©¡ESTÚPIDA TÚ!

capítulo 69.

¡Estúpida tú! 

Capítulo 69.

Unas manos frías me sujetan con fuerza, yo trato de soltarme, grito su nombre; Juan, quiero que se aleje de mí. Veo su mirada y su sonrisa escalofriante entonces grito con más fuerza.

—¡Aaaaaaaah!

Me sujetan de los brazos y me sacuden con fuerza.

—¡Paola! 

Muevo ambas manos para tratar de zafarme de su agarre mientras siento mi corazón como golpea las paredes de mi pecho como si quisiera salirse. Entonces me vuelven a sacudir, grito y abro los ojos de repente.

—¿Qué demonios te pasa?

Veo Angélica frente a mí, tiene una bolsa de hielo en las manos. Miro todo a mi alrededor, todavía estoy en el piso, trato de incorporarme, el corazón me sigue latiendo demasiado rápido, inhalo y exhalo tratando de calmarme, solo fue una pesadilla horrible. 

—Juan estuvo aquí —susurro aterrada.

Ella me mira con un gesto de confusión y luego mira a todos lados.

—Creo que estar aquí te está afectando demasiado, estás loca. Mejor ponte esto, te servirá para la inflamación.

Me entrega la bolsa con hielo. Me incorporo, la recibo y camino por toda la habitación como buscando algo, mi respiración apenas se normaliza. Efectivamente solo fue una horrible pesadilla. 

—Esos disparos que se escucharon ¿Qué pasó? —inquiero. 

—No preguntes cosas que no quieres saber.

Se da la vuelta dispuesta a salir, pero yo la tomo del brazo y susurro para las dos.

—¿Si vas a buscar a Álex? 

Me hala del brazo y me aleja de la puerta. 

—¡Tú estás loca estúpida! ¿No escuchaste los malditos disparos? ¿Acaso quieres que Raúl se de cuenta y me haga lo mismo que a ese tipo? Ni loca que estuviera.

Gira sobre su propio eje.

—Solo piense en lo que le dije, imagine un número y lo que haría con eso.

Sale de la habitación cerrando la puerta. Suelto una bocanada de aire llena de frustración. Empiezo a perder las malditas esperanzas de salir de este lugar. Como si no fuera suficiente el maldito frío que empieza a llegar con el invierno, a cada segundo  cuando se abre esa maldita puerta un frío me congela hasta las entrañas.

Me siento en la cama y miro la almohada, recuerdo que ahí tengo un cuchillo y entonces pienso en la estupidez más grande del mundo.

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Narra Álex.

Me levanto temprano, la verdad no pude conciliar el sueño, ni siquiera quise desayunar. Empieza el invierno, pero este año viene arrasando con todo, un frío me recorre todo el interior de solo imaginar que algo malo está pasando. Tengo que pensar cómo llevarlos a nuestro lugar seguro, pero es como caminar en un callejón oscuro, no sé de qué tenemos que protegernos, solo sé que posiblemente ella no está bien, pero no tengo una puta idea de quién es el villano.

Le pido a Margot que se quede con el niño, que haga una  maleta pequeña con sus cosas y lo más importante que no le abra la puerta a nadie hasta que yo regrese, me mira preocupada. Para tranquilizarla le digo que solo es por lo ocurrido con Hannah, no pregunta nada más se limita a hacer lo que le pido.