No llorar es de débiles.
Hace algunas horas había salido del baño y solo fingí indiferencia para que Rob no se preocupara por mi.
La carta de Bruce me había dejado muy confundida y solo podía mantener mi cabeza en eso. Sus palabras me tenían nerviosa.
Mi mente me gritaba que dejara de pensar tanto y la dejara descansar pero simplemente no podía.
Mi cabeza era un remolino de ideas y muy malas, por cierto.
-¿Maia, estas bien? -escuché como decía Rob a mi lado.
-No -susurré y por un momento Rob me miro con preocupación pero dejo que continuara hablando -. Gwen me dijo que no te dijera nada de esto y no entiendo la razón pero necesito que leas esto.
Me observo mientras sacaba la carta de mi bolsillo y la ponía en sus manos con lentitud.
-Mira -susurré con desilusión y un tono de voz bajo.
Abrió con cuidado el papel desgastado para no romperlo y antes de comenzar a leerlo me miro para después pasar su mirada al papel.
Sus ojos se movían con rapidez encima del papel desgastado y cada vez denotaban más preocupación mientras fruncía su ceño cada vez más.
Doblo la carta al dejar de leer y me miró antes de decir.
-Joder. No podemos estar en paz ni siquiera unos meses porque tiene que llegar nueva mierda a nuestras vidas -dijo con desesperación.
Se echo hacia atrás y puso un cojín cojín su rostro, tapándose.
Me eché a su lado, pensando en muchas cosas y la mayoría de esas ideas eran muy malas e idiotas.
Tape mi rostro con mis manos y trate de controlar mis pensamientos porque estaba siendo muy torturante no poder callar un segundo mi mente.
El papel se encontraba recargado en mi abdomen y estire la mano para ponerlo en la cómoda y que no estorbara.
Seguía con las manos en mi rostro intentado poner mis pensamientos en orden hasta que escuche un leve sollozo a mi lado que me hizo distraerme por completo.
Volteé a ver a Rob y al parecer trató de que no notará nada pero su pecho lo traicionó y tembló un poco.
-¿Estas bien, Rob? -susurré mientras trataba de quitar la almohada de su rostro y esperaba una respuesta.
Luché por unos minutos tratando de quitar su mano del cojín y cada vez se aflojaba más, perdiendo fuerza.
Cuando por fin logré quitarle el cojín se volteó de inmediato hacia la pared y no me permitió verlo.
-Rob... -susurré mientras ponía una mano en su hombro en un intento fallido de darle la vuelta.
-No... -susurró y no dejo que lo volteara aunque aun veía los espasmos en su cuerpo y solo me permitió mantener mi mano en su hombro.
Sabía que estaba llorando pero no me permitía verlo. Nunca lo había visto llorar y supuse que tendría vergüenza.
Mantuve mi mano por unos cuantos minutos allí pero llego un momento momento que me hizo sentir muy mal el verlo así y lo jale con fuerza, volteándolo con facilidad al estar el distraído y no intento nada.
Al momento en que lo vi el trató de darse la vuelta de nuevo pero puse mi mano de nuevo en su hombro y la otra en su barbilla, no permitiendo que se voltera.
Sus ojos se hallaban rojizos al igual que sus mejillas. Aquellas bonitas mejillas se encontraban húmedas de lágrimas y sus ojos estaban llenos de lágrimas, brillando.
-¿Qué pasa? -susurré mientras limpiaba un poco sus lágrimas y me sentaba a su lado.
-Nada esta bien. No podemos estar tranquilos nunca porque siempre llega una mierda nueva a arruinarlo todo.
Se sentó a mi lado y sentí como enrollaba un brazo en mi cintura para sentarme en su regazo y pasar sus brazos por mi cuerpo y esconder su rostro en mi cuello, sollozando.
Sus lágrimas empaparon mi cuello y mi hombro pero poco me importó.
Su pecho se agitaba en cada lágrima que soltaba y aunque lloraba en silencio soltaba pequeños sollozos que me hacían sentir terrible y muy pero muy mal por el.
Abrazaba mi cuerpo con fuerza y seguía desahogándose en mi hombro con fuerza pero en completo silencio.
-No te vayas... no lo hagas -escuché que susurraba cerca de mi oído -. Mamá decía que no valía nada pero dime que si valgo aunque sea algo para ti. Quédate aquí, por favor.
Su voz estaba totalmente rota y escuché como lo decía entre balbuceos y sollozos.
Eso fue como una patada dura en el estómago. Sus palabras dolían como estacas en mi corazón. Nunca supe como se sentía realmente.
-No iré a ningún maldito lado sin ti. No entiendo como tu madre pudo haberte dicho eso pero grábate en la cabeza que eres importante para mi y para los demás, Rob -mi voz se hallaba rota y cada palabra que decía se escuchaba más baja cada vez.
Sus sollozos se hicieron más fuertes y sus brazos se aferraron más a mi.
-Mamá decía que no valía nada y cuesta trabajo creer ahora que si le importó a alguien -balbuceó y siguió llorando.
Mis ojos comenzaron a ponerse acuosos y se llenaron de lágrimas con rapidez. No pude controlarlo y varias lágrimas gruesas salieron de mis ojos.
-Shhh, todo estará bien -susurré con un hilo de voz y temblando un poco mientras acariciaba su cabello y espalda, tratando de calmarlo.
No entendía como su madre podía decir eso de una persona tan increíble y buena como Rob. Si la hubiera conocido en persona no hubiera dejado que se quedase solo con ella nunca. Nunca.
Poco a poco se fue relajando en mis brazos y aunque no dejo de abrazarme con fuerza dejo de llorar por unos instantes.
Sabía que no se hallaba dormido y trate de decir algo.
-No conozco a tu madre pero se que es una mierda de persona y no te merece. No merecías ser tratado así, Rob. Que bueno que nunca la conocí.
-Y nunca la conocerás. Murió hace siete años en un accidente automovilístico.
Mierda.
-¿Y tú padre? -me atreví a preguntar en voz baja.
-Murió. Nunca abandonó a sus amigos en la guerra de Vietnam y eso tuvo consecuencias. Pero el si era bueno, siempre me quiso y apoyó hasta el último día que escuche su voz.
Doble mierda.
-Lo siento mucho, Rob. De verdad lo siento.
-No lo sientas. A veces lo extraño pero tengo a mi tío y el es como mi segundo padre.
Nunca me había contado nada sobre su familia y ahora que se había abierto hacia mi era mucha información para mi.
Había parado de llorar pero aun se sentía en el ambiente un aura muy triste.
Nunca lo había visto llorar.
Y eso no cambio para nada mi forma de verlo.
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My Pretty Girl // Robin Arellano.
Fiksi PenggemarI looked at her and steeled myself. Then in a quick movement I took her by the neck and stamped my lips with hers. Todos los personajes, a excepción de Maia Adams no son de mi propiedad, es decir, no me pertenecen.