Hoy eliminé a otras dos chicas: Noemí y Jordane. Estábamos en la clase de lengua. Ellas charlaban, yoas escuchaba murmurar y sabía bien lo que estaban haciendo: escribían. No lo que decía la señora Janton, no. Más bien cosas de ellas. En un momento, a Jordane se le escapó una risita. Eso debió de irritar a la señora Janton, que seguramente las venía aguantando desde hacía un buen rato ella también. Se levantó como si tuviera un resorte en la cola, bajó de la tarima, se internó en el pasillo a toda velocidad; clic, clac, con dos golpes secos cerró las dos agendas apoyadas sobre la mesa y hop!, se las llevo a su escritorio. Eficaz. Nadie tuvo tiempo de reaccionar y toda la clase estaba muy impresionada.
Noemí y Jordane no se atrevieron a abrir más la boca hasta el final de la hora. Y así y todo tuvieron suerte, porque cuando fueron a hablarle después de clase, aceptó devolverles sus agendas. Las de Jordane tiene una tapa con un motivo escocés y la de Noemí es muy sobria, negra, con el año escrito en rojo, chiquito, abajo a la derecha. Las dos se las guardaron sin abrir la boca.
Se convirtió en una droga. Cada noche, estoy en mi cuarto, releo alguna parte atentamente. Los demás creen que me puse a estudiar y hago los deberes, porque ya no pido más ver la tele o llamar a mis amigos. Se equivocan por completo. Cuando la noche cayó sobre la ciudad, cuando cada uno en casa encontró la forma de ocupar su tiempo, yo me instalo con placer bajo la lámpara y abro la agenda verde. Es como un ritual, como una cita... Con quién? Estoy decidido a descubrirlo.
Empecé con esta lectura detallada día que Noemí y Jordane se hicieron atrapar en la clase de lengua. Esa noche, me atreví a mirar la realidad de frente: no, no tenía ganas de devolver la agenda donde la había encontrado; sí, quería descubrir de quién era, conocer la cara de una chica lo suficientemente popular como para que todas las páginas de su agenda, sin excepción, estuvieran cubiertas de mensajes.
Ahí tienen, mi hermana Lucía, por ejemplo. Ella es igual de popular? Sí, ya sé, está en el último año de liceo, pero ahí también usan este tipo de agendas y yo sé que para ella la suya es sagrada. Mejor ni tocársela. Sin embargo, me gustaría mucho saber...
Paréa oreja y salí de mi cuarto. Sí, era lo que me parecía, estba en el baño. La puerta de su cuarto estaba entreabierta, solo tuve que empujarla. El cuarto estaba hiperordenado, como siempre. Lucía nació con eso en la sangre: el orden. En ella es casi una enfermedad. Solo su escritorio escapa a esa manía. Es un despiole, tiene cosas por todas partes... pero ella dice que en ese desorden sabe dónde se encuentra cada cosa.
No tuve que buscar mucho tiempo. Estaba ahí, haciendo equilibrio sobre un libro de Matemáticaa abierto. En dos saltos franqueé el espacio que me separaban del escritorio, mis dedos rozaron la tapa...- No te sientas incómodo!- dijo una voz.
- Ah, oye, qué tal!- dije estúpidamente.
- Qué tal... No, si hay que oírlo! Nueve de la noche, lo encuentro en mi cuarto a punto de hacer no sé qué, y lo único que se le ocurre decir es "qué tal!". Estás chiflado o qué te pasa?
- Bueno, está bien, todo el mundo se puede equivocar! Quería preguntarte algo.
- Ahí está! La gran excusa! Viniste a huear, vamos!
- No, te lo juro!
- Por favor... Bueno, entonces, qué quieres?
Inspiré profundamente... y si le confesaba mi historia? Ella podría ayudarme, parece que las chicas tienen más intuición que los varones. Enseguida rechacé esa idea, ni hablar. El gran detective, ese era yo. Dije:
- Tu agenda, esa de ahí, tiene muchas cosas dentro?
- Y a ti qué te importa?
- Eh, bueno! No se te puede preguntar nada!
- Como sea, para qué quieres saberlo?
- Es para una investigación... es eso... para Lengua, una tarea de expresión escrita... estoy buscando ideas.
Había soltado mi frase de un plomazo.
- Para Lengua? De dónde sacarán los profes semejantes ideas!
Mi hermana era escéptica y no estaba equivocada.
- Está bien, qué es lo que quieres saber exactamente?
- Eh, bueno, las agendas de las chicas, cómo son? Las de los chicos, ya lo sé, por mis amigos... pero la de las chicas, más o menos . En el colegio, la mayoría de las veces no quieren mostrárnoslas ni que escribamos en ellas.
- Las entiendo- dijo Lucía- Con las cosas horribles que son capaces de poner!
En eso tenía razón.
- Bueno, mira, no te puedo ayudar. Y si contabas con leer mi agenda, puedes hacerlo rápido. Mira...
Tomó la agenda y la hojeó rápidamente bajo mi vista. Tuve tiempo de ver páginas llenas de textos, de colores, de fotos, de dibujos con papelitos plegados. Estaba impresionado. Mi hermana también era muy popular, sin duda. Me batí en retirada.
Volví a mi cuarto, cerré la puerta, abrí la agenda de tapas verdes y empecé a releerla desde el primcipio. Tenía un plan muy sencillo: había que mirar todo en detalle y tomar nota de los indicios a medida que aparecían. Los indicios serían, por ejemplo, los nombres de los profesores, los de quienes firmaban los mensajes, las fechas de cumpleaños.
Al recordar estas informaciones, debía terminar averiguando algo. En las películas de detectives proceden de esta forma. Con frecuencia tienen a su disposición menos indicios que yo y es increíble la cantidad de cosas que descubren. Por otra parte, desde que era chico me atrajo el oficio de detective. Era el momento indicado para demostrar lo que eracapaz de hacer.■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■■
HOLIIIIS!!
MIL PERDONES POR TARDAR MAS DE UN MES EN SUBIR!! ESTUVE MUY OCUPADA HACIENDO TRABAJOS PRACTICOS Y ESTUVE ENFERMA, TODAVIA SIGO ALGO ENFERMA.
EEEEEN FIN!! ESPERO PODER SUBIR EL OTRO CAP MAÑANA O EN LA SEMANA.
TAMBIEN VOY A ACTUALIZAR LAS OTRAS NOVELAS.
GRACIAS POR LEER!! SALUDOS DESDE ARGENTINA! ☺☺
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El misterio de la agenda
JugendliteraturAlguien perdió una agenda personal, llena de secretos, y quién la encuentra intentará descifrar el misterio de su dueña. Una historia con intrigas, sueños, amor, dolor, humor y un final inesperado...