Balas Perdidas ¿Alguien me amará? (Nueva Versión)

Capítulo 44.-El último día (Final)

Sábado/19/Junio/2021.

Hoy era mi cumpleaños, el día que nací, el día que arruiné la vida de mis padres. El día en el que mi estadía en el hotel llamado vida fue ser condenada a vivir en un infierno, en un lugar donde ser feliz no estaba en ninguna de mis posibilidades, el día que fue la sentencia estar sola, sin el apoyo de mis progenitores.

¿Por qué mis padres habían decidido traerme al mundo si no era deseada?¿Por qué me odiaban tanto? ¿Qué hice yo para merecer su odio? ¿Qué hice para merecer esta vida que me había tocado?

Estaba acostada sobre mi cama, quería que mi vida terminara, el insomnio por las noches me hacía recordar que yo era la culpable de que Angelina estuviera muerta y yo también merecía lo mismo. Ya no había ni una sola razón para continuar con mi vida, si es que a esto se le podía considerar como tal.

Por mucho tiempo esperé este día, planeé la forma para torturar a mis padres, matarlos por todas las lágrimas que derramé, torturarlos por todas las gotas de sangre que fueron esparcidas por el suelo de cada rincón de mi casa, y hoy que ha llegado el día no sé qué hacer, todos esos planes se convirtieron en solo pensamientos que rondaban por mi mente. Todo se había acabado, ya no había nada bueno ni en mi vida ni en mí.

Mi búsqueda de la persona que me amara se acabó, porque en esta vida no había nadie dispuesto a amarme, cuidarme, ni protegerme, los seres que debían hacerlo jamás lo hicieron, todos esos recuerdos que alguna vez yo imaginé fueron creados por mi mente, porque ella de alguna forma quería creer que sí había alguien dispuesto a amarme. Ese día jamás llegaría, hoy era mi fin. Me iría con Angelina para siempre, nos reuniríamos para ser felices en otra vida.

Qué manera más absurda de celebrar un cumpleaños. Estuve acostada por un largo rato más mirando fotos de Angelina mientras reproducía una y otra vez su canción favorita, cuando se suponía que ella debía estar aquí, porque era el regalo más importante que no quería que nunca me faltara.

—Perdóname Angelina, te he fallado, he roto todas mis promesas, no soy lo que esperabas y lamento tanto no serlo, si tú estuvieras aquí estoy segura que no te sentirías orgullosa del monstruo que sigo siendo, perdóname por no haberte sabido proteger—acaricié la fotografía. Me levanté y vi la caja con el dinero del que me había hablado.

—Angélica si un día por alguna yo no estoy, quiero que te vayas sin mí, quiero que tomes todos mis ahorros y te vayas lejos, quiero que seas feliz y vivas tu vida como si yo estuviera contigo—me entregó una caja con mucho dinero en efectivo.

—Que me falte todo, menos tú—volví a repetir la misma frase que le había dicho.

Pero esta vez me faltaba ella y lo iba a hacer por el resto que me quedaba de vida, ¿qué caso tenía continuar sintiéndome de esta manera?

En la caja estaban todos sus ahorros que había ganado en los concursos.

—¡¿Y esto de qué me sirve si tú me faltas?!—grité a la foto como si me estuviese escuchando.—Debes saber que no me iré de aquí, aquí tengo los mejores recuerdos y momentos a tu lado, ¿dónde estás? Recuerdas que tú eras mi regalo, el único que quería, el único que me importaba y... Y el único que debía proteger—mi voz se rompía una vez más al recordarla a ella.

Bajé a la cocina, otro día más en absoluta soledad, como todos los años en los que estaba con vida, pero hoy ese vacío se sentía más latente.

Preparé mi propio pastel vegano al ritmo de la canción favorita de mi hermana. Una vez listo coloqué la fotografía de ella como invitada especial. Quise incendiar la cocina solo para que ella me dijera que sería una buena cocinera, solo para que alagara todos mis desastres culinarios, pero ella no estaba ahí.