Koncertas 7

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La puerta del apartamento fue tocada varias veces con insistencia siendo no recibía ninguna respuesta por más tiempo que pasase. 

El azabache entre cansado y cabreado apoyó la cabeza en la puerta que hacía unos instantes había estado golpeando.

— Por qué nadie contesta cuando necesito...

El sonido de una notificación llegó y rápido comprobó lo que decía. 

En la pantalla podía leer lo que su mánager le había escrito sobre quedarse en casa y por último el mensaje más nuevo era sobre donde se encontraba la llave de su compañero.

Con la información buscó donde tendría que estar encontrando efectivamente estaba donde había indicado. Rápido se dio prisa en entrar al lugar buscando con la vista al albino.

— Yuu — llama revisando el lugar.

Si hubiese estado las ventanas bajadas podría imaginar estaba durmiendo, pero comprobando todo parecía correcto y como habían algunos platos fuera aún secándose intuyó que ya se había levantado. 

Comprobó en todo el lugar por si acaso sin encontrar a nadie.

— Dónde demonios se a metido... Dijeron no saliésemos... 

Comprobó su móvil antes de sentarse en el pequeño sofá agotado.

— No sé que debería de hacer... 

No podía ir a la universidad ni al estudio donde practicaban habitualmente. Le dijeron que permaneciese quieto hasta que le avisasen. Y como se enterasen de que el día anterior fue visto con Zhongli no sabía qué harían. 

— Cómo pudimos perder de esa forma... ...

Tenía que ser que el modelo se lo llevó para hablar en un lugar privado y justo cuando casi tropieza haciéndole un kabedon fue que entró alguien. 

Necesitaba hablar con alguien sobre ello.

Y a esa misma hora era que el grupo de idols llamado Victorum había logrado llegar con éxito al lugar donde estarían dando el concierto. Siendo un día entre semana y por la mañana no habían querido vender muchas entradas por si acaso. Igualmente lograron el objetivo de que no hubiesen asientos vacíos. 

— ¿No deberíamos haber realizado el concierto en la noche? 

— Un viernes por la noche atraería mucha gente, queríamos algo que pudieseis tomaros con calma, pero igual tener un buen número de audiencia.

— De qué estamos hablando. Por qué vinimos aquí — cuestiona sin entender el líder.

Por la mañana le habían cogido y llevado con el resto que parecían saber más que él sobre a dónde se estaban dirigiendo. Nadie se había molestado en decirle de qué se trataba todo eso, dejaban los honores para Yae.

— Fu fu, ¿no puedes saberlo? Es un concierto. Vuestro concierto. 

Tardó un poco en procesar las palabras.

— ¿¡Ahora!? ¿¡Tenemos que cantar!? ¡No practicamos! 

— Corrección, no practicaste tú.

El de cabello rojizo giró a ver a los miembros de su equipo que asintieron en señal de que ellos sí habían estado al tanto y a su modo practicaron.

— Más o menos.

— Yo solo el canto...

— ¡De algún modo lo haremos!

— ¡Lo importante es la sonrisa!

Sta paraskínia - Stiprus jiemsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora