Capítulo 48

189 44 0
                                    

Xue Yang miró el peluche que Wanyin le tendía con desconfianza.

-Te lo regaló.

Esas palabras hicieron dudar a Yang rl doble, le mostró una mueca. Cheng había llegado a su casa poco después de él, él había huido del local de la señora hasta llegar a su casa, pensaba quedarse en su habitación con miedo pero su tonto vecino llegó a molestar.

-¿Qué tiene el peluche?

-¿Qué va a tener?- Jiang Cheng miro con desaprobación al pequeño- Es un peluche completamente normal que casualmente encontré en mi casa por algún lugar que prefiero no mencionar.

-¿Estaba enterrado en el patio?

-¿¡Cómo mierda sabes eso!?- bramo Cheng sorprendido.

Xue Yang abrió sus ojos mirándolo con miedo. Jiang Cheng comprendió que ma había cagado, jodida madre.

-¿¡ Estaba enterrado en tu patio!? ¡¿ Y quieres dárselo a un niño?!

-¡Por eso! ¡Eres un niño! ¡Seguro que te gustan los peluches!

-¡El tuyo da miedo!

-¡Claro que no! Sólo le falta un ojo- debatió Jiang Cheng, el peluche no tenía uno de sus ojos de botones, su ropa estaba desgastada y tampoco tenía un brazo, pequeños detalles- No deberías juzgar a un libro por su portada, cuando lo conozcas bien verás que no da tanto miedo.

-Tú le tienes miedo.

-No, claro que no.

-Tonto lo estás agarrando con una escoba.

Jiang Wanyin quedó en silencio. El peluche tendía de su camisa rota que colgaba de la punta de la escoba que Cheng inteligentemente había tomado para poder llevar el peluche a casa de Tonto sin tener que agarrarlo.

-Tal vez sólo un poco...- una sonrisa apareció repentinamente en Wanyin- Si te quedas con él, yo te compraré uno nuevo además de este.

-¿Por qué quieres que me lo quede?

-Porque Wei Ying no deja que lo tire y está mierda da demasiado miedo como para poder dormir en la misma casa, entonces si lo regalo no podrá decirme nada- aclaro- Pero nadie quizo quedárselo y eres mi último recurso.

-¿Un niño 11 años menor que tú?

-Si, bueno, no tengo muchad opciones ¿sabes?

El lo pensó un poco, su mirada se encontró con unos pequeños ojos azules, luego volvió a ver a Wanyin. Había una niña al lado de él, su pequeña mente comprendió que, esa niña, estaba ahí por el peluche, no se iría sin el.

-No es mío.

-Ya lo sé tonto, sólo quedatelo.

Tonto se cuestionó qué tan prudentesería decirle a Jiang Cheng que ese peluche era de un fantasma y que si no se lo daba probablemente el fantasma lo seguiría a todas partes.

Él llorara como un bebé si lo hago. Pensó el niño.

Y como tenía razón. Cheng estaría jodido si se enterara.

-Me lo quedaré.

Wanyin sonrío victorioso. Adiós maldito muñeco, Ying-Gege y su "Debemos guardarlo" pueden irse directo a la gran mierda.

Jiang Cheng wins.

¬Ateo a MediasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora