ocho

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KTH

« Eso fue muy peligroso, eso fue... Extraño. Casi nos besamos, estuvimos a milímetros de... No, eso no puede ser. Seguramente fue una confusión ». Me apresuré a pensar.

Aunque el silencio de la habitación junto a la lluvia no ayudaban mucho a mis sentires. Eso fue, raro.

Un sentimiento extraño me recorrió la espina dorsal en cuanto sentí su aliento cercano al mío, o la carne de sus labios tocando los míos con tan solo milímetros de distancia entre sí, el miedo me recorrió las venas. Espero qué esto no torne peor nuestro mandato mutuo.

No soy muy fan de salir con hombres desde aquel momento. Desde ese día solo salía con chicas del subterráneo; aunque digamos qué, cuando vives en una sociedad en crisis y enfermedad, no piensas en citas muy a menudo.

Pero ahora, mí cabeza se tomó la libertad de imaginar un par de cosas bastante extrañas del Rey.

— Cállate, cállate, cállate. — le susurré a mí cabeza, hundiendo todo mí cuerpo dentro del agua de la bañera.

Siempre estaba esa voz, desde hace ya unos días; sin embargo, me imaginaba porqué. Cuando vivía en el subterráneo, nunca tuve la oportunidad de sobrepensar en las cosas, vivíamos al día. Era cómo un estado de supervivencia seguido.

Aquí eso no pasa, y eso lo hace más difícil de sobrellevar.

Salí de la bañera con aún más dudas que respuestas. Buscando en ropa interior algo que ponerme.

Tuve mucha suerte al tener unos shorts stretch casuales, los cuáles me confeccionaron las hadas dentro del guardarropa. Para ellas, estaba diseñado para que me sintiera más cómodo por la situación de los vestidos.
Ya no eran tan malos de usar para mí, hablando del tema.

Si bien, las pijamas de Jeon no eran gigantescas, si me quedaban un poco sueltas; infiero qué es por la diferencia de tamaños.

Todo el mundo aquí era un poco más grande que yo, supongo qué viene en sus genes. Jungkook me ganaba por unos treinta centímetros más de mí altura, y su cuerpo era fornido, a su vez delicado
Era difícil de explicar, no es cómo sí me la pasará viendolo de vez en cuando.

— En fin... — suspiré al mirar ese pijama de seda a través del espejo. En este caso, la camisa de botones me quedaba como un vestido mediano, y el pantalón tuve que descartarlo de usar.

Digamos qué tener el pantalón hasta la rodilla no es mí estilo, y la cadera de Jungkook era un poco más grande qué la mía, al parecer.

Me sentía tan exhausto, no me culpo. Estuve de un lado a otro, conociendo gente del reino y siendo presentado a mi precioso castillo.

Era todo tan nuevo, qué lo encontraba difícil de digerir.

Pero ante todo, debemos ser amables antes qué orgullosos.

" El pastel estaba bueno.
...
Me disculpo contigo, sé qué
fue un malentendido, no te preocupes. -TH"

Se miraba en el papel beige, con la letra un poco turbia por los nervios. ¿Cuál era la necesidad de disculparme?, él fue el raro qué intento besarme.

« Amables antes qué orgullosos, Taehyung ». Me recordé.

Mirar ese papel por minutos me dejó totalmente cansado, ni siquiera me di cuenta cuando me quedé dormido en la cama de Jeon. Esta cama era la gloria, voy a procurar una idea para robar su colchón y llevarlo a mí castillo por si las dudas.

Crystal Kingdom*⁠.⁠✧ Taekook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora