Fınαl

1.3K 259 99
                                    

La apertura de la puerta resonó demasiado fuerte desde el pasillo, el nevado aire hizo que Vegetta se estremeciera. Examinó el mundo exterior en toda su extensión, impulsándole al ruidoso camino del fondo y miró hacia atrás, a Alexby, porque tenía miedo de atravesar el umbral.

Cierta gente dentro de la prisión no había tomado las noticias de su liberación inminente demasiado bien.

Esperando que fuera saboteada, Vegetta había sido provocado por unos miembros de la mermada cuadrilla de Auron en su celda, se había apoyado contra la pared donde el nuevo cabecilla blandía una navaja sobre él y le amenazaba que saldría por encima de su cadáver. Vegetta tuvo que luchar consigo mismo para no arrancarle la cabeza de sus hombros, recordándose que su libertad condicional podría esfumarse si tocaba a cualquiera de estos hombres. La lucha fue disuelta tan pronto como llegaron los guardias y en una hora, Vegetta consiguió la orden para que lo trasladaran al pabellón de custodia preventiva hasta el lunes. Tuvo un emotivo adiós con Mangel y Lolito. Mangel estuvo triste, abrazándole y prometiéndole que se verían pronto en el exterior para una cerveza. Lolito le abrazó también, y le dijo:

— Espero que vayas a buscar a Quackity.

Vegetta lo miró un momento. Tragó saliva y se marchó.

— Vamos. —Dijo Alexby suavemente en las puertas, poniendo una mano sobre su espalda. — Has hecho el recorrido más difícil. Este es el más fácil.

— Lo sé. —Las manos de Vegetta estaban sudorosas y su corazón acelerado. En su bolsillo, tenía bastante dinero para el billete de autobús hasta la casa de acogida donde se quedaría temporalmente y un trozo de papel con direcciones junto con el número de teléfono de su oficial de libertad condicional. Tenía que comenzar a trabajar en el parque municipal al día siguiente a las nueve y media, ayudando en la jardinería. Llevaba sus pertenencias sobre el hombro en una bolsa de viaje. Su pelo estaba demasiado corto. No se sorprendería si la gente le evitaba en la calle. No había sido un criminal antes de que entrara en la cárcel, pero salía como uno. Su vida estaba marcada. ¿Cómo saldría de esto?

— Gracias, oficial. —Dijo, ofreciéndole la mano.

Alexby lo despidió firmemente, saludando con la cabeza.

— No quiero verte aquí otra vez, Vegetta. —Su tono era severo, pero amistoso.

Vegetta sacudió la cabeza.

— No volveré. —Alegó mientras atravesaba el portón de la entrada. — Adiós.

— Adiós, Vege, y buena suerte. —Dijo Alexby. Las puertas resonaron cerrándose detrás de él.

Vegetta estuvo de pie fuera de las puertas en la calle. Levantó su cara al blanquecino cielo y dejó que la nieve cayera sobre ella, degustándola en su boca justo como lo había hecho la última vez que había andado fuera de la prisión. No tenía prisa por hacer algo, aunque supiera que el autobús vendría en diez minutos desde el fondo de la avenida. Y con todo eso, estaba paralizado por el miedo.

Pronto, tuvo la impresión que no estaba solo.

Volviendo su cabeza despacio, echó un vistazo a lo largo de la calle. Unos cuantos metros más adelante, había alguien inclinándose por causalidad contra la pared carcelaria frente a un destartalado coche rojo, que había visto mejores días.

La respiración de Vegetta se bloqueó en su garganta y un dolor de confusión y esperanza se extendió a través de su pecho. Se quedó dónde estaba, congelado hasta el punto de ser incapaz de hablar o moverse.

Quackity sonrió suave y tristemente hacia él. Ambos se quedaron mirándose el uno al otro un rato largo antes de que el menor echara a andar. Puso sus brazos alrededor del cuello de Vegetta y lo atrajo cerca. Vegetta se pegó contra él en un alivio entumecido, sus manos subiendo para agarrarse a su cintura con fuerza, sepultando la cara contra el cuello del chico. Quackity apretó su agarre, acariciándole el cabello con una mano. Su cuerpo tembló con emoción contra el mayor. Ninguno de ellos habló.

ANĐ SØ IS ŁØVE [V&Q]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora