Corazón azul

1. Vuelta a clases

Aquí estamos. De nuevo. Vuelta a clases. Tenía ganas, no voy a mentir. Después de un verano en el que solo tuve peleas y conflictos y perdí a todas mis amigas lo único que quería era que el instituto empezara de una maldita vez. Aunque yo sabía que el hecho de que la mayoría de mi clase me odiara no me iba ayudar mucho, pero no podía hacer nada. 

Me puse mi conjunto favorito ya que era el primer día. Me maquillé un poco y me peiné. Me miré al espejo, tratando de convencerme de que este curso sería mejor. Como objetivo del año tenía hacerme amiga de gente nueva, y eso iba a hacer.

Cogí la mochila y miré el móvil. 3 llamadas perdidas de Paula. Tenía que salir corriendo de casa.

—Mamá, me voy ya.

—Vale cariño, que tengas un buen día. —dijo mi madre.

Salí de casa y bajé rápidamente por el ascensor. Le escribí un mensaje a Paula diciéndole que ya estaba de camino. Abrí la puerta de mi portal y salí corriendo hacía mi instituto. Esperándome en la puerta encontré a Paula. Ella es mi mejor amiga, la única que me soporta y prácticamente la única a la que le caigo bien de toda mi clase. Es más bajita que yo, rubia y de piel blanca. Tiene unos ojos verdes preciosos y el cuerpo que toda niña puede querer. Siempre he querido ser como ella. Igual de alegre, guapa y graciosa. Pero no lo soy. Me saludó con un abrazo y yo hice lo mismo.

—Tercero de la ESO. Madre mía que rápido pasa el tiempo. –dijo Paula.

—Pues sí– respondí–. Parece que fue ayer cuando entramos a primero.

—Tienes razón, y ahora tenemos 14 años...— se quedó pensativa unos segundos y se fijó en mi pelo —Oye, que bien te queda el pelo corto. Y el flequillo también.

—Gracias—sonreí. Miré mi móvil y ya era la hora —Creo que deberíamos entrar.

—Sí. Vamos.

Guardamos nuestros móviles en nuestras mochilas y entramos en el instituto. Una profesora nos indicó en qué edificio teníamos que entrar y que aula tenía asignada nuestra clase. Cuando entramos, Paula y yo nos sentamos juntas y esperamos a que el resto de gente entrara. Cada persona que cruzaba la puerta era peor. Estaban todos y cada uno de los chicos que se habían portado mal conmigo el año pasado. 

Primero Hugo, mi ex el cuál solo me quería para decir que tenía novia y me fue infiel, detrás suya Daniel , hacía bromas sobre mí con sus amigos y para colmo me cortó el pelo, y por último y no menos importante, Alex, era mi mejor amigo hasta que empezó a meterse con mi físico, de tal forma que me volvió insegura, hasta el punto de que me veía tan gorda que dejé de comer y perdí 5 kilos en 3 meses. 

Y por supuesto no podía faltar Carla, una chica que miente más que habla. Que por mucho que le des una oportunidad, vuelve a hacer lo mismo. Éste año no pienso volver a caer en su juego. 

Suspiro y miro a Paula, pensando que debería cambiarme de clase. Y obviamente adivinó lo que pensaba con una sola mirada.

—No te cambies de clase por favor, dales una oportunidad—dijo.

Miré la puerta de nuevo y comenzaron a entrar unos cuantos niños a los que no conocía. Por fin, gente nueva. Unos minutos después, nuestro tutor entró en la clase.

—Hola chicos, me llamo Adrián y durante este curso seré vuestro tutor y profesor de matemáticas.

Pasaron las horas y por fin llegó la hora de irnos. Salí de clase un poco disgustada. Paula se acercó corriendo a mí.

—¿Te vas a quedar en la clase, verdad?—preguntó.

—No lo sé, tengo que pensarlo.

Me miró con cara de pena y yo le sonreí. Nos despedimos con un abrazo y me fui a casa. Encendí mi teléfono y ví que tenía un mensaje de Xavi. Mi... ¿casi algo? No lo sé. Cada día me decía algo distinto. Vivía en Barcelona. Nos conocimos por una app extraña. Me dijo que en navidad vendría a visitarme.