•Capitulo 1•

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~Ciudad de Nueva York~

- ¡¿Está usted consiente del daño que le causó a esa pobre niña?! - Decía un molesto abogado pelirrojo.

El acusado simplemente no respondió, Kyle no podía creer hasta donde podía llegar la maldad humana, de verdad que no...

- Declaró al señor ###### cómo culpable del asesinato de la señorita ########, también por el presunto abuso sexual a la cual estuvo expuesta múltiples de veces la víctima y el maltrato infantil al cual sometió a su hija, lo condenó a cadena perpetua sin poder pagar una fianza. ¡Caso cerrado! - Dijo el juez para después dar por terminado el juicio y levantarse de su asiento.

Kyle solo vio como unos policías se llevaban al acusado hacía lo que posiblemente sería la cárcel, pero al pelirrojo le quedó una duda en la cabeza y no dudo para nada en ir hacia el juez para resolverla.

- Señor, ¿Podría hacerle una pregunta? -

- Oh, claro señor Kyle, ¿En qué podría ayudarlo? - Dijo amablemente el juez.

- Perdonen por mi ignorancia pero... ¿Que pasará con la niña? ¿Dónde se quedará o que sucederá con ella? - Kyle realmente estaba muy preocupado, durante el tiempo que había estado trabajando con la niña para que aportará al caso contra su padre le había tomado mucho cariño y no quisiera que estuvieran en manos equivocadas después de lo que paso.

- Pues, tratamos de ubicarla con sus familiares, pero ninguno de ellos quiso acceder a hacerce cargo de ella. La única que estuvo dispuesta a recibirla fue su abuela de parte de su madre, pero falleció por razones naturales el día de hoy -

Kyle no podía creer lo que oía, ¿De verdad sus familiares estaban tan poco interesados en ella? Y la única persona que estaba dispuesta a recibirla había fallecido ese mismo día. El mundo había sido muy cruel con esa niña, de verdad que le daba mucha tristeza.

- Entonces... - Volvió a hablar el Juez después del repentino silencio de Kyle - Pensamos en buscarle una casa temporal en lo que alguien quisiera adoptarla, solo para no dejarla en un orfanato. - Dijo el juez, y esa fue una luz verde hacia Kyle.

- Espere, debo hacer una llamada...- dijo rápidamente Kyle mientras sacaba su celular y buscaba un contacto en especial.


~Estadio los Gigantes de Nueva York~

Stanley Marsh, un famoso jugador de football americano. Se encontraba saliendo del gran estadio victorioso por el partido en el que el y su equipo habían participado ese día.

Justo cuando Stan se encontraba listo para regresar a su hogar recibió una llamada de alguien muy especial para el, así que sin muchos apuros decidió contestar de inmediato.

- Hola cariño - Decía con una sonrisa al porfin poder hablar con su amado esposo.

- Hola Stan, ¿Cómo te fue? - Decía Kyle del otro lado de la llamada.

- Cómo siempre, ganamos. Solo que el partido de esta vez estuvo un poco más intenso que los demás - Decía de manera calmada - Ya quiero llegar a casa para recostarme en tus brazos mientras me acaricias el cabello y me haces muchos cariñitos -

- Eres tan dulce amor... - Decía Kyle un poco sonrojado por esa revelación por parte de su esposo, pero no debía desviarze de su objetivo principal - Oye, en realidad quería preguntarte algo... -

- ¿Que sucede rojito? - Decía Stan extrañado.

- Verás... -

Continuará...

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