POV DULCE:
Mientras mi hermano conducía por las calles de Atenas, mis nervios estaban a flor de piel, tan solo con mirar el rostro de Harry lleno de maldad y odio me sentía con mido al pensar en que algo malo podría ocurrir después de la jugada que le hice sin consultarle o pedirle permiso alguno.
El auto paro en un semáforo y este mirándome de reojo me dijo:
-¿Por qué estas así Dulce? ¿Por qué no has dicho algo?-.
-Tengo miedo Andrés de que algo malo llegue hacer Harry en contra de mi familia o en mi contra-, le respondí mientras miraba las calles de mi hermosa ciudad.
-No te preocupes Dulce, gracias a mi encantos y a un gran polvo que tuve con la secretaria de esta escuela borre todos tus datos del sistema, él ya no sabrá dónde encontrarte, además, tú misma sabes que donde estudias es la escuela más peligrosa del país, no creo que se atreva a hacerte algo ¿O sí Dulce?-.
-Tu mismo sabes que si Harry fue capaz de golpearme en frete tuyo, es capaz de matarnos a los dos con tal de salirse con la suya, tengo miedo Andrés y mucho-, estaba a punto de que se me escurriera una lágrima, pero, el semáforo cambio de color y mi hermano continuo el camino para ir a mi vieja escuela.
Todo el recorrido que hicimos por la ciudad, era silencioso y tenebroso al pensar en que Harry podría estarnos siguiendo hasta llegar a su destino final, yo. Al llegar finalmente a nuestro destino, pude observar que mi escuela no había cambiado en absoluto.
Grafitis de las pandillas más peligrosas de la ciudad estaba adornando el hermoso edificio blanco de dos pisos con escaleras y rampas para dirigirnos dentro de esta, los populares se estaría drogando en uno de los autos que tendría un integrante de estos, los nerds, como siempre llevaban sus libros pero con la única diferencia es que debajo de sus ropas llevarían alguno que otro puñal, navaja o pistola. Las porristas además de tener los mejores cuerpos que cualquier persona hubiese imaginado, eran las únicas mujeres en esta escuela que podrían traficar la droga que usan los populares y el equipo de futbol americano para ahogar sus penas, los motociclistas, eran aquellos que pertenecían a las bandas delincuenciales, las cuales podrían robar alguna que otra tienda o extorsionar a los comerciantes de cierta zona de la ciudad.
Personalmente, esta era la vida en la cual había crecido toda mi vida, vivir con el peligro de que alguna persona te agreda o te robe solo por tener algo más de dinero que otros, pero, ustedes se preguntaran ¿Por qué me deje hacer daño de par de Styles si has vivido en el mismo infierno de la ciudad?, esa pregunta la responderé diciendo, pertenecía a los nerds, y siempre cargaba con alguna que otra arma hasta que llego Derek, el líder de una pandilla de la ciudad, él me protegía e invento un mundo color de rosa para mí, me hacia acompañarlo a sus carreras matutinas para verlo ganar y alzar el dinero que había ganado por sus increíbles hazañas, él era el organizador de Hell's Party junto con mi hermano, sus besos me hacía sentir un zoológico en mi panza y su manera de abrazarme provocaba que mi mundo girase en torno a su ser.
Nunca tuve la necesidad de cargar un arma, ya que en la escuela todos sabían que además de ser novia del famoso Derek Anderson, era la capitana del equipo de porristas (debo decir que nunca trafique droga, solo las maduras del negocio) y era muy buena con todo el mundo.
-Hermanita ¿En que estas pensando? Ya llegamos a casa-, mi hermano interrumpió mis pensamientos con una sonrisa en su rostro.
-Solo estoy volviendo a sentir la tranquilidad de este lugar antes de que mu hubiese ido para ese infierno-, tome mi maleta que estaba en el piso del auto y saliendo de este me dirigí a la entrada de mi hermoso hogar del cual nunca antes debía haber salido y me dirigí a secretaría para registrar nuevamente mi nombre y recuperar la vida que alguna vez tuve antes de conocer a Styles...
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¡SOY TU DUEÑO Y QUE!
Teen FictionDulce, tanto su nombre como su personalidad describían a esta hermosa chica griega con raíces mexicanas. Su mirada trasmitía amor, alegría y compasión a todo aquel que le hablara o entablara conversación alguna con ella; no podía tener un cuerpo soñ...