Simplemente pasan. ✔️

XXIII | Instinto Natural

Hoy tenía que cumplir con uno de los más inquietantes retos y era visitar la casa donde crecí de nuevo.

La última vez que estuve allí fue por el fallecimiento de mamá y no me imaginaba tener que volver ahí pero debía de hacerlo.

Hay algunos objetos que debo sacar de allí, aunque ha pasado casimente un año muchas cosas han seguido intactas gracias al cuidado de Dafne.

Al estar frente a la casa me detuve para observar, no podía creer todas las cosas que habían pasado y como estas me alejaron de mi hogar, me alejaron de mi casita, mi lugar favorito como yo le decía.

—¿Estás bien, estrellita? —la pregunta de Santiago me espabiló.

—Sí, seguro. —dije sin pensar— Solo necesitaba mirar la casa de frente después de mucho tiempo.

—Cualquier cosa estamos aquí —agregó Perla.

—Sí, aquí estamos —añadió Estarling.

A veces no soy consciente de las personas tan lindas que tengo.

Me encaminé para entrar a la casa, abrí con la llave que aún tenía y al entrar un sentimiento de nostalgia invadió por completo mi ser.

Se sentía raro ver la casa desde adentro pero desde una ocasión diferente vender o regalar la mayoría de cosas a la fundación.

Estarling y Perla comenzaron a tomarles fotos a sala y sus muebles.
Algunos tenía pensado venderlo en línea y dar el dinero a la fundación ya que de por sí ese era el deseo de mamá.

Subí acompañada de Santiago a mi habitación, él no se alejó de mí ni por un momento.
Es como si quisiera asegurarse de que esté bien.

Pero, en realidad no lo estoy.

Al entrar a la habitación sentí como si algo en mí cobrará vida, pero también sentía como algo en mi se consumía.

—¿Esos posters de que son? —preguntó Santiago de repente.

—Este. —señalé uno— Es de Hannah Montana. Me gustaba mucho esa serie, así que imprimí la casa donde Miley y su familia vivían. —respondí— Este es de Gemelos en acción —lo señalé— Y este de Programa de Talentos. Este en sí es mi favorito porque disfrutaba mucho de la serie con mi papá.

—Eras muy fan de Disney. —bromeó.

—Sí. —me senté en la cama y él hizo lo mismo— A veces se siente raro ver cosas de tu pasado y notar lo mucho que has cambiado después de eso. Es como si...

—Te dieran ganas de volver a esos años donde todo era más fácil. —completó— Lo sé, sé lo difícil que es, pero te aseguro que tus padres están orgullosos de ti al ver como te has superado.

—El extrañarlos siempre lo sentiré, no?

—Sí, pero a medida de los años verás como su ausencia aunque se sienta no te dolerá porque lo habrás superado por completo. —acarició mi cabello con cuidado— Y yo estaré ahí para decirte: Hey, Estrellita. Lo lograste.

Él se imagina en un futuro conmigo.
¡Él se imagina en un futuro conmigo!

—Nos ves juntos mucho tiempo, eh? —alcé una ceja y él sonrió.

—¿Quieres saber la verdad? —asentí— Nos veo juntos hasta que estemos grises y viejos, viajando, haciéndote cantar en karaokes, tocando y usando nuestro lenguaje del amor como el primer día.

—La música. —completé y sonreí— Te amo, Santi.

—Y yo a ti, Estrellita. —me abrazó— Siempre estaré aquí, ok?

—Okay. —murmuré y dejamos de abrazarnos.

—Lamento interrumpirlos en su momento de romance —dijo Perla entrando a la habitación— Pero, quería ver la habitación en la que creció Ash. —observó todo con cuidado— En serio eras fan de Disney?

—Y eso qué? ¿No me digas que no fuiste fan de alguna franquicia animada? —alcé una ceja y ella alzó los ojos sorprendida.

—Sí de la mejor, Cartoon Network. —respondió con seguridad.

—¿En serio? Yo también. —dijo Estarling entrando a la habitación— Solo eso se necesitaba para que terminaras de caerme bien.

—¿Qué? ¿Entonces yo no te caía bien antes? —actuó sorprendida Perla, algo que la caracteriza es su fuerte caracter y me ha contado como esto no le agrada a algunas personas.

Siguieron discutiendo unos minutos mientras yo disfrutaba del espectáculo.

Después Perla y yo comenzamos a ponerle precio a lo que se iba a vender y lo demás los chicos lo llevaron a la fundación.

—¿Cómo te sientes con todo esto? —preguntó Perla de repente.

—Aunque me da mucha nostalgia y a la vez algo de tristeza estar aquí. —suspiré— Estoy bien.

—¿Segura, no deseas llorar o algo por el estilo? Mis brazos están abiertos para ti. —al escuchar eso, solté una risa.

—Lo sé y gracias. Pero, con ustedes aquí todo se ha sentido diferente. —confesé— No me siento tan triste con ustedes aquí.

—Era nuestro plan el no dejarte sola en esto.

Después de terminar de publicar algunas cosas con sus respectivos precios, los chicos pasaron a buscarnos y como aún no se había ocultado el sol, Estarling tuvo la genial idea que fuéramos a ver el atardecer en la playa.

Todos estuvimos de acuerdo, así que nos dirigimos hacia allá, al llegar Santiago —no sé cómo— consiguió unas sillas y decidimos sentarnos cerca del mar.

Miramos en total pero hermoso silencio el sol ocultarse, se sintió hermoso tener este momento con ellos. Poder disfrutar de esto, tenerlos a mi lado es sin duda obra de Dios.

Por unos minutos Estarling y Perla desaparecieron, no me di cuenta hasta que Santiago entrelazó su mano con la mía.

—¿Dónde están los demás? —pregunté mirando hacia los lados.

—Compran unas aguas de coco. —respondió Santiago señalando a donde ellos estaban— Por cierto, al verte tan concentrada mirando el atardecer pensaba en algo.

—¿En que?

—En como tus ojos desprenden tanta paz. —sonreí.

—¿Cómo puedes ser tan romántico siempre?

—Contigo siempre sale mi lado más romántico —dejó un beso en mis labios— Es como por instinto natural.

—Instinto natural —saboree esas palabras y me robó otro beso.

—Sí, instinto natural.

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Capitulo corto, pero tenemos un poco más de nuestros solecitos.

Disculpen lo mucho que tardo en actualizar, estos días son de evaluaciones en la universidad y no he tenido mucho tiempo para escribir o corregir.

Recuerden que pueden encontrarme en Instagram y Twitter como: Iamdrajimenez_

Por ahí podremos hablar y conectar un poco más.

Gracias por todo el apoyo <3

Nos leemos pronto.