hacia la cancha de baloncesto, y un chico, el amigo de Austin; Adam, me saludó con un gesto al tiempo en que le daba un codazo a Austin en las costillas; parece algo petulante, pero no importa, le saludé de igual manera y anduvimos hasta llegar donde ellos...

Austin me dedicó otra sonrisa maliciosa de las que me daban tanta incomodidad y hacían que me mordiese el labio.  Y creo, que eso tensó un poco a Adam, que frunció el ceño levemente, diciendo así:

—Tarado, necesito que me acompañes a, mmmm, ¿Hacer algo...?
—¿Qu... —No pudo terminar de cuestionar, porque Adam le calló con otro golpe y haló del antebrazo, llamando a un tal Nick, que llegó de inmediato.

Supe que Austin estaba malhumorado; más, por el calor en sus mejillas, se soltó de él, caminó en dirección a mí y me besó la frente, acompañando el beso de un abrazo fuerte, se despidió y estampó otro golpazo a Adam cerca al hombro.

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Austin pov:

Habíamos terminado entrenamiento Adam, Nick, Logan, el resto del equipo y yo, así que ellos, como los carniceros que son, querían comer diversas carnes asadas y el resto, me dijeron que sería una sorpresa, pero no es que me sintiera tan feliz.

La felicidad regresó cuando Adam me dio otro de sus impactos en mis costillas, venía Christina acompañada de una niña pequeña, ¿Quién sería?

A Adam no suelen agradarles las que no son populares” razón por la cual la presencia de ella no era tan maravillosa para él, y por lo visto, ella tampoco gustaba de su compañía.

La vi y había algo diferente en ella, no sé si la belleza natural que más me agrada, u otra cosa. Le Sonreí como cuando besé su cuello y la  adrenalina la percibía más que cualquier otra cosa. Deseaba besarla, no sabía cómo no cuándo, pero quería hacerlo.

La saludamos, pero ellos solo querían comer y arrasar con todo lo que tuvieran a su alcance, y como siempre, Adam interrumpió.

-Tarado, necesito que me acompañes a, mmmm, ¿Hacer algo...?
Antes de que terminara la oración me alejó y bueno, bla bla bla; pero no impidió que le diera un beso en la frente con un abrazo.

En el camino Logan dijo:

—Aldrich... Por hoy debes olvidarte de tu novia o lo que sea ella de ti.
—¿por qué? -Pregunté algo enfadado.
—Relájate, ya lo sabrás.
Ellos carcajearon, yo por el contrario, me enojé más.

Llegamos a la casa de Nick, era amplia y sus padres no se encontraban por ese día en la ciudad y nos habían dejado en el horno una gran cantidad de alimento. El estómago me retumbaba de hambre.

—Y eso que esto no es todo —dijo Nick guiñando un ojo.
Tocaron el timbre y eran precisamente cuatro mujeres de esbeltos cuerpos y rostros finos.

—Hola muchachos —Dijo una de ellas, enroscando una parte de su cabello y con tono seductor.
—Hola, hermosas —Responden ellos.

¿Habían traído a unas putas, en serio?

—¿Puedo sentarme al lado de su amigo, chicos? —Interrogó una rubia de pechos grandes señalándome.
—Estábamos esperando a que lo preguntaras, la respuesta es SÍ —Respondieron al unisono.

Abieron un espacio y se sentó en mis piernas,
—¿Subimos? —me susurró, pero Logan escuchó y se me adelantó asintiendo y por consiguiente, empujándome con brusquedad hacia las escalares mientras ella me agarraba con sus uñas postizas de la camiseta del equipo.

Al subirme prácticamente arrastrado, se quitó su pintalabios rojo y soltó su cabello largo y liso, se soltó su camisón y ropa interior, empezó dándome un beso largo en el cuello, y cogió mis muñecas con inmensa fuerza, justo cuando iba a despojar la camiseta deportiva de mi abdomen, mi móvil comenzó a sonar, era Christy. La culpa se incorporó con rapidez. Alejé a la rubia, me organicé lo más veloz que pude, entretanto, ella se limitó a levantar su dedo medio y vestirse también.

Bajé y me apresure antes  de que preguntaran cómo me había ido, los maldije y cerré de un portazo, y contesté el móvil que zumbaba con insistencia. 

Desde aquel díaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora