2. El tiempo de Clarke Griffin

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Octubre / 2016
📍Salida de Arkadia


Clarke Griffin

Durante toda mi vida siempre me dije que el tiempo pasaba realmente rápido. Que 24 horas al dia no bastaban para hacer todo lo que tenia planeado para un día, y lo confirmaba días tras días, mientras veía a mi hija crecer. Un dia era tan pequeña que cabía en mis manos y al siguiente me encontraba enseñándola a Caminar, luego a hablar, y luego nos encontrábamos corriendo mientras la llevaba a la escuela. El tiempo con ella me jugaba una mala broma, era mi pequeña la que crecía tan rápido frente a mis ojos y también la que me enseño que a veces el tiempo puede detenerse.

Que puedes ver la vida pasar delante de tus ojos en cuestión de segundos y darte cuenta de que en verdad la vida pasa lenta, que lo que siempre fue rápido fueron las ganas de que el tiempo no pasara. Que pasaba horas y horas quejandome por pequeños problemas cuando todo lo importante siempre había estado delante de mis ojos.

El Doce de octubre lo comprobé dos veces

La primera vez que el tiempo se detuvo fue cuando recibí una llamada de mi madre. En ella me decia que mi hija se encontraba en el hospital, y al escuchar eso, mi corazón y todo a mi al rededor se detuvo. El tiempo se detuvo y las manijas del reloj dejaron de girar, como si sus pilas se encontraban llenas de arenas y habían provocado que se detuvieran. Ese mismo día mi madre acelero el tiempo al decirme que tenia que ir deprisa al hospital a calmarla porqué no debaja de gritar mi nombre.

Asi que con los nervios de punta por saber qué pasó tome el primer taxi que vi en el camino. Quise llegar tan rápido así que le pedí al chofer que acelerara, que era una emergencia. Mi mala suerte fue, que no note que aquel conductor se encontraba en un nivel alto de Alcohol. Y, como toda persona ebria, ni siquiera miro los semáforos.

La segunda vez que el tiempo se detuvo fue cuando, a pesar de no estár pendiente al camino, logre ver aquellas luces de un auto que iba directo hacia el taxi. No, no iba hacia nosotros, nosotros íbamos hacia él. El tiempo se detuvo por segunda vez esa tarde. Así que vi todo. Vi como aquella mujer levantaba la vista y, por cuestión de segundos, nuestras miradas se encontraron. Le grite al conductor, ya bastante ebrio como para saber lo que pasaba, que girara el volante; pero no lo hizo. Siguio derecho sin frenar.nLo siguiente que vi fue como aquella mujer giraba el volante lo más rápido que pudo para evitar atropellarnos. Y lo hizo, pero no resultó bien. Lo ultimo que sucedió fue que su auto rompió las rejas de una inclinada barranca y el taxi chocaba con otro auto y, el tiempo se acelero volviendo todo negro.

Quizás el tiempo retroceda y pueda tomar otro taxi.

Hay personas importantes que llegan a tu vida de la manera más inesperada. Algunas llegan en la infancia, otras en la adolescencia, pero ella llego a mi vida cuando ambas coincidimos en aquella misma carretera.

Quizás, si supiera lo que significaría para mi, volveria a elegir mil veces aquella misma carretera.

En La Oscuridad (CLEXA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora