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Caliente y que coje de maravilla.

Así percibe Taehyung al hombre que está sentado frente a él, vestido con unos pantalones de vestir color beige, una camisa blanca de vestir remangada a los codos  dejando ver unos tatuajes que puede imaginar abarca todo el brazo derecho y un chaleco del mismo color que sus pantalones, una corbata siendo un accesorio para su atuendo

El hombre está platicando con su padre, por lo que Taehyung no se priva de morderse el labio cuando ve que éste remoja sus labios con su lengua y acomoda el piercing que adorna su labio inferior.

Jeon Jungkook, lo presentó su padre, un hombre de negocios que a temprana edad heredó el negocio de su padre y ahora era el rostro principal y representante de la familia Jeon.

Taehyung pronto iba a contar la misma historia, así que sí o sí también tenía que empezar a desenvolverse en este tipo de reuniones.

Y sabía que había hecho una sabia decisión al obedecer a sus padres de ir esa noche, a ese lugar.

Porque le gustaba lo que veía, mucho.

– Y dime Jungkook, ¿cómo está Yongsun? – preguntó Kim Seung-heon, padre de Taehyung, otro hombre elegante que le encantaba siempre vestir de trajes oscuros, adecuados para él, para su porte.

El pequeño detalle que ponía en debate a Taehyung en si aventarse o no era ese, aquel hombre musculoso y tatuado, con complejo de daddy (a los ojos de Tae), perforado tanto de las orejas como por un par en la cara, completamente el prototipo de Taehyung, estaba casado y cree haber escuchado que pronto iba a ser padre.

Jodidos.

– De maravilla, señor Kim, goza de buena salud.

Ah, ese tono neutro y frío, carente de emoción alguna.

–¿Cuánto tiempo tiene?– en esta ocasión preguntó Kim Sung-ryung, madre de Taehyung, una encantadora mujer con hermosa sonrisa.

Jungkook mira a la mujer que está al lado de Taehyung, el último cierra su boca y traga incómodo por el milisegundo que Jungkook puso sus ojos en él y que ahora le presta su total atención a su madre.

– Creo que va a cumplir 4 meses este fin de semana.

Kim Sung-ryung rie para después poner su mano en la rodilla de su hijo, como un acto de reflejo y da unas suaves y maternales palmadas.

– ¿Crees? – pregunta amistosa, no creyendo que el hombre frente a ella sea tan despistado con su familia y tan atento en los negocios.

– No entiendo eso de las semanas, siempre lo interpreto a meses pero de repente lo olvido.

La madre de Taehyung asiente completamente de acuerdo con lo que Jungkook dice, más no dice nada más y sólo le dedica una gran sonrisa mostrando sus bellos y sanos dientes.

Taehyung desvanece la invisible arruga que cree, se formó en su pantalón luego de que su madre le haya palmeado la rodilla.

La noche pasa tranquila, algunos otros hombres de negocios se unen a la conversación, Jungkook no demuestra tanto interés a lo que ahora los hombres mayores están platicando, conversando únicamente con la esposa de uno de los trajeados acerca de unos negocios que ésta le propone y Jungkook parece serle de interés ese negocio puesto que Taehyung nota cuando intercambian tarjetas y se despiden.

Taehyung observa cuando Jungkook saca de su bolsillo de su pantalón un celular y atiende lo que parece ser una llamada, el rubio se dirige a los demás hombres maduros y se excusa con que su esposa lo está llamando, por lo que debe salir al jardín donde están los autos a atender la llamada.

estrago | OS | KTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora