La bastarda roja ||Versión Black.

Capítulo 5.-Nunca digas nunca.-

Narrador omnisciente.

-Princesa.-Una de las sirvientas habla al entrar a la habitación.-Es hora.-

Alyrya suspira mientras observa el paisaje desde su balcón.

-Dioses.-Murmura Alyrya mirando el vestido que usará en su boda.

Blanco como si fuese pura y casta, con detalles en el escote, bastante amplio para evitar que su panza sobresalga.

-No me siento lista, Amira.-Susurra La princesa.-Qué ironía.-Brama sintiendose idiota.-He peleado en batallas y ahora, tengo miedo de casarme.

-Es algo simple, mi señora. Miedo a lo sencillo. Debe apresurarse si no quiere llegar tarde, el rey y los invitados la esperan en el salón, la cena está casi lista.-anuncia antes de salir.

-Hagamos esto.-Habla hacia su bebé mientras le da una caricia a su panza.-Todo es por ti, taoba.-

Alyrya se observa en el espejo antes de desnudarse por completo, observa el vestido colgado a un lado del espejo, aleja los malos pensamientos, antes de meterse en el vestido, mientras se lo arregla mirándose en el espejo, piensa en lo de hace dos días. Daemon duda de ella, eso nunca había pasado. Sabe que fue por el enojo del momento, pero también sabe que muy dentro de él, quería decirlo. Preguntar. Por como reaccionó cuando ella se lo dijo.

-Tu padre es un tonto. Nada de lo que dijo es verdad, taoba.-Le vuelve a hablar a su panza.

Después de varios minutos arreglandose el cabello para que luciera presentable, finalmente está conforme. Los rizos rojos resbalan de sedosos por sus hombros.

-Estoy lista, sir.-Habla abriendo la puerta viendo a su guardia esperándola.

-Si me permite, princesa-Deja las palabras en el aire.-Está preciosa. El príncipe Aelor es muy afortunado.-

-No adules a mi belleza, Adula mi inteligencia.-Contesta Alyrya con una sonrisa mientras acepta el brazo que Sir Christopher le ofrece.

Al llegar al gran salón, para de manera apresurada antes de ingresar y que la anuncien. Respirando agitada por los nervios, las manos le sudan y tiemblan. Esto es estúpido piensa.

-Anuncienme.-Ordena.

-Princesa Alyrya, primera con el nombre.-El guardia abre la puerta mientras habla.-Miembro del consejo de su majestad, primer miembro de los capa dorada.-

Todos los invitados se levantan al oír lo dicho. Ella se suelta del guardia y empieza a caminar son seguridad aunque no se sienta segura en lo absoluto.

Viserys, Rhaenyra y Aelor la esperan en la mesa al final del salón. ¿Una mesa mas lejada no había?pregunta en su cabeza mientras camina.

-Hermana querida.-Habla Viserys parandose y haciendole una pequeña reverencia.-Estás preciosa.-

Ella sonríe bobamente mientras rodea la mesa para sentarse a un lado de su futuro esposo.

-Tía, te ves de infarto.-La piropea Rhaenyra.

-Estoy muriendo de nervios.-Contesta ella mientras sonríe hacia los invitados que la miran, aunque estén comiendo y charlando entre ellos, clavan su mirada en ella.

-¿Estás bien?-Pregunta Aelor, acariciando su muslo levemente.

-Mjm.-Hace un sonido con su garganta mientras se quita piel del labio inferior.-En realidad no.-Piensa transmitirle su inseguridad.-Tengo un mal presentimiento. Como si algo malo fuese a pasar hoy. Justo hoy.-

-Nada pasará. Estamos rodeados de guardias.-

-¿Daemon Está aquí?-Pregunta hacia Viserys.

-Fue muy claro con el cuervo que envió. Envía felicitaciones para ambos y pide una disculpa por no venir. Un contratiempo dijo.-Eso deja aún mas intranquila a Alyrya.