El Dios y El Demonio

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Era un bello día, de verdad que lo era, el sol se estaba ocultando dándole la bienvenida a la oscura noche, pero no por ello solitaria, pues cuando el sola cae y la luna se levanta el Dios del sol queda libre de sus oficios para poder  ver a su amado rey, una noche más donde podrán reafirma el amor y la necesidad que siempre cargan con ellos y que parece NUNCA desaparecer.

En un gran castillo en las lejanas tierras, abandonadas por el hombre y aquellos que dicen ser los seres supremos del mundo, está el rey demonio posado en una de sus ventanas. Esperado, Miéntras toma una jarra de sake pues sabe que en cuanto el sol cae, el pequeño Dios que le roba el aliento cada que lo contempla llegara pronto, ansioso toma una vez más y en la lejanía lo siente...El sonido de un tambor que lleva una frenética y antusiasta melodía, junto con una conocida risa que hace que el mismo esboze una diminuta sonrisa que si muchos presenciarán no  creerian, pues este gran rey demonio nunca muestra más que sus ganas de luchar con todo aquel que crea fuerte y digno de enfrentar en una buena lucha con sus katanas.

Y sin embargo aquí está, esperando a que el pequeño Dios del sol, el cual muchos llaman Nika, pero que para el es Luffy llegué a sus brazos y le de un fuerte abrazo posteriormente seguido de un beso en el que sin una sola palabra le dice lo mucho que se extrañaron, por qué aún que sabe que en cuanto caiga el sol su amado vendrá a el, siempre se le hace eterno el tener que esperar a que su amado llegué a el, tan egoísta que es, que en cuanto el llegué a su encuentro lo abrazaría tan fuerte que le haría saber al menor que no lo dejaría ir, sin importar que el amanecer tarde mucho más en llegar, no le importará por qué es más importante que esté con el iluminado su vida con su gran y ruidosa sonrisa que el iluminar el mundo con su luz y animada personalidad.

Son tan diferentes y a la ves tan iguales, mientras que el vive en las sombras olvidadas por otros, viviendo en donde nadie vive y marcando a todos aquellos que alguna vez enfrentó, El libera a las personas del miedo que trae la noche, mientras lucha por vivir una vida libre trallendo junto a él la verdadera y más sincera inocencia, pero siempre hay equilibrio, por qué sin luz no hay oscuridad y sin la oscuridad nadie sabria lo que es la luz.

Le gusta recordar el día que se conocieron, estaba aburrido, frustrado, no encontraba sentido a la existencia misma, no encontraba alguien a quien enfrentar y que le encendiera la llama que una vez tuvo o que le trajera algo más a su vida, hasta que lo vio, su diferente y rara forma de cabellos blancos, una cara redonda y tierna con una gran sonrisa, parecía feliz sin motivo aparente, era simple y sincera felicidad junto con comodidad, era inusual para mi la inocencia y  pureza que desprendía, parecía de otro planeta, un ser divino que se materializaba como la inocencia misma, también traía un pantalón que le llegaba hasta las rodillas del mismo color de su pelo, en el cual traía un cinturón color azul, un chaleco blanco que dejaba al descubierto su pecho que tenía una gran cicatriz que le cruzaba con forma de X, lo  que le hizo preguntar internamente

>¿quién sería capas de dañar a tremendo ser?<

Pero solo fue un instante, pues enseguida lo sintió. No, más bien lo supo, no era una persona normal, no era un cualquiera y eso... Le gustó, le emociono y acto seguido se presento, le reto a un duelo en el cual tenían que enfrentarse con todo lo que tenían, no era una forma apropiada de presentarse, sin embargo asi era el, así le gustaba a el, porque la fuerza, la fuerza es poder y el quería ver qué tan fuerte, que tan poderoso era aquel ser que tenía el placer de contemplar.

El acepto, le sorprendió, a decir verdad esperaba que le rechazara y sin embargo no lo hizo se pregunto el porque y de inmediato lo supo

>También pareces fuerte, me gustaría pelear contigo, pero si gano escuché que hay una carne super buena que solo hay en este lugar, así que si te derrotó tendrás que conseguirme toda la carne qu yo quiera<

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