— ¿Quiere hacer ya su orden?
Aflojó el nudo de su corbata, intentando que el malestar pasara de él cuando la joven mesera le hizo aquella pregunta por cuarta vez en esa última hora que llevaba sentado en una de las pequeñas mesas de ese restaurante tradicional de barbecue. Decir que se sentía decepcionado, humillado además de molesto, era poco.
— Aun no, sigo esperando a alguien. Gracias.
Sonrió, encontrándose con la mirada de lástima que aquella chica que tenía por nombre Wendy le dedicó, haciéndolo sentir un poco más incómodo. Para su suerte ella pareció notarlo, pues enseguida volvió a llenar su vaso con agua y le sonrió con disculpa y cortesía para retirarse e ir a atender otras mesas.
Y Baekhyun suspiró, queriendo que la tierra se lo tragara en ese mismo momento.
Desde el principio supo que ir hasta ese lugar, era una pésima idea.
Jamás debió confiar en Luhan, nunca debió aceptar la cita a ciegas que este había armado con uno de sus amigos que le había manifestado su interés por conocerlo después de haber visto fotos suyas en redes sociales. Francamente, con haber escuchado cita a ciegas por parte de su mejor amigo, fue más que suficiente para saber que no funcionaría.
Sin embargo, no pudo negarse cuando Luhan le recalcó su completo estado de soledad y ligera desesperación por conocer a alguien con quien pudiera establecer una relación; ya estaba a la mitad de sus treintas y el trabajo en el hospital lo consumía al grado en que conocer gente nueva y tener citas románticas, era algo que él no conocía.
Eso no quitó el hecho de que más de noventa minutos después de la hora y lugar acordados, el asiento frente a él continuaba vacío y la bandeja de entrada de su celular se había saturado ante la gran cantidad de mensajes de disculpa que Luhan le había enviado por haber sido el causante de que estuviera en esa situación.
Suspiró.
Sabía que era más que inútil permanecer en ese lugar esperando a alguien que no llegaría, pero la vergüenza llegaba a él de tan sólo pensar en ordenar algo para él solo o, peor aún, levantarse de ahí e irse sin haber cenado nada haciendo que la gente a su alrededor se diera cuenta que sí lo habían dejado plantado.
Sin duda sería un momento humillante para él. Sin embargo, confesaba que no se sentía del todo mal pues tres mesas más allá de la suya, podía ver claramente como un chico estaba en las mismas condiciones que él, postergando el orden de su cena con el mismo argumento que el suyo.
— No, ordenaré en un momento más ya que estoy esperando a alguien.
Instintivamente sonrió al darse cuenta de que no era el único haciendo el ridículo. No obstante, su sonrisa se vio congelada cuando aquel chico miró en su dirección y ancló su mirada en él. Por un segundo Baekhyun también lo observó, percatándose de que había un mundo de diferencia entre ellos.
Mientras él estaba vistiendo uno de sus tantos trajes sastre que siempre acostumbraba a usar en su trabajo junto a su cabello perfectamente acomodado en su lugar, aquel desconocido estaba portando un simple pantalón de mezclilla, tenis viejos y un sencillo suéter morado que iba a juego con sus desordenados cabellos oscuros que se complementaba con sus expresiones exageradas —al igual del tamaño de sus orejas. No le parecía tan atractivo, pero tampoco feo.
Era simplemente normal.
A pesar de ello no pudo quitarle la mirada de encima, y menos cuando este tomó su celular, su vaso con agua y se levantó de su mesa para tomar camino hacia la suya, desconcertándolo.
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Smells like soju, tastes like love
Teen FictionPara Bαekhyun, las citas a ciegas no funcionan y lo comprobó cuando hora y media después, la silla frente a él continuaba vacía; un claro indicio de que lo habían dejado plantado. Aun así, no se sintió tan mal, pues tres mesas más allá de la suya, u...