Hasta Mañana

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Nunca fui empatico con las personas a mi alrededor, las lastime más de lo que debí y honestamente no me importó; sin embargo, mi único miedo era que mis malas decisiones me persigan y sabia que me iban a alcanzar pronto, pero nunca imagine que de esta manera.

Recién superaba a Aleeza, mi novia de 2 años, antes de hacerlo la llame 20 veces rogándole para que vuelva conmigo. Entre trago y trago le dije toda la verdad, lamentablemente no me quiso escuchar y me hizo cuestionarme si en verdad me quiso o si solo había estado conmigo para no sentirse sola.

Siempre culpe de todas mis desgracias a mi madre, el haberme abandonado tan joven lo pude usar como una excusa para lastimar a los demás aún estando consciente de lo que hacia. Hasta cierto punto puedo considerar que estoy enfermo, nunca me falto nada, tuve casa, mi padre siempre me daba todo, eso incluye más amor del que ni siquiera necesito.

Al día siguiente de haberla llamado, reflexioné acerca de lo que había hecho. Sabia que no podía seguir así y que no iba por buen camino. Solo necesitaba aprobación de alguien y estaba consciente de eso. Creo que ese era mi problema, el saber lo que estaba haciendo y no hacer nada para cambiarlo. Debería dejar de justificarme y admitir de una vez que soy el malo de esta historia.

Mi mayor temor se había vuelto realidad, la soledad había llegado a mí. No contaba con nadie y no contaba con propósito, tal vez yo mismo me quería engañar. Tenía muchos motivos por los cuales seguir y muchas personas a las cuales les importaba. Intentaba hacerme el dolido cuando no tenia motivos para eso, incluso me regalaron un carro en navidad y lo vi como algo tan natural, hasta cierto punto me había vuelto completamente insensible. Pasaron los meses y encontré una nueva forma de desquitarme.

Eramos un grupo pequeño, estaba Franco, un pituquito inmaduro al que no le importa nada, vivía el dia a dia, era poco agraciado pero aun así tenia un ligue espectacular con las chicas, sigo sin comprender como lo hace. También estaba Juan Carlos, un pobre chico con cara de inocente pero que de inocente no tenia nada, era de nuestros mejores amigos, lamentablemente no volvimos a saber de él, se fue a España y nos olvidó, creo que tuvo suerte porque evitó lo que venía. El ultimo recuerdo que tengo de él, es vomitando en un baño de lo borracho que estaba, una muy rara forma de despedida. 

En el grupo también estaban Alonso y su mejor amigo Rodrigo. Franco y yo nos comportamos muy mal a su alrededor. Rodrigo era alto, un poco subido de peso y lo caracterizaba una voz rasposa y extraña. Durante nuestros años en el colegio siempre lo molestaron por eso y no hubo día en el que no lo defendí. No recuerdo el punto en el que cambie mi actuar, eramos mejores amigos y luego me volví un idiota. Sigo queriendo culpar a mi situación para mis acciones, pero no hay excusa para lo que hice. Siempre lo tomábamos a él de punto. Le decíamos: "oye Rodrigo por qué no tienes novia" o "oye Rodrigo por qué eres tan tarado". Eran simples bromas pues no nos dábamos cuenta de lo que estábamos haciendo en verdad. Hasta que llego la reunión que rebalsó el vaso.

Franco y yo nos creíamos los muy agraciados, por tener una buena posición económica, creíamos tener todo a nuestro alcance, especialmente a las mujeres. Y al pensar esto nos dimos cuenta que Rodrigo solo seria un estorbo en nuestro camino.

Estaba yo bien vestido, un polo crema con un pantalón negro y una casaca que resaltaba. Franco de igual manera, vestido de manera elegante pero a la vez sutil y es ahí donde entra Rodrigo. Al momento que lo vimos nos reímos, estaba portando un polo de Avengers, un pantalón rasgado que parecía de mala calidad y unos zapatos verdes fosforescentes. Honestamente no supe como reaccionar, me tome un trago, me guarde mis comentarios y seguí con la noche.

Al día siguiente hable con Franco, habíamos acordado en el mismo punto, una intervención seria lo mejor. Quisimos ayudarlo, pero solo terminamos de destruir la amistad que teníamos con él. En vez de ayudarlo y decirle que podía mejorar su forma de vestir y su forma de actuar, lo atacamos directamente y nos burlamos. Esto duro por horas, desde comentarios como "qué chica te va a dar bola" o "tal vez si sales con una ciega", no nos estábamos dando cuenta de lo que le estábamos haciendo. Después de escucharnos durante dos horas, se quedo callado, asintió y se fue. Quise presentar preocupación, pero me distraje, me había enamorado y su nombre era Beatriz.

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⏰ Last updated: Nov 22, 2022 ⏰

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Hasta MañanaWhere stories live. Discover now